Abya Yala

Abya Yala (del idioma guna: Abiayala para 'tierra en plena madurez')[1] es el nombre que en la actualidad utilizan los movimientos sociales originarios (o indígenas) americanos para referirse a América (todo el continente americano).[2] El nombre fue propuesto por el líder del pueblo aimara boliviano Takir Mamani y aceptado en 1977 por el Consejo Mundial de los Pueblos Indígenas durante la II Cumbre Continental de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas en Kiruna, Suecia.[3]

En la actualidad, muchas organizaciones, comunidades e instituciones indígenas de todo el continente prefieren referirse al continente completo como Abya Yala, en vez del término América. El uso de este nombre es asumido como una posición histórica y política por quienes lo usan, explicando que el nombre «América» o la expresión «Nuevo Mundo» serían propias de los colonizadores europeos y no de los pueblos originarios del continente americano.[4]

Etimología

La palabra Abiayala en idioma dulegaya (autotopónimo para la lengua guna) está compuesta por dos palabras:

  • Abia significa 'agujero de la sangre'.[3]
  • Yala significa 'montaña; territorio, región, comarca; continente'.[5]

Abiayala ha sido traducida como 'territorio salvado, tierra de sangre, tierra madura',[6] 'tierra de sangre vital' o 'tierra en plena madurez'.[1][7]

Críticas al término

No hay ninguna prueba histórica de que los guna de Colombia y Panamá se refirieran con el término Abya Yala a todo el continente.

De cualquier forma, el término América, en un principio, sólo se refería específicamente a la porción sur del continente que se extendía hacia el norte que Américo Vespucio determinó sin más. Cosmológicamente con esa palabra los Guna se referían principalmente a sus tierras ancestrales, es decir, a lo que hoy es Panamá y Colombia sino antropológicamente al concepto materno del territorio ocupado por ellos. Para algunos probablemente se referían también, como Vespucio, a toda la parte sur del continente, se ha replicado que dicho concepto no es conmensurable a la idea occidental de continente ni a la idea de todos los pueblos indígenas de este continente, pero esto pasa a ser irrelevante pues nos referimos al concepto de continente dado por la geografía moderna, además de que se reitera que no hay evidencia de que el pueblo Guna tuviera mayor conocimiento del regiones al sur de Colombia y al norte de Panamá. Cuando el geógrafo Américo Vespucio escribió sus cartas a Soderini, en Florencia (Italia), había interpretado encontrarse frente a un Nuevo Mundo para los europeos, pero no para los nativos, un nuevo continente, refiriéndose a toda la masa de tierra que iba desde la Tierra del Fuego hacia América del Norte. Por esto en Países Bajos el geógrafo Martin Waldseemüller nombró el continente para los europeos América, o tierra de Américo.

Por otra parte el empleo de este término, que ha sido considerado sin bases históricas demostrables, ha sido adoptado por algunos grupos indígenas, como bandera para consolidar grupos políticos de izquierda, en algunos países del continente, sin vinculación con las diferentes culturas que se desarrollan en el territorio continental. En particular, el empleo del término fue impulsado por el movimiento político del indianista boliviano aimara Constantino Lima (autonombrado Takir Mamani, n. 1933), tras una visita a Panamá. Los indigenistas bolivianos Pedro Portugal Mollinedo y Carlos Macusaya Cruz lo narran así en su libro El indianismo katarista. Una mirada crítica:

[Constantino Lima] se detuvo a visitar a los pueblos indígenas de Panamá. Allí se enteró de que ellos nombraban a sus tierras con el nombre de Abya Yala: «Fue un día inolvidable, porque después de 500 años separados artificialmente, llegó la ocasión en que me vi con los hermanos cunas. Llegué a la isla de Ustupo, una de las 300 islas de San Blas (República de Panamá). Sí, pues fue un solemne encuentro. Mientras nos abrazábamos, los corazones también parecían estar conversando, porque la diástole y la sístole parecían saltar cual fin de carrera de competencia. Los saylas [depositarios de la sabiduría tradicional] fueron los primeros en recibirme con los rigores y costumbres del indio decente. Entre tantas cosas llegamos al nombre de sus tierras. Fue un sayla de 76 años, acompañado de otros, quien narró la historia traída verbalmente de generación en generación, y que no podía seguir callando ante un hermano que llega de tan lejanas tierras».
Sobre si ese nombre sería restrictivo para uso de los cunas y sobre su significado, [Constantino] Lima indica: «Preguntado [al sayla] si ese nombre era para solo el llamado Centroamérica, exclamó: “No: es el nombre de toda la masa territorial, es decir de todo lo que dicen América del Norte, América Central y América del Sur. Abya-Yala es todo ello. En nuestro idioma, abya significa ‘tierra’ (como algo de Pachamama y muchos añadidos) y yala es un varón en auge de juventud. Luego, Abya-Yala es el territorio en pleno auge de juventud”».
Pedro Portugal Mollinedo y Carlos Macusaya Cruz[8]

Cada cultura le dio un nombre en su respectivo idioma al territorio que ocupaban.

Los aborígenes aztecas, antes de la conquista, se referían al mundo completo ―en realidad, al territorio mexicano― como Cemanáhuac (‘el todo entre las aguas’ en náhuatl clásico, ya que México está comprendido entre los océanos Atlántico y Pacífico).

En cambio llamaban Iví Maranauí (traducido antiguamente ‘tierra virgen’ y, actualmente, ‘tierra sin mal’) a toda la región guaraní: Paraguay, el sur de Brasil y el noreste de Argentina.

Se desconoce si alguna etnia americana pudo concebir el concepto del continente completo, más allá del limitado territorio que ocupaban.

Véase también

Referencias

  1. Juncosa, José F. (1987). «ABYA-YALA: una editorial para los indios». Chasqui (Quito, Ecuador: CIESPAL) (23): 39-47. Consultado el 23 de agosto de 2023.
  2. de la Cadena, Marisol (1 de enero de 2020). «Cosmopolítica indígena en los Andes: reflexiones conceptuales más allá de la «política»». Tabula rasa: 277. doi:10.25058/20112742.n33.10. Consultado el 22 de agosto de 2023.
  3. Centro Nacional de Acción Pastoral (1992). «Acerca del nombre «Abya Yala»». Temas de Nuestra América Revista de Estudios Latinoaméricanos 8 (18): 255. ISSN 2215-5449. Consultado el 22 de agosto de 2023.
  4. López-Hernández, Miguelángel (2001). Encuentros en los senderos de Abya Yala. La Habana, Cuba: Casa de las Américas.
  5. Orán y Wagua, 2009, p. 100
  6. Orán y Wagua, 2009, p. 20
  7. «Abya Yala, la mentira indigenista para suplantar el nombre español de América». Diario ABC. 11 de enero de 2023. Consultado el 22 de agosto de 2023.
  8. Portugal Mollinedo, Carlos; Macusaya Cruz (2005). El indianismo katarista. Una mirada crítica. La Paz, Bolivia: FES (Fundación Friedrich Ebert). pp. 272-273.

Bibliografía

  • Orán, Reuter; Wagua, Aiban (2009). gayamar sabga. Panamá: Fondo Mixto Hispano-Panameño de Cooperación. ISBN 978-9962-00-844-6. Consultado el 22 de agosto de 2023.

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