Absoluto (filosofía)
Lo Absoluto es un concepto que se define como total e independiente de lo demás.[1] La etimología de la palabra añade Ab que significa separación y el verbo latino solvo que significa soltar/desvincular. Cualquier realidad, en tanto que pueda ser considerada como tal, ha de tener una relación de dependencia conocida o desconocida. Lo Absoluto se refiere a lo separado (ab-suelto) de toda existencia o de su posibilidad.
Lo Absoluto como "concepto en realidad"
El Absoluto ha de ser real; con independencia de ser o no ser conocido. De otro modo el absoluto estaría condicionado a la subjetividad de un conocimiento y sería contradictorio. Sin embargo, la propia atribuición de ser real condiciona a priori una noción; se trata por tanto de un argumento falaz en el que se está sujetando arbitrariamente lo absoluto a la noción de ser o de realidad y no ha de estar sujeto tampoco a nociones. En este sentido, en filosofía resulta impropia una definición para el absoluto; y al tratar de hacerlo realmente postulamos nuestra propia idea ante lo ignoto, por ejemplo: El ser real es un dominio en lo absoluto.
Diversas formas de concebir lo absoluto en la realidad
- Como fundamento del ser trascendente:
- Origen de la causalidad como causa primera
- Exigencia de un principio de razón suficiente como necesario
Bajo estos aspectos tradicionalmente se ha referido a Dios.
- Como concepto lógico-metafísico se concibe en formas diferentes:
- Como sustancia. Así lo conciben los racionalistas Descartes y Spinoza
- Como postulado de una idea trascendental en Kant
- Como sujeto. Así lo conciben los idealistas alemanes Fichte, Schelling y muy notoriamente Hegel para el cual El Absoluto es el Geist (razón, espíritu) de la dialéctica de la Historia.
- Como idea de lo omnicomprensivo. Así lo concibe Jaspers
Posibilidad acerca del conocimiento de lo Absoluto
La experiencia de lo Absoluto suele manifestarse en los místicos, pero la expresión de dicho conocimiento de experiencia refleja que no es posible su referencia con los conceptos habituales. Lo Absoluto entonces deviene inexpresable como concepto y dicha experiencia no puede superar el condicionante de lo puramente subjetivo.
Algunas experiencias contemplativas y artísticas acercan a dicha experiencia de lo absoluto, pero siempre bajo el prisma de la inexpresabilidad conceptual y siempre como experiencia subjetiva. En el uroboros se simboliza ésta imposibilidad como sujeto ante la transformación del devenir (según Platón) cuyo objeto es la integración y desintegración permanente de los fenómenos.
No obstante, el pensamiento tradicional ha considerado posible la comprensión de lo Absoluto, o al menos la posibilidad de hablar con sentido del mismo, como hemos visto en el apartado anterior.
En la actualidad, se tiende a pensar que no es posible hablar con sentido de lo Absoluto:
- Porque como concepto lleva implícito en sí una antinomia insoluble.
- Porque al no tener ningún elemento o conexión con lo observable rompe las reglas elementales de la sintáctica del lenguaje. Lo Absoluto, entonces, es una expresión que nunca podrá ser expresada como algo determinado, sino como aquello ignoto. Sólo podremos decir: 'Lo Absoluto' es Lo Absoluto. Sólo lo determinado y por tanto condicionado puede afirmarse como No-absoluto.
- Lo que se diga acerca de lo Absoluto es simplemente resultado de la imaginación.
