Antonio de Morga Sánchez Garay

Antonio de Morga Sánchez Garay (Sevilla, 29 de noviembre de 1559-Quito, 21 de julio de 1636) fue un abogado y funcionario colonial de alta graduación en Filipinas, Virreinato de Nueva España y Perú. Conocido también por su faceta como historiador, publicó el libro Sucesos de las islas filipinas en 1609, uno de los trabajos más importantes sobre la primera época de la historia de la colonización española de las Filipinas. Antonio de Morga además comandó una flota española en una batalla naval contra piratas holandeses en las Filipinas, en 1600.

Antonio de Morga Sánchez Garay


6.º Presidente de la Real Audiencia de Quito
1615-1636
Monarca Felipe III de España (1615-1621)
Felipe IV de España (1621-1636)
Predecesor Juan Fernández de Recalde
Sucesor Alonso Pérez de Salazar
Virrey Francisco de Borja (1715-1621)
Juan Jiménez (1621-1622)
Diego Fernández (1622-1629)
Luis Fernández (1629-1636)

Información personal
Nacimiento 29 de noviembre de 1559jul.
Sevilla (España)
Fallecimiento 21 de julio de 1636
Quito (Ecuador)
Nacionalidad Española
Familia
Padre Pedro de Morga
Educación
Educado en
Información profesional
Ocupación Historiador, abogado y funcionario

Educación

Fue alumno de la Universidad de Osuna, donde se graduó de Bachiller en 1574. En 1578 consiguió un doctorado en leyes y tras enseñar brevemente en Osuna volvió a Salamanca para estudiar leyes civiles.

Funcionario del Gobierno en España

En 1580 comenzó a servir en el gobierno del rey Felipe III como abogado. En 1582, siendo Alcalde entregador de la Mesta, contrajo matrimonio con Juana de Briviesca y Muñatones, hija del Corregidor de Ecija, quien le dio dieciséis hijos, aunque muchos de los cuales murieron de corta edad. En 1582 comenzó a trabajar también como Auditor General de las Galeras de España, cargo en el que permaneció algunos años hasta que en 1593 fue ascendido a Teniente Gobernador de las Islas Filipinas con el encargo de establecer la nueva Audiencia.

Funcionario del Gobierno en Filipinas

En 1593 fue enviado a Manila como teniente gobernador de las Filipinas, la segunda posición con mayor poder en la colonia, después de la de gobernador general. Llegó en Manila el 11 de junio de 1595, desde Acapulco, en la Nueva España. En 1598 dimitió como teniente gobernador para asumir el cargo de «oidor», o juez, en la recientemente restablecida Audiencia de Manila.

Mientras estaba estacionado en Manila, de Morga observó y escribió acerca de las muchas mercancías importadas de la Dinastía Ming en China. Llama la atención, sin embargo, que solamente menciona la porcelana en una ocasión, aun cuando en este tiempo era el artículo de exportación más numeroso, que junto con la seda, se exportaba a Europa.[1] Otras de las mercancías que Antonio de Morga mencionaba incluían:

... almizcle, benjuí y marfil; ornamentos, tapicerías de manteles, alfombras bordadas en terciopelo... aljofara y rubíes, zafiros y cristales; lavabos de metal, calderas de cobre y potes del arrabio... conservas hechas de naranja, melocotón, peras, nuez molida moscada, jengibre y otras frutas de China.[2]

De Morga también mencionó las innumerables «rarezas que, si refiriera todas, nunca acabaría de escribir, ni tendría suficiente papel para ello».[1]

Ilustración de 1603 representando el combate del San Diego de Morga contra el Mauritius de Van Noort.

En 1600 el gobernador Francisco de Tello de Guzmán eligió a De Morga para equipar una flota en Cavite para atacar a los corsarios holandeses que bajo el mando de Olivier van Noort atacaban los barcos que entraban en el puerto de Manila. Aunque Morga había tenido cierta experiencia militar como comandante de una flota española previamente y como teniente general en Filipinas por algunos años, nunca había estado en primera línea de combate.

