Adonisedec

Adonisedec fue un rey de Jerusalén, según el Libro de Josué.

Después de que Josué tomó Jericó y Hai e hizo siervos a los Gabaonitas que se le presentaron con engaños, temerosos del ejemplo desastroso de aquellas dos ciudades, quiso fortalecerse Adonisedec contra el ejército triunfante de los Israelitas y envió aviso a los Amorreos que habitaban en las montañas y a sus reyes, Oham, de Hebrón; Pharam, de Jermoth, Japhia de Lachis, y Dabir, de Eglon; previniéndoles la pérdida de la poderosa ciudad de Gabaon, la defección de sus habitantes y el engrandecimiento de Josué para que acudiesen con sus ejércitos a la común defensa. Pronto vinieron a su llamamiento los cuatro reyes y juntos con él cercaron Gabaon combatiéndola con todas sus fuerzas. Pero Josué, que se hallaba a la sazón en Gólgola, voló en socorro de los sitiados tan pronto como le dieron aviso y habiendo caminado sin descanso toda la noche cayó de rebato sobre los Amorreos, los destrozó causándoles gran pérdida a vista de la plaza y los persiguió sin perdonar fatiga por todo el camino de Beth-horón. El ejército derrotado de Adonisedec no tuvo que temer tanto en su huida a Josué como a la granizada de piedra que cayó sobre él hasta llegar a Azeca aumentando sus penalidades y causándole aun más mortandad que los mismos Israelitas.

Los cuatro reyes siguieron en dispersión con Adonisedec hasta Maceda en tanto que Josué, viendo que la noche iba á poner fin a su victoria sin la completa derrota de los Amorreos, pidió al Señor que alargase el día, que se detuviese el sol sobre Gabaon y la luna sobre el valle de Ayalon para que su pueblo pudiese exterminar a sus enemigos, según nos dicen los libros sagrados. Adonisedec y los reyes perseguidos, pudieron por el pronto salvar sus vidas, ocultándose en medio de la confusión de su derrota en una cueva de la ciudad de Maceda; y Josué regresó, sin perder un solo hombre, al campamento de Gólgola. El destrozo de los Amorreos fue tan grande en esta ocasión que apenas quedaron unos pocos que pudieron salvarse guareciéndose en las ciudades fortificadas. Después de esta victoria, el ejército de Josué se presentó más poderoso y respetado en los pueblos vencidos sin oír ni notar la menor queja contra Israel. Y hallándose decidido a no dar descanso a los Amorreos, levantó de nuevo su campo de Gólgola y se dirigió a las cuevas de la ciudad de Maceda, que había mandado cerrar con grandes piedras a sus gentes después de saber que estaban en ellas Adonisedec y sus reyes aliados para que no pudiesen salvarse.

Tan pronto como llegó a la ciudad, mandó que trajesen los reyes a su presencia y que llamasen a todos los varones de Israel. Adonisedec vino hasta donde estaban reunidos los israelitas y en presencia del pueblo sufrió con sus compañeros la humillación y afrenta de que les pusiesen el pie sobre el cuello, todos los príncipes del ejército victorioso, por mandato de Josué; quien al mismo tiempo animaba a sus jefes a nuevas victorias diciéndoles que así trataría el Señor a todos sus enemigos. Después de esto mandó Josué que les quitasen la vida y que les colgaron de cinco maderos. Sus órdenes se ejecutaron exactamente y así murió Adonisedec junto con los cuatro reyes Amorreos siendo sus cuerpos encerrados posteriormente en las mismas cuevas que les sirvieron de guarida cuando la derrota de Gabaon tras de haber estado algunas horas suspendidos del cadalso a la vista del pueblo.

Referencias

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