Ana Milena Muñoz de Gaviria

Como primera dama, Ana Milena gestó, lideró e impulsó actividades en el campo de la educación, la salud y la cultura, dirigidas fundamentalmente a la juventud, la mujer y la familia, tales como: Colfuturo, fundación cuyo fin es otorgar becas para estudios de postgrado en el exterior; la Fundación Nacional Batuta, dedicada a la educación musical; el Banco Social, programa de prevención y atención en salud en órganos de los sentidos; el Plan Nacional de Lectura y las Jornadas de Atención Integral Comunitarias. Por iniciativa de la primera dama se crearon la Consejería para la Juventud, la Mujer y la Familia, la Corporación Sur. CREA y el Programa Familia, Mujer, Infancia "FAM1". que bajo la coordinación del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar atiende a madres gestantes y lactantes y a los niños menores de dos años. Ana Milena Muñoz cambió lo que hasta ese momento tradicionalmente era la función de la esposa del presidente: presidir el Junta Directiva del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y ocuparse de algunos programas sociales. Con ella se inauguró una nueva época en palacio, ya que transformó el perfil de la primera dama de figura decorativa en escena pública hacia uno mucho más controvertido y con una decidida participación internacional.^{[cita requerida]} Ninguna otra primera dama había tenido tanta figuración en el exterior: participó en la organización de la Cumbre Mundial de primeras damas sobre el adelanto económico de la mujer rural y representó al país en toda suerte de certámenes internacionales. Gran amiga de la primera dama de Francia, Danielle Miterrand, fue catalogada junto con Hillary Rodham Clinton, esposa del presidente norteamericano, entre las cinco primeras damas más influyentes del mundo,^{[cita requerida]} según la revista francesa Point de Vue.

En 1992 se le criticó que asumiera la presidencia de la comisión de la Celebración del V Centenario del Descubrimiento de América desplazando al historiador Germán Arciniegas. En 1993 el debate sobre sus actividades se centró en la fundación Colfuturo, de la que había sido nombrada presidenta vitalicia. En aquel momento la Corte Constitucional determinó que "el llamado Despacho de la Primera Dama no puede serlo más, por ser ella una persona privada y carecer el despacho mismo de funciones". Así mismo decidió que "la Primera Dama no puede desempeñar labores propias de empleados públicos, pues ella como esposa del presidente es una persona particular".