La batalla que sobrevino fue muy intensa, con numerosas bajas de cada lado. La nave de De Morga empezó a hacer agua y se fue hundiendo lentamente sin alcanzar las costas. Muchos murieron pero Morga se salvó nadando durante cuatro horas, llevando el estandarte holandés con él, hasta que consiguió alcanzar una pequeña isla abandonada. La victoria final fue de los hispano-filipinos, que a pesar de perder una nave, la San Diego, y de sufrir numerosas bajas (259 hombres) pudieron alejar el peligro holandés de las costas filipinas.[3]

En Nueva España y Perú

En 10 de julio de 1603 partió de Manila, al comando de las naves que navegaban ese año hacia Nueva España. En 1603 fue designado Alcalde del Crimen de la Audiencia de México. En esa capital sirvió en los empleos de Auditor y Asesor de los Virreyes en las materias de Guerra y de Consultor del Santo Oficio. El Consejo de Indias le confió la visita y cuenta de propios de la ciudad y el Consejo de Castilla la visita y administración del estado del Marqués del Valle.

En 1606 falleció su esposa, y no fue hasta tres años después que contrajo segundo matrimonio con Catalina de Alcega. En 1614 pasó a la Presidencia de la Audiencia de Quito. De Morga era «un funcionario muy inteligente y preparado. Conocía la ley y sabía hacerla cumplir; pero tenía la suficiente imaginación para no ser su esclavo y enfocaba los problemas en forma original».

En lo principal se interesó en la construcción de caminos y habilitación de puertos, en la ampliación de los mercados y la defensa de los territorios costeros del reino. Quiso unir Ibarra y San Matheo, Quito y Bahía de Caráquez, Cali y Buenaventura. Fundó la ciudad de San Antonio de Morga de la bahía de Caráquez, así llamada en su honor y que además era puerto de mar por estar en la desembocadura del río Chone en una bahía muy profunda.

También dictó instrucciones para mejorar los trabajos en los Obrajes de la Audiencia y restauró los que funcionaban en Otavalo y en Peguche. Después se aplicaría su plan en otros obrajes con iguales benéficos resultados. En 1622 autorizó la fundación de la Universidad jesuita de San Gregorio en Quito. El 24 ayudó a la defensa de Guayaquil contra los piratas holandeses comandados por Jacobo L'Heremite, pero no fue del todo apropiada, luego de la primera incursión holandesa en la que fueron derrotados, los habitantes guayaquileños se quejaban amargamente por la falta de pólvora y del poco número de elementos que habían venido desde Quito y que la mala defensa se debía también a que los refuerzos llegaron tarde desde aquella ciudad.

Entre sus defectos se encontraban que era jugador y mujeriego, y como le gustaba hablar de sus conquistas, en algunas ocasiones se provocaban escándalos que su esposa disimulaba porque era complaciente y liberal en extremo, a la par de jugadora de cartas, lo cual era tomado como algo verdaderamente escandaloso.

En 1625 De Morga fue investigado por corrupción. Lo arrestaron, pero el 18 de septiembre de 1627 fue declarado inocente y sus oficinas le fueron restauradas. A excepción de ese período, De Morga ostentó la posición de presidente de la Audiencia de Quito desde 1615 hasta el año de su muerte en 1636.

Invasión Holandesa a Guayaquil

Antes de 1624 los piratas solo se aproximaron una sola vez a Guayaquil, siendo Thomas Cavendish quien arribo el 25 de mayo de 1587 a la Isla Puna a donde fueron atacados por un grupo de 100 valerosos españoles venidos de la ciudad a órdenes del Corregidor don Jerónimo de Reinoso. En los que fallecieron 9 ingleses y fueron prisioneros 3. Cavendish como venganza hizo quemar el pueblo de la Puna de 300 casas.

