Antonio Farfán

Nació en la ciudad de Cuzco en 1796, hijo de Domingo Farfán y Rosa de San Román. Ingresó a las fuerzas realistas en el batallón "Granaderos de Reserva del Cuzco", participando desicivamente en la campañas de José de la Serna en su invasión a Salta y Jujuy, pero fracasada esta misión el virrey Joaquín de la Pezuela, decidió que estos batallones fueran destinados a Guayaquil llegando en 1819 como un esfuerzo para evitar que la ciudad se vuelva a favor de los patriotas.

Antonio Farfán se identificó con las ideas patrias, por lo que fue una pieza fundamental en el 9 de octubre de 1820. Fue tan determinante su actuación, que fue uno de los diez que recibió la medalla de oro del “9 de Octubre” con la que el Ayuntamiento de Guayaquil premió a quienes más se distinguieron durante los acontecimientos de ese día. El 17 de julio de 1821, con energía y valor logró sostener Guayaquil debido a una traición que les había propiciado el comandante realista Nicolás López quien –de acuerdo con el Teniente de Fragata Ramón Ollague- pretendió devolver la ciudad a los realistas.

Antonio Fominaya

Una vez calmada las fuerzas realistas, este junto con otras patriotas inciaron el avance a la Sierra, derrotando en batalla al coronel Fominaya en la Batalla de Camino Real, pero serían derrotados en la Primera batalla de Huachi, pero esta vez la derrota total pudo ser evitada por la intervención del general venezolano Simón Bolívar mandando a su ayudante Antonio José de Sucre a derrotar a los realistas, una vez aplastadas las fuerzas realistas en la Batalla de Yaguachi, avanzaron pero atacada por el mariscal de campo Melchor Aymerich se les tuvo que unir el coronel Santa Cruz; el avanca de Quito se hizo de manera rápida, donde el capitán Farfán atacó con Lavalle en el Combate de Riobamba.

Las fuerzas realistas restantes fueron derrotadas en la Batalla de Pichincha, una vez concluida las batallas por Quito, fue destinado a apoyar la represión contra las pastusos, derrotándolo en la Segunda Batalla de la Cuchilla de Taindalá pero también en la vergonzosa Navidad Negra, una vez más Pasto se rebeló bajó la dirección del intrépido comandante Agustín Agualongo que derrotó a las fuerzas grancolombianas acantonadas en Pasto, poco después el mismo Bolívar condujo un ejército que los derrotó en la batalla de Ibarra, Bolívar proseguiría su avance a Perú, mientras dejaba a sus generales a cargo de pacificar Pasto.

Agualongo no se dio por vencido, organizó nuevas fuerzas y reconquistó Pasto en 1823, el coronel Farfán fue enviado junto con Flores a aplastarlo, lograndoló en el Combate de Calvario, con lo que Agualongo finalmente fue derrotado por el general Tomás Cipriano de Mosquera, una vez concluida la campaña contra Agualongo, vino una pequeña rebelión a cargo del cura Benavides que lo derrotaron en la Batalla de Sucumbíos, así de una vez pacificando la región.

Batalla de Miñarica de 1835

Durante un lapso de tiempo estuvo a cargo de zonas de Quito, hasta que la repentina muerte del general Bolívar y la caída de la Gran Colombia, lo obligaron a tomar una patria, que sería Ecuador en la república recién instaurada estalló la Guerra del Cauca en la que si bien logró triunfar en pequeños combates contra los colombianos, la falta de abastecimiento lo obligaron a rendirse, una vez regresado a Ecuador, tuvo que hacer frente a la Revolución de los Chihuahuas que terminaría con la victoria total en Miñarica, en el lapso de tiempo Farfán se casaría con la cuencana Rosa Avilés y Landívar con las quien tuvo 10 hijos.

Alejado de toda activida militar, el general Farfán se dedicaría a varios oficios para el servicio de Ecuador, pero por la tristeza y distanciado de su esposa moriría el 19 de septiembre de 1867

• http://repositorio.casadelacultura.gob.ec/bitstream/34000/1132/1/FR1-L-000412-Marquez-Natalicio.pdf
• https://www.enciclopediadelecuador.com/personajes-historicos/gral-antonio-farfan/