Ya sea comprada en una tienda o casera, la compota de manzana es una excelente delicia en cualquier momento del año. Aunque esta compota solo dura 1 a 2 semanas después de prepararla, puedes extender su duración en gran medida guardándola en una congeladora.

Método 1
Método 1 de 2:
Guardar compota de manzana en una congeladora

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    Enfría la compota en la refrigeradora. Vierte la compota de manzana en una olla o tazón poco profundo, después cubre el recipiente y mételo en la refrigeradora. Deja que la compota repose hasta que se haya enfriado por completo, un proceso que podría tomar de 1 hora a 1 día, dependiendo de la cantidad de compota que tengas. Posteriormente, saca el tazón de la refrigeradora.[1]
    • Para ver si la compota está lo suficientemente fría, mete una cuchara en el centro del tazón y luego saca un poco. Si está fría al tacto, saca el tazón.
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    Vierte la compota en un recipiente apto para la congeladora. Para un almacenamiento prolongado, puedes meter la compota en un recipiente firme y apto para la congeladora, como un frasco o una bolsa resellable de congeladora. El tipo de recipiente no afecta el sabor o la calidad de la compota; por lo tanto, escoja lo que sea más práctico para ti.[2]
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    Saca el exceso de aire si vas a usar una bolsa de congeladora. Coloca las manos en la parte superior de la bolsa y aplana la compota lo más que puedas. De esta manera, sacarás el aire de la compota, facilitando su almacenamiento.[3]
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    Deja 2,5 cm (1 pulgada) de espacio libre si vas a utilizar un recipiente firme. Durante el almacenamiento en la congeladora, la compota se volverá dura y se pegará a los bordes del recipiente. Esto puede dificultar la apertura del frasco, tarro u otro artículo de almacenamiento, porque la compota mantendrá la tapa cerrada. Para evitar estos problemas, deja al menos 2,5 cm (1 pulgada) de espacio entre la compota y la parte superior del recipiente.[4]
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    Cierra y etiqueta el recipiente. Después de verter la compota, tapa el recipiente o sella la apertura. Luego, coloca una pequeña etiqueta en el recipiente que indique la fecha de almacenamiento inicial y la marca de la compota o cualquier ingrediente que le hayas añadido.[5]
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    Guarda la compota en una congeladora hasta por 2 meses. Despeja cualquier sección de la congeladora para colocar ahí la compota. Por lo general, la compota de manzana congelada dura hasta 2 meses, aunque algunas versiones caseras se conservan en buen estado más tiempo.[6]
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    Descongela la compota cuando estés listo para comerla. Si dejas que la compota se descongele en la refrigeradora, debe durar otros 3 o 4 días. Si la descongelas con agua o en un microondas, cómela de inmediato para que no se dañe.[7]
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Método 2
Método 2 de 2:
Preparar una compota de manzana casera

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    Pela todas las manzanas y quítales el tallo. Con una peladora de verduras o un cuchillo, pela despacio cada una de las manzanas. Si por casualidad le quitas una parte a una manzana, ponla en un tazón para usarla más adelante. Si alguna de las manzanas tiene tallos, sácalos con los dedos.[8]
    • Cuando prepares una compota de manzana, puedes usar cualquier tipo de manzana que prefieras. Sin embargo, las manzanas como las McIntosh, Golden Delicious, Fuji y Cortland le darán a tu compota un sabor más tradicional.
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    Corta las manzanas por la mitad. Con un cuchillo filudo, crea un corte recto por el centro de cada manzana. Dependiendo de tus preferencias culinarias, puedes dejar las manzanas por la mitad o cortarlas de nuevo para crear cuartos iguales.[9]
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    Saca el núcleo de cada manzana. En el centro de cada rodaja de manzana, verás una mancha ligeramente decolorada que podría o no tener semillas. Este es el núcleo de la manzana, que tendrás que sacar antes de preparar la compota. Para hacerlo fácilmente, simplemente sácalo con una cuchara y corta de inmediato las secciones superiores e inferiores de la manzana.[10]
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    Corta las manzanas en trozos. El tamaño de los trozos determinará la rapidez de su cocción y el grosor de la compota. Los trozos pequeños se cocinarán rápido y te dejarán un plato con menos grumos, mientras los trozos grandes se demorarán más tiempo en cocinar y te dejarán una compota con más grumos. Para un término medio, crea trozos de un grosor de unos 2,5 cm (1 pulgada).[11]
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    Agrega agua en una olla y mete las manzanas. El agua les ayudará a las manzanas a reducirse a una pasta agradable, dándoles esa textura de compota bien conocida. Pon entre 1,5 cm (0,5 pulgada) y 2,5 cm (1 pulgada) de agua por cada 12 manzanas. Si las manzanas lucen muy secas, siéntete libre de agregar un poco más de agua en la olla, pero debes saber que si pones demasiada agua, la compota se volverá blanda e irregular.[12]
    • No te olvides de agregar cualquier pedazo de manzana que hayas cortado por casualidad.
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    Cocina las manzanas a fuego medio hasta por 1 hora, removiendo con frecuencia. Coloca la olla en una hornilla y configúrala a fuego medio. El tiempo de cocción variará dependiendo qué tan grandes y jugosas sean las manzanas, pero la mayoría de las tandas no deben demorarse más de una hora. Para evitar que las manzanas se quemen, remuévelas cada 2 o 3 minutos.[13]
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    Saca las manzanas del fuego una vez que las puedas cortar con facilidad. Puedes revisarlas pinchándolas con un cuchillo. Si el cuchillo entra sin que pongas resistencia, estarás listo para sacarlas del fuego.[14]
    • Por seguridad, dales a las manzanas tiempo para que se enfríen antes de seguir adelante.
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    Tritura o licúa las manzanas en caso de ser necesario. Si las manzanas no se redujeron lo suficiente, puedes descomponerlas más con algunos aparatos de cocina. Si quieres mantener parte de la textura grumosa, tritúralas con un moledor de papas, batidora, tenedor o artículo similar. Si quieres una textura más suave, usa una licuadora o un procesador de alimentos.[15]
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    Listo.
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Cosas que necesitarás

Guardar una compota de manzana

  • compota de manzana
  • refrigeradora
  • congeladora
  • olla o tazón
  • recipiente apto para la congeladora

Preparar una compota de manzana

  • manzanas
  • agua
  • pelador de verduras
  • cuchara
  • cuchillo
  • olla para cocinar
  • cocina u hornilla
  • moledor de papas, batidora o tenedor (opcional)
  • licuadora o procesador de alimentos (opcional)

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Categorías: Comida y diversión
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