Al-Muttaqui

Al-Muttaqui (en árabe: المتقي, Abu Ishaq al-Muttaqi Illah Ibrahim ben Ŷá‘far al-Muqtádir) fue un califa abasí de Bagdad durante el periodo 940-944. Hijo de Al-Muqtádir, nació en 908 y murió en 968.

Dirham de al-Muttaqui

Elección

A la muerte de su antecesor Ar-Radi, Bajkam, el emir de emires, estaba en campaña contra un emir persa llamado Al-Baridi, que había sido visir y trataba de constituir un principado independiente tras tomar el control de Al-Madain, al sur de Bagdad.

Bajkam envió a su secretario para organizar una consulta entre los descendientes de los abasíes y los de los alíes, que eligiera al sucesor. Resultó escogido Al-Muttaqui, hermano menor de Ar-Radi. Al-Muttaqui aceptó el cargo y, como signo de agradecimiento, su primer gesto fue enviar un estandarte y un vestido de honor a Bajkam, para confirmarle en su cargo (941).

Los emir de emires

Bajkam derrotó a Al-Baridi, y antes de volver a Wasit, donde tenía su corte, participó en una cacería, en el curso de la cual, resultó muerto por una banda de salteadores kurdos. Bagdad cayó en la anarquía. Las tropas dailamitas y turcas fueron a reunirse con Al-Baridi, permitiéndole tomar Wasit y Bagdad como emir de emires. Después de algunas semanas se vio obligado a huir, siendo reemplazado por un dailamita llamado Kurtekin. La tiranía de éste fue tal, que el califa hizo llamar al gobernador de Siria Ibn Ra'iq[1] para echar a Kurtekin. Durante este tiempo, Al-Baridi descansaba en Wasit, de donde partió para atacar Bagdad. Ibn Ra'iq convenció al califa de que huyera con él a Mosul.

Al-Muttaqui fue bien recibido por los hamdaníes, que organizaron una campaña para reponerlo en el trono de Bagdad. El emir hamdaní de Mosul, Al-Hasan Násir al-Dawla se desembarazó de Ibn Ra'iq, haciéndole matar, y anexionó Siria a sus dominios (941). Al-Hasan se instaló en Bagdad, de donde expulsó a Al-Baridi.

A pesar de su poder, sus victorias sobre los bizantinos y sus orígenes árabes, los hamdaníes no fueron bienvenidos en Bagdad. Las tropas de mercenarios turcos no se dejaron dominar, y uno de sus jefes, llamado Tuzun, que acababa de vencer a Al-Baridi en Basora, entró triunfalmente en Bagdad, donde fue saludado con el nombre de emir de emires (942). Tuzun debió abandonar la capital, y durante su ausencia, una conspiración puso en peligro al califa, obligándolo a llamar de nuevo en su ayuda a los hamdaníes.

En 944, los hamdaníes y Tuzun hicieron las paces. Al-Muttaqui se retiró a Raqqa, ciudad que había sido en tiempos capital de sus antepasados. Refugiado en Raqqa, después de unos meses bajo la vigilancia de los hamdaníes, Al-Muttaqui llamó a su antiguo vasallo, el ijshidí Muhámmad ben Tughj. Este se apresuró a responder al califa, haciendo un humilde alegato y ofreciéndole suntuosos regalos. Le ofreció luego la posibilidad de refugiarse en Egipto, y ponerse así al resguardo de Tuzun. Esta oferta, así como la de los hamdaníes, tenía por objeto controlar el califato y anexionarse Siria. Rechazando estas dos ofertas de tutela, Al-Muttaqui se puso en manos de Tuzun, que juró tener las mejores intenciones tocantes al califa, pero que lo derrocó y mandó cegar. El mismo día, Tuzun instaló a Al-Mustakfi, primo de Al-Muttaqui (944).

Tuzun murió poco después, pero Al-Mutaqui sobrevivió hasta 968.

Notas

  1. Ibn Râ’iq había sido el primer titular del título de «emir de emires» en 936. Lo había sustituido Bajkam quien, para compensarle por la pérdida, le otorgó a cambio el cargo de gobernador del Levante.


Predecesor:
Ar-Radi
Califa abasí
940-944
Sucesor:
Al-Mustakfi

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