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Página 3: El problema de la edición fotográfica

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El problema de la edición fotográfica

El retoque fotográfico es casi tan viejo como la fotografía misma, pero el avance tecnológico lo ha hecho más común y fácil de hacer, tanto así que casi cualquiera puede hacer grandes cambios a una foto usando un programa de edición. Las personas pueden, desde ajustar el color de una imagen, hasta añadir o remover contenido. Es por eso que siempre debes ser crítico con las imágenes que ves en los medios de comunicación.

La fotografía suele tener dos propósitos: retratar la realidad o ser artísticas. En el arte, las fotos pueden ser alteradas por un sin número de propósitos creativos, y eso está bien. Pero en las que pretenden mostrar la realidad, la alteración puede producir muchos problemas.

El propósito de la fotografía es retratar la realidad o ser artística.

Si bien es normal hacer pequeños cambios a una imagen, como recortar su tamaño, no es ético que en el periodismo se edite una fotografía de tal manera que cambie su significado o engañe a los espectadores. Esta práctica es poco común en medios legítimos, pero hay muchos portales de noticias menos acreditados que no temen editar fotos para llamar tu atención.

Desafortunadamente, el retoque digital es también común en otro tipos de medios. Por ejemplo, a la hora de vender algo,  los avisos publicitarios en medios audiovisuales e impresos suelen mostrar gente y productos que lucen mucho mejor de lo que realmente son.

Imagen del retoque fotográfico en publicidad.

Así mismo, los usuarios de redes sociales también pueden darse a sí mismos un cambio de imagen digital con un mínimo de esfuerzo, las personas pueden hacerse ver como quieran en muy poco tiempo, usando herramientas de edición y los filtros de diferentes aplicaciones. El problema es que debido a que estas imágenes editadas se presentan como realidad, pueden afectar nuestro bienestar mental. Constantemente ver fotos de personas artificialmente hermosas, puede hacernos pensar que nunca podremos alcanzar esos ideales poco realistas, y esto abre la puerta a todo tipo de problemas de salud mental y emocional. 

Sin embargo, en años recientes, ha habido resistencia pública en contra de esta práctica en publicidad y otros medios, reclamando retratos más realistas y naturales de las personas.