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En el pasado era muy común que los empleos fueran permanentes y de tiempo completo o parcial.
En la actualidad el panorama es muy diferente ya que son cada vez más las personas que asumen empleos a corto plazo o temporales.
Trabajos de forma independiente, contratos por obra o labor, e incluso, aquellos que se incorporan a la famosa economía colaborativa son algunos ejemplos del tipo de labores que conforman la economía de los pequeños encargos o economía gig, como es conocida.
Este fenómeno está abarcando una gran parte de la fuerza laboral y los estudios no muestran índices de descenso en su popularidad. Esto se debe a la evolución de la tecnología.
Hoy en día, las empresas pueden contratar personas en cualquier parte del mundo que trabajen para ellos con mayor facilidad y de forma remota.
Aplicaciones móviles, como Uber o Airbnb, han aumentado el número de trabajadores contratados e, incluso, las redes sociales le han abierto la posibilidad a las personas de auto-promocionarse y vender sus productos y servicios, a un costo menor que la publicidad tradicional.
Es difícil decir con exactitud cómo el surgimiento de la economía de pequeños encargos afectará y cambiará el futuro del mercado laboral, pero lo que sí sabemos es que tanto las empresas como los trabajadores deberán seguir adaptándose a esta.