/es/crecimiento-profesional/youthspark-una-nueva-ventana-de-oportunidades/content/
La música expande las fronteras sobre el mundo, sobre uno mismo y sobre el entorno.
¿Cómo es posible esto? Simple, a través del aprendizaje y la interacción con este tipo de arte.
De hecho, todo parte del desarrollo cognitivo, el proceso que realiza nuestro cerebro para aprender y adquirir habilidades durante nuestro crecimiento, especialmente, en nuestros primeros años de vida o primer infancia. Así conocer y experimentar, a través del lenguaje, memoria, atención, percepción, entre otros.
Tal vez esta es la razón por la cual habrás escuchado en más de una ocasión, que la formación en distintas áreas o disciplinas, es tan importante en estas primeras etapas de la vida, ya que la exploración del conocimiento a través de éstas, le permite al niño explotar sus habilidades tanto motrices, como emotivas y, por su puesto, cerebrales, con el fin de obtener un mejor e integral desarrollo.
Realizar este tipo de estimulación temprana es sencillo, se puede exponer al bebé desde el vientre materno a la música clásica, recomendada por expertos, debido a su riqueza musical e instrumental. O ¿por qué no? permitir que los niños interpreten un instrumento musical, así como lo hizo con Albert Einstein, quien gustaba del violín y resultó ser uno de los más grandes genios de la historia. Incluso, el caso de los famosos músicos Mozart y Beethoven, quienes fueron prodigios en este arte, precisamente por su relación con las armonías y sonidos del piano, violonchelos y demás melodiosos instrumentos.
La psicología cognitiva, encargada de estudiar la forma en que obtenemos el conocimiento sobre las cosas en general, nos dice que existe una conexión en nuestro cerebro que asocia los sonidos comunes con la música, permitiéndole al individuo, incluso desde el vientre materno, generar sus primeras formas de lenguaje y durante sus primeros años de vida, desarrollar la coordinación, psicomotricidad y, por supuesto, comunicación efectiva, a través de los sentidos.
De esta manera, elementos tan propios de la música como el ritmo y la sonoridad, se asocian con el juego o lúdica, propicios para la enseñanza durante las primeras etapas de formación infantil.
La música es universal, se expone a cualquier generación, desde cualquier cultura y bajo cualquier formato. Al lograr relacionarse con ésta de manera innata, el infante adquiere mayor seguridad y confianza a la hora de expresarse e interactuar con otros, reconociendo sus propias fortalezas o destrezas a partir de sus actividades habituales y del desarrollo de la personalidad.
No importa si aprendemos a interpretar un instrumento o simplemente nos deleitamos con cada melodía que escuchamos. La apreciación musical va en nuestras venas, ya que nos ofrece mucha variedad, produce muchas sensaciones y emociones que se almacenan en nuestro cerebro las cuales buscamos encaminar a través delos sentidos y de nuestro oído.
La música es el puente perfecto del ser y su sentir. Nos permite descubrir las maravillosas habilidades que podemos tener y además fortalece nuestra capacidad cognitiva.
/es/crecimiento-profesional/ventajas-de-la-educacion-virtual/content/