Angelos (mitología griega)
En la mitología griega, Angelos era una hija de Zeus y Hera que fue conocida como una deidad del Inframundo.
Su historia aparece en un escolio del Idilio 2 de Teócrito que se atribuye al dramaturgo Sofrón, y dice así:
Hera, habiéndose acostado con Zeus, concibió una niña a la que llamaron Angelos ("mensajera", "ángel"). Fue criada por ninfas a cuyo cuidado su padre había confiado. Un día robó los ungüentos de su madre Hera, que hacían que el rostro resplandeciera, y se los entregó a Europa, hija de Fénix. Hera enfureció al enterarse y quiso castigarla. Angelos se escondió, primero en la casa de una mujer que había dado a luz y luego entre unos hombres que llevaban un cadáver. Hera se negó ir a estos lugares, por lo que Zeus ordenó a los cabiros que limpiaran a Angelos. Realizaron el rito de purificación en las aguas del Lago Aquerusia en el Inframundo. En consecuencia, recibió el mundo los muertos como su reino de influencia, y se le asignó el epiteto katachthonia ("ella del inframundo").[1]
La idea detrás del mito es que Angelos frustra la persecución de Hera yendo a lugares que Hera no puede, lugares que son impuros. Angelos va así adonde otras deidades no pueden o no quieren ir, siendo un psicopompo en ambos extremos de la vida, el nacimiento y la muerte. El robo del ungüento recuerda al robo del fuego de Prometeo y podría tener un significado ritual. El término que se usa para describir lo que hace el ungüento en el rostro de Hera es inusual; ya que hace que su rostro sea "aithon", un término relacionado con el éter, la sustancia brillante de las estrellas. El ungüento se lo da a Europa, amante de Zeus, a quien se le está otorgando una importancia inusual. Generalmente se piensa que Europa es una diosa semítica, que era de importancia en Creta, isla con la que Sicilia tenía lazos antiguos. El nombre "Europa" se refiere a Occidente y la puesta del sol; por lo tanto, Angelos entrega una luz solar a la oscuridad del Inframundo o, por extensión, a los mortales en general.
Dada la procedencia de Sofrón, Angelos pudo ser una deidad nativa de Sicilia que fue asimilada a Hécate y Artemisa. Según Hesiquio,[2] Angelos era un epíteto de Artemisa en Siracusa, siendo que Artemisa como diosa de la luna se identificó con Hécate. Angelos sería una versión temprana de Hécate, la que pertenecía tanto al mundo superior como al Inframundo, similar a la posición de Perséfone.[3]
Referencias
- Escolio de Teócrito, Idyll 2. 12 refiriéndose a Sofrón
- Hesychius s. v. Ἄγγελος, nuevamente refiriéndose a Sofrón
- Realencyclopädie der Classischen Altertumswissenschaft, Band I, Halbband 2, Alexandrou-Apollokrates (1894), s. 2189