La expedición Holandesa que fue organizada por la Compañía de las Indias Orientales, el Príncipe Mauritius de Nassau y los Estados Generales. Lo lideraba Jacobo L. Heremite que falleció frente a las costas del Callao el 2 de junio de 1624 siendo su sucesor el Vicealmirante Gheen Huygen Schapenham. Una parte de la flota holandesa se dirigió a Guayaquil anclando cerca de la isla de Santa Clara el 1 de junio. En la noche se acercaron a la Puna donde capturaron 4 barcos españoles. Era corregidor de Guayaquil Diego de Portugal. Días antes el 20 de mayo al saber de la presencia Holandesa en Callao mando una solicitud a Quito para pedir ayuda y comenzó a preparar las defensas de la ciudad que no eran del todo eficaces por la mediocre calidad de su fábrica. Morga dispuso mandar 50 arcabuceros desde Quito a más de pólvora y aumentando su número al pasar por las poblaciones de Latacunga y Riobamba El 5 de Junio los Invasores aparecieron frente a Guayaquil en unas 7 lanchas cada una armada en su proa, compuesta por 200 hombres número abultado para el poco número de defensores españoles.

Desembarcan a las 7 de la mañana y pasan sin problema las trincheras que se hallaban al sur de la ciudad cuyo límite principal era el estero Villamar -calle Loja-; por allí estaban los astilleros y en la incursión prendieron fuego al San Diego que se estaba construyendo, después prendieron fuego a las casas siguientes también a las Iglesias de Santo Domingo, San Francisco -ubicada en Rocafuerte entre Loja y Manuel J Calle- y el pequeño Hospital. Los defensores tuvieron que agruparse en la Iglesia Mayor en donde contraatacaron exitosamente al enemigo provocando su retirada. Ellos perdieron 35 y 55 hombres a más de los 30 heridos mientras que las bajas locales llegaban a más de 10 y unos cuantos heridos.

El Jefe Schapenham que aun se mantenía en el Callao al conocer la noticia de lo sucedido decidió emprender viaje hacia el norte el 16 de agosto.

Los vecinos Guayaquileños estaban enardecidos por la primera victoria pero a la vez se quejaban amargamente de que su provisión de pólvora se había terminado, que habían sido superados grandemente en numero y que la mala defensa de la ciudad se debía a la tardía venida de la ayuda de Quito.

La flota enemiga fondeo en Puna el 25 de agosto y se dirigieron a Guayaquil en 9 lanchas y 2 galeras medianas con una fuerza de 400 a 500 mosqueteros, artilleros y lanceros. Aunque las trincheras que estaban en el astillero habían sido nuevamente arregladas, la defensa de la ciudad dirigida ahora por el General Ordóñez que reemplazo al Corregidor Portugal decidió que se concentraran en el centro del poblado en donde estaba la plaza y la Iglesia Matriz. En el violento encuentro el capitán Holandés cayo muerto obligando a los enemigos a replegarse en las afueras de la ciudad. La reserva enemiga que se encontraba en las lanchas se decidieron a intervenir para apoyar a los suyos que estaban siendo barridos por los locales. Se atrincheran en dos casas y las fuerzas españolas se agrupan para asaltarlas y a punta de sables y puñales los iban sacando. En la huida varios holandeses perecieron ahogados. El combate había terminado a la una de la tarde. Decenas de muertos y heridos fue el resultado.

Mientras España consideraba esta victoria de suma importancia para sus intereses imperiales, a Guayaquil le costó una enorme perdida de sus principales edificios y miles de sus habitantes quedando sin techo en donde vivir, a causa de las mediocres defensas por falta de apoyo de las autoridades superiores y también de la escasa ayuda venida desde Quito por orden del Presidente Morga.

Aunque se pretenda hacer creer que los guayaquileños son los causantes de que las demás ciudades costeras del actual Ecuador no pudieran desarrollarse como puertos es preciso anotar que ese impedimento no venía de la paupérrima Guayaquil sino directo del propio Rey Español cuya estrategia para defender esta parte del imperio consistía en evitar que se poblasen las costas para privar al enemigo de objetivos atractivos sumado a la pequeña flota de la Mar del Sur que no habría podido detener en este caso a la flota holandesa.[4]