Hegel
Hegel considera lo absoluto como una "realidad incondicionada que es, o bien el fundamento espiritual de todo ser, o bien el conjunto de las cosas consideradas como una unidad espiritual".[2] Esta definición de lo absoluto se encuentra también en las obras de F. W. J. Schelling, cuyas insuficiencias percibidas inspiraron a Hegel para desarrollar su propio relato distintivo.[3] El punto de vista de Hegel fue anticipado por Johann Gottlieb Fichte.[2] El concepto de "lo absoluto" como "la suma de todo ser, actual y potencial" fue introducido en la filosofía moderna por Hegel.[4][5]
Para Hegel, tal como lo entiende Martin Heidegger, el absoluto es "el espíritu, lo que está presente a sí mismo en la certeza del autoconocimiento incondicional".[6] Según entiende a Hegel Frederick Copleston, "[l]o gico estudia lo absoluto 'en sí'; la filosofía de la naturaleza estudia lo absoluto 'por sí'; y la filosofía del espíritu estudia lo absoluto 'en y para sí'. "[7]
En la filosofía británica, el autoidentificado neohegeliano F. H. Bradley distingue el concepto de absoluto de Dios, mientras que Josiah Royce, otro neohegeliano y fundador de la escuela filosófica del idealismo americano, los ha equiparado.[2]
El absoluto fenomenológico
Chez Husserl
En las Lecciones para una fenomenología de la conciencia íntima del tiempo' de Husserl, el a priori del tiempo conduce a la idea de una conciencia absoluta que tiene como propia una temporalidad absolutamente independiente de la temporalidad objetiva.
La inmanencia del Absoluto a sí mismo significa aquí que antes de toda constitución de un sentido, el sentido de toda constitución existe y permanece en sí mismo y en sí solo con la desnudez del hecho [...] Hay una vida del Absoluto que es anterior a la vida de la conciencia y constitutiva de ella
.[8]
Con Heidegger
Es proyectándose hacia su fin l' (Ser-hacia-la-muerte), anticipándolo, en la privación absoluta, como el Dasein tiene alguna posibilidad, de vislumbrar, la apertura primaria que hace posible toda presencia en el mundo.[9] Este tema es constante en Heidegger quien desde sus primeros análisis de la experiencia vivida en 1919, había asignado a la filosofía la tarea de descubrir la esfera originaria, el lugar independiente de las cosas del mundo pero que sin embargo
da a ser
, esto es lo que él cree haber descubierto, en la época de Ser y Tiempo] en los temas de Ser-versus-muerte] y Resolución]].[10]
En el sentido común, libertad se percibe como la ausencia de coacción que acompañaría
a la conciencia de una potencia indeterminada y a la capacidad de un comienzo absoluto
.[11] Jean-François Marquet[12] escribe
el Dasein (como ser-hacia-la-muerte) se experimenta, en su aislamiento, como pura existencia; como puro ser-ahí o en alemán puro Dass como la desnudez del "Dass" (del hombre) en la nada del mundo
.
Referencias
- Clément, Élisabeth; Demonque, Chantal; Hansen-Løve, Laurence et al. (2011). «absolu». En Hansen-Løve, Laurence, ed. La philosophie de A à Z (en francés). Paris: Hatier. p. 11. ISBN 978-2-218-94735-3. OCLC 795416746.
- Sprigge, T. L. S. (1998). Enciclopedia Routledge de Filosofía. Taylor and Francis. doi:10.4324/9780415249126-N001-1.
- Inwood, Michael. (1992) A Hegel Dictionary. p. 27
- Frederick Charles Copleston (1963). Historia de la filosofía: Fichte to Nietzsche. Paulist Press. pp. 166-180. ISBN 978-0-8091-0071-2.
- Herbermann, Charles, ed. (1913). "The Absolute" . Catholic Encyclopedia. New York: Robert Appleton Company.
- Heidegger, Martin (2002). Heidegger: Off the Beaten Track. Cambridge University Press. pp. 97-98. ISBN 978-0-521-80507-0.
- Frederick Charles Copleston (2003). 18th and 19th Century German Philosophy. A&C Black. pp. 173-174. ISBN 978-0-8264-6901-4.
- Gérard Granel, 1968, p. 47
- Jollivet, 2009, p. 118-119
- ,, p. 58
- 2013,, p. 472
- Marquet, 1996, p. 201
Bibliografía
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- Vicente Serrano Marín, Absoluto y conciencia: una introducción a Schelling, Plaza y Valdés España, 2008.
- Volker Rühle, "Jacobi y Hegel: en torno al problema de la exposición y de la comunicación de una filosofía del Absoluto", en: Pensamiento crítico, ética y absoluto : homenaje a José Manzana, 1928-1978 / coord. por Xabier Insausti, José María Aguirre Oraa, 1990, pp. 427-449.