Agar e Ismael en el desierto

Agar e Ismael en el desierto es un óleo pintado por el pintor rococó italiano Giovanni Battista Tiepolo. Está datado hacia 1732 y mide 140 centímetros de alto por 120 cm de ancho. Se conserva en la Scuola di San Rocco de Venecia, Italia.

Agar e Ismael en el desierto
(Agar e Ismaele nel deserto)
Año Hacia 1732
Autor Giovanni Battista Tiepolo
Técnica Óleo sobre lienzo
Estilo Rococó
Tamaño 140 cm × 120 cm
Localización Scuola di San Rocco, Venecia, Italia Italia

Trata aquí Tiepolo un tema del Antiguo Testamento. Según el libro del Génesis, aunque Dios le prometió a Abraham ser el padre de naciones, Sara era estéril. Para ayudar a su marido a cumplir su destino, ella le ofreció a su esclava Agar como concubina. Agar se quedó embarazada de forma inmediata y comenzó a despreciar a su señora. Sara amargamente se quejó a su esposo, y éste le dijo que hiciera con su criada lo que quisiera. El duro trato que Sara le dio a Agar la forzó a huir al desierto con su hijo Ismael, donde encontró a un ángel que le anunció que sus hijos serían numerosos y le urgió a que regresara con su señora.

Después de este episodio, Sara concibe a Isaac, y tras nacer éste, según se relata en el Capítulo 21:8 y ss del Génesis, Agar y su hijo Ismael fueron echados de la casa de Abraham. Agar e Ismael vagaron por el desierto de Beerseba, donde se quedaron sin agua. Al llorar el niño, se apareció un ángel que

llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. 21:18 Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación. 21:19 Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho. 21:20 Y Dios estaba con el muchacho; y creció, y habitó en el desierto, y fue tirador de arco. 21:21 Y habitó en el desierto de Parán; y su madre le tomó mujer de la tierra de Egipto.[1]

El tema había sido tratado anteriormente por Claudio Lorena, enfatizando el paisaje desértico.

En el cuadro de Tiepolo toda la tensión se centra en los personajes y sus miradas. Aparece Agar, sosteniendo a su hijo Ismael, deshidratado, y mirando suplicante al ángel que se les aparece. El ángel se compadece del niño y les señala el camino de la fuente.

Toda la indigencia y desamparo de la pintura se manifiestan a través de expresión dolorida y suplicante de la madre, que tiene un gesto de sufrimiento y una postura que recuerda a las de una Virgen en una Pietà.

Referencias

  • Baur, E.-G., «El rococó y el neoclasicismo » en Los maestros de la pintura occidental, Taschen, 2005, pág. 376, ISBN 3-8228-4744-5
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