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Un "dron" es un vehículo aéreo no tripulado. Es decir, una máquina que vuela sin necesidad de que alguien la conduzca. Su trayectoria de vuelo es programada por software o se maneja a través de un control remoto.
Al leer "vehículos aéreos" podrías pensar que hablamos de algo tan grande como un avión, pero no. Un "dron" puede ser del tamaño de una avioneta o más pequeño que la palma de tu mano.
Como internet y muchos otros desarrollos tecnológicos, estos dispositivos fueron creados como herramientas de guerra. Según varias fuentes consultadas, su primera aparición fue durante la Primera Guerra Mundial, pero no se usaron en combate hasta años más tarde. Actualmente, participan en diversas misiones militares, incluyendo aquellas que son demasiado peligrosas para la vida de un piloto. Aunque esto es contradictorio, ya que en muchos casos son usados con el objetivo de bombardear lugares donde residen combatientes y civiles, lo cual implica que igual mueren muchas personas.
No obstante, los campos de acción de un "dron" van mucho más allá de la guerra o la seguridad. Estos robots voladores han encontrado cabida en la industria del espectáculo porque varios modelos tienen cámaras integradas y permiten hacer ciertas tomas que son difíciles de lograr. También se ha pensado usarlos como repartidores de domicilios ya que no estarían sujetos al tráfico de las ciudades. Así mismo, en Holanda se desarrolló un prototipo de dron ambulancia que transporta un desfibrilador para atender casos de paros cardiacos. Una vez que el dispositivo llega al lugar de la emergencia, se activa la cámara y el micrófono incorporados en el robot para que personal especializado pueda darle instrucciones a quienes se encuentran cerca de la persona que necesita la atención.
Los vehículos aéreos no tripulados están a la venta en portales virtuales como Amazon, lo que ha permitido que se desarrolle un mercado y, por ende, la creación de muchos modelos con distintas características y funciones. Tal es el crecimiento de esta naciente industria que se anunció “el estreno del primer circo de drones”, llamado Air, que tendrá lugar este año en Ámsterdam.
Pero así como las impresoras 3D y muchos usables, esta tecnología puede ser utilizada para cosas buenas y malas. Además del uso de "drones" como armas, también cabe preguntarse qué mecanismos o legislaciones utilizarán los diferentes países con el fin de proteger el derecho a la privacidad, teniendo en cuenta que estos dispositivos suelen tener cámaras y pueden acceder fácilmente a muchos lugares. Algunos países, como Francia, han aplicado una política prohibicionista al uso de estas máquinas voladoras en su espacio aéreo. Otros, como el caso de Estados Unidos, han procurado crear leyes que regulen su uso y así mantener la seguridad aérea del país sin un prohibición total.
Personalmente, un dron es mi juguete soñado. Vuela y, si cuenta con cámara, te permite divisar tu entorno como nunca lo has visto. Pero a pesar de lo divertidas y curiosas que son estas maquinitas voladoras, no deja de preocuparme su uso. No creo que necesitemos un arma más, de hecho tenemos exceso de estas, y si el asunto es espiar a alguien, pues le revisas Facebook (aunque acosadores "feisbuquianos" también tenemos demasiados).
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