Atentado de Hipercor
El atentado de Hipercor fue perpetrado por la organización terrorista ETA el 19 de junio de 1987 en la ciudad de Barcelona (España), y consistió en la colocación de un potente explosivo en un centro comercial de la empresa Hipercor ubicado en la avenida Meridiana de dicha ciudad. Fue el mayor atentado de la historia de la banda terrorista en la capital catalana,[1] causando la muerte de 21 personas y heridas a otras 45. ETA explicó en un comunicado posterior que había avisado previamente de la colocación de la bomba y que la policía no desalojó el local.[2]
Atentado de Hipercor | ||
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Parte de la campaña de atentados de ETA en Cataluña | ||
La avenida Meridiana de Barcelona, lugar donde se produjo el atentado. | ||
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Lugar | Barcelona, España | |
Coordenadas | 41°25′41″N 2°11′08″E | |
Blanco(s) | Civiles | |
Fecha |
19 de junio de 1987 16:08 (UTC+2/CEST) | |
Tipo de ataque | Atentado terrorista con explosivos | |
Arma(s) | Coche bomba | |
Muertos | 21 | |
Heridos | 45 | |
Perpetrador(es) | ETA | |
Atentado
El atentado se realizó con un coche bomba cargado con 30 kg de amonal, cien litros de gasolina, escamas de jabón y pegamento hasta sumar 200 kg de carga explosiva.[3] Los miembros del Comando "Barcelona" Josefa Ernaga, Domingo Troitiño y Rafael Caride Simón depositaron el explosivo en el maletero de un Ford Sierra robado que aparcaron en el estacionamiento del hipermercado Hipercor, situado en la popular avenida Meridiana de Barcelona.[4] Según declararon los autores tras ser detenidos, la elección del objetivo se hizo por creer que Hipercor era una empresa de capital francés.[5]
Según quedó probado en el juicio, Troitiño realizó tres llamadas de aviso desde una cabina telefónica, dirigidas a la Guardia Urbana de Barcelona, a la administración del propio establecimiento y al diario Avui.[4] La información era confusa porque no explicaba que el explosivo estaba en un coche y señalaba la hora de la explosión para las 15:30 horas (dando un margen de entre cinco y quince minutos desde las llamadas), 38 minutos antes de la hora real. La búsqueda fue realizada por el personal de la empresa de seguridad que custodiaba el edificio con ayuda de la Policía y la Guardia Urbana y, al no ser encontrado ningún paquete sospechoso y sobrepasarse la hora señalada para la explosión, la dirección de Hipercor y las fuerzas policiales no consideraron necesario el desalojo del local.[6] Un último factor fue que en aquella época, según informó La Vanguardia, se recibían una veintena de avisos falsos de bomba, siendo doce ese día.[7] Al ser un viernes a primera hora de la tarde, el local, sin estar atestado, tenía más gente de la que era habitual a esa hora realizando sus compras.
A las 16:10 horas actuó el temporizador que activaba los explosivos, ocasionando una enorme explosión que voló por los aires la primera planta del garaje, y provocando un socavón de 5 metros de diámetro en el suelo del establecimiento por el que penetró una bola de fuego que abrasó a todas las personas que encontró a su paso. La mezcla explosiva tuvo efectos similares a los del napalm, pegándose a los cuerpos y elevando la temperatura hasta los 3.000 grados centígrados. Además, los gases tóxicos producidos, provocaron la asfixia de otras personas no afectadas por el fuego.[8] Como consecuencia, perecieron 21 personas y otras 45 resultaron heridas de diversa consideración.[4] La llegada inmediata de la Policía y los bomberos atenuó el alcance de la masacre, ya que de no haberse extinguido a tiempo, el incendio habría afectado a otras plantas del supermercado. Algunos de los fallecidos (la mayoría de los cuales eran mujeres y niños), quedaron completamente carbonizados.[9]
La explosión provocó además la destrucción de unos 20 vehículos que se encontraban en el aparcamiento siniestrado, otros 25 sufrieron daños de gravedad y otros muchos fueron afectados por el humo, además de daños importantes en las instalaciones del hipermercado y de diversa consideración en algunos immuebles vecinos, sobre todo balcones y cristales.[9] Finalmente fueron valorados en unos 400 millones de pesetas (2,4 millones de euros).[10]
Juicios
Condenas penales
Cuatro miembros de ETA fueron condenados por la Audiencia Nacional a penas de casi 800 años cada uno en dos juicios celebrados en 1989 y 2003. Estos fueron:[4]
- Domingo Troitiño: 794 años de prisión como autor material de la masacre. Detenido en el año 1987 y condenado en 1989. Fue puesto en libertad en noviembre de 2013 tras la derogación de la doctrina Parot, habiendo cumplido 26 años en prisión.
- Josefa Ernaga: 794 años de prisión como autora material de la masacre. Detenida en el año 1987 y condenada en 1989. Terminó de cumplir su condena en diciembre de 2014, tras pasar 27 años y medio en prisión.
- Rafael Caride Simón: 790 años y medio de cárcel como ideólogo del atentado y participante en el mismo. Fue extraditado en el año 2000 y condenado en 2003. Terminó de cumplir su condena en agosto de 2019. Dispuso del segundo grado desde 2017.