Carta de al presidente Antonio de Morga

Copia de carta del cavildo de la Ciudad de San Antonio de Morga Baya de Caracas escrita al Señor Doctor Antonio de Morga, presidente de la Real Audiencia de Quito, su fecha a 2 de Henero de 1629 años.
En esta Ciudad de San Antonio de Morga y Baya de Caracas hicimos elección de Alcaldes y Regidores, ayer día de año nuebo porque se comiense con el ano las elecciones de Alcaldes y Rejidores y demás oficios que se elijen para la administración y gobierno de esta Ciudad y su tierra acordó este Cavildo de la quenta a Vuestra Señoría desta elección como a cabeza de ella a cuyo cargo por cédula particular del Rey nuestro Señor le está cometido por bía de gobierno la población della y caminos. Los electos del Cavildo son quatro Rejidores y dos Alcaldes Hordinarios y uno de la Santa Hermandad y Procurador General. Regidor el primero es el Capitán Basilio de Bargas que al presente está en el puerto con navío a se avecindado en esta Ciudad y se le a dado solar en ella declaró tener treynta mil pesos de hacienda, será muy buen Vezino por ser rico y muy honrado; el segundo Rejidor es Francisco Gonzales Salguero; el tercero Regidor es Fernando Cortés Masias; el quarto Regidor es el Capitán Alonso Hernández Carvajal y Alcalde de la Santa Hermandad; Procurador General Fernando Cortés Masias. Alcaldes Hordinarios es Francisco Gonzales Salguero y el Capitán Francisco Ramirez Betancur.Y este es el estado en que al presente queda esta Ciudad con el gobierno della y aunque los tiempos han sido tan secos que a faltado el sustento del maíz y los Vezinos que aquí vivimos nos a hecho mucha gran falta porque se ha metido todo de acarreto y ha sido causa de que no s ayan poblado muchos Vezinos en ella este año. Será Dios servido de que acudiendo los temporales buenos de tenga de comer en ella y se animen muchos Vezinos a venir a hazer su Bezindad y será todo siempre a más con el / favor de Dios Nuestro Señor. Quatro Nabíos en este mes pasado an estado en este puerto y los dos dellos an salido ya y los dos están en este dicho puerto que todos vienen a cargar de madera y barazón de mangle que es mucha cantidad la que ay y con esto se ba esta Ciudad poniendo en buen punto , Vuestra Señoría haga despachar el Vicario que está nombrado para esta Ciudad porque nos haze muy gran falta a los Vezinos della y será parte estando el Vicario en ella para que baya en más aumento la Bezindad porque desto tiene muy grande necesidad. Volvemos a referir a Vuestr Senoria cuya persona guarde (Dios) muchos años; de esta Ciudad de San Antonio de Morga y henero 2 de mil y seiscientos y beynte y nueve años.
(f)Joan Macías Cortés. (f)Francisco Ramírez Betancur. (f)Francisco Gonzales. (f)Basilio de Bargas. (f) Fernando Cortés Macías. (f)Alonso Hernández Carvajal.

Concuerda con la carta original que queda en mí poder.

(f)Doctor Antonio de Morga.
Archivo General de Indias,QUITO,11,R.3,N.36
Cubierta de los Sucesos de las Islas Filipinas.

Sucesos de las Islas Filipinas

Dibujo que muestra algunos de los vestidos de seda mencionados en los escritos de De Morga.

En 1606 De Morga editó los Sucesos de las Islas Filipinas, que dedicó a su protector el Duque de Uceda, a quien le envió un valiosísimo salero de plata con sus cubiertos de oro para que le concediera un ascenso, pues el Duque era válido de Felipe III.

Los Sucesos fueron publicados en Ciudad de México en 1609 en dos volúmenes, aunque la obra ya había circulado años antes en forma de manuscritos. La obra cubre los años a partir de 1493 hasta 1603. En ella se tratan los aspectos políticos, sociales y económicos de la relación entre los nativos y los colonizadores. La posición oficial de Morga le permitió el acceso a muchos documentos del gobierno.

José Rizal fue uno de los lectores que quedó impresionado por el trabajo, decidiendo anotarlo y publicar una nueva edición. Rizal comenzó a trabajar sobre ello en Londres, terminándolo en París en 1890. Al respecto escribió:

Si el libro (Sucesos de las Islas filipinas) consigue despertar el sentido de nuestro pasado, borrado ya de la memoria, y rectificar lo que se ha falsificado y tergiversado, entonces mi trabajo no ha sido en vano, y con esto como base, aunque sea pequeña, puede servirnos para estudiar en el futuro.

Del libro “Sucesos de las Islas Filipinas”

Su carácter de testimonio directo hace de este libro, desde el punto de vista histórico, una fuente primaria de excepción por el tiempo en que fue escrito, el mundo que relata y la coyuntura cultural que refleja, evidente desde la fecha de aparición del libro, tanto por haber sido de primera para las Filipinas, como para la política de España hacia China, Japón, Camboya, Siam y las Molucas.[5]

Morga enriquece su historia intercalando en ella documentos originales de los protagonistas de los que va describiendo: la relación de la expedición de Mendaña que hace Pedro Fernández de Quirós, la Carta del hazañoso Blas Ruíz de Hernán González, sobre todo las aventuras de españoles y portugueses de Siam, Camboya, la de Hernando de los Ríos, uno de los españoles más cultos que en su tiempo hubo en Oriente, la de fray Martín de Ascensión antes del martirio, desde Nagasaki, y algunos otros de menor importancia, sin olvidar las cartas e instrucciones que el gobernador Tello le dio para la batalla contra Van Noort.[6]

Con todo, en la cultura española, desde su aparición en 1609, la obra no ha sido estimada desde ninguno de los aspectos en que es un documento imprescindible no solo para la cultura filipina sino hispanoamericana.

Desde el punto de vista filológico, es extraordinaria su riqueza léxica como lengua de uso de la época en el que el castellano tuvo mayor expansión, ya que es muy común la presencia de mexicanismos y “nahuatlismos”, como préstamos de las lenguas de Asia Sudoriental y de los idiomas de las Filipinas, utilizados de modo natural y con ellos se podría decir que la lengua franca del ambiente de que el libro es producto.

La rareza del libro de Morga, por la escasez de ejemplares que de él al parecer se hicieron, y el hecho de haberse publicado en México, se podría aducir como una causa del desconocimiento del libro en España. Entre sus primeros escritos anteriores a 1600, destacan algunos fundamentales: los de fray Domingo de Salazar, de fray Juan de Plasencia, de Miguel de Loarca y de fray Martín de Rada. Se podría decir que de los documentos de estos autores la mayoría son de un sentido de documentación de un riquísimo contenido con preciosas ilustraciones, y al parecer coetáneas.[7]


Predecesor:
Título sin creación
Primer Oidor de la Real Audiencia de Manila

1598-1603
Sucesor:
 ?
Predecesor:
Juan Fernández de Recalde
Presidente de la Real Audiencia de Quito

1615-1636
Sucesor:
Alonso Pérez de Salazar

Referencias

  1. Brook, 206.
  2. Brook, 205–206.
  3. https://data.cervantesvirtual.com/manifestation/642120
  4. Lawrence, Clayton (1973). «Guayaquil y la Defensa de la Hegemonía Española en el Pacifico Oriental, durante los siglos XVI y XVII». Revista del Archivo Histórico del Guayas Dic 1973 Año II Núm. 4. Guayaquil: Talleres Gráficos del Archivo Histórico del Guayas. pp. 27-46.
  5. de Morga, Antonio (2007). Sucesos de las Islas Filipinas. México: FCE. pp. XXXIV.
  6. de Morga, Antonio (2007). Sucesos de las Islas Filipinas. México,: FCE,. pp. XXXV.
  7. de Morga, Antonio (2007). Sucesos de las Islas Filipinas. México: FCE.

Bibliografía

  • Brook, Timothy. The Confusions of Pleasure: Commerce and Culture in Ming China (1998). Berkeley: University of California Press. ISBN 0-520-22154-0 (Paperback).
  • Reece D., Alfonso. (2010). Morga: Sucesos de la Real Audiencia de Quito. Segunda Edición. Alfaguara Serie Roja Grupo Editorial Santillana. Quito, Ecuador 2010.

Enlaces externos

Véase también

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