- Santiago Arróspide Sarasola, Santi Potros: 790 años y medio de cárcel como máximo responsable de la banda terrorista. Fue extraditado en el año 2000 y condenado en 2003. Terminó de cumplir su condena en agosto de 2018, tras pasar 18 años en prisión.
Responsabilidad civil del Estado
Años después se dictaron nuevas sentencias que fueron las primeras en la historia judicial española en reconocer la responsabilidad patrimonial parcial[11] del Estado por negligencia en un atentado terrorista.[12] El tribunal consideró que la Policía no actuó ni para desalojar el edificio ni para evitar que siguieran entrando personas en él.[13]
Véase también
Referencias
- Caballero, Andreu (19 de junio de 2012). «Víctima de Terra Lliure: "En el juicio, los terroristas me decían que mi dolor era por el bien de Cataluña"». La Voz de Barcelona. Consultado el 26 de octubre de 2019.
- "hacia las tres de la tarde, uno de los miembros del grupo realizó desde cabinas telefónicas públicas tres llamadas, comunicando en nombre de ETA que tendría lugar una explosión en el establecimiento entre las 15:30 y las 15:40, a la Guardia Urbana, a “Hipercor” y al diario “Avui”, llamada que se participó a los “Mossos d’Esquadra”, quienes a su vez dieron cuenta, a las tres y media, a la Sala de Seguridad Ciudadana... Las fuerzas policiales que acudieron al lugar y el servicio de seguridad del establecimiento no consideraron conveniente la evacuación del edificio y, sobre las 15:55 horas, visto que no se había localizado la bomba y que había pasado ya con creces el tiempo del aviso, se adquirió por la dirección del centro comercial la convicción de que se trataba de una falsa alarma... (hechos probados de la sentencia dictada el 23 de julio de 2003 por la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional y ratificados en apelación)"
- «Hipercor, el atentado más salvaje» (html). La Vanguardia. 19 de junio de 2017. Consultado el 26 de octubre de 2019. «La deflagración del Ford Sierra cargado con 200 kilos de amonal, gasolina, escamas de jabón y pegamento causó efectos similares al napalm y convirtió el aparcamiento en un horno de tres mil grados de temperatura. La mezcla explosiva se pegaba a personas y coches consumiendo el oxigeno rápidamente ».
- «Hoy se cumplen 22 años del atentado de Hipercor» (html). ABC. Agencia EFE. 19 de junio de 2009. Consultado el 26 de octubre de 2019.
- «Cita».
- «El desalojo no hubiera evitado la masacre» (html). La Vanguardia. 21 de junio de 1987. p. 26. Consultado el 26 de octubre de 2019. «La primera llamada se efectuó sobre las tres y cuarto de la tarde al propio centro comercial. El comunicante que se identificó como miembro de ETA, señaló que esta organización terrorista había colocado un artefacto en el hipermercado, que haría explosión en el plazo de quince minutos. A las 15.25, una voz masculina informaba al diario "Avui" que ETA había depositado una bomba en el centro comercial, que estallaría al cabo de cinco minutos. La revisión de las instalaciones del hipermercado la llevó a cabo el personal de la empresa de seguridad que custodia al edificio, con la ayuda de Policía y Guardia Urbana. Al no hallar ningún paquete explosivo y como quiera que se había sobrepasado la hora señalada para la deflagración, se dio por finalizada la inspección, según informaron fuentes oficiales ».
- «El desalojo no hubiera evitado la masacre» (html). La Vanguardia. 21 de junio de 1987. p. 26. Consultado el 26 de octubre de 2019. «La policía recibe cada día una veintena de avisos de bomba ».
- «Hipercor, el atentado más salvaje» (html). La Vanguardia. 19 de junio de 2017. Consultado el 26 de octubre de 2019. «[...] causó efectos similares al napalm y convirtió el aparcamiento en un horno de 3.000 grados de temperatura. La mezcla explosiva se pegaba a personas y coches quemándolos y consumió el oxígeno rápidamente. Los bomberos informaron que "Cuando llegamos ya no se oían gritos de auxilio ni lamentos. Sólo había humo y silencio" ».
- «ETA asesina a quince personas, entre ellas mujeres y niños, en el atentado más sangriento de su historia» (html). La Vanguardia. 20 de junio de 1987. p. 3. Consultado el 26 de octubre de 2019.
- «El fiscal pide 950 años para los asesinos de Hipercor» (html). El Periódico Extremadura. 30 de junio de 2003. Consultado el 26 de octubre de 2019.
- «Hoy se cumplen 22 años del atentado de Hipercor» (html). ABC. Agencia EFE. 19 de junio de 2009. Consultado el 26 de octubre de 2019. «Once años después de la matanza, en mayo de 1998, el Tribunal Supremo condenó al Estado, como responsable civil subsidiario, a pagar 106 millones de pesetas a doce de los afectados. El fallo condenaba al Estado a hacerse cargo del 50% de las indemnizaciones correspondientes a los terroristas ».
- Ríos, Pere (22 de agosto de 2007). «Las heridas, todavía abiertas, del atentado de Hipercor» (html). El País. Consultado el 26 de octubre de 2019.
- Argemi, Anna (21 de mayo de 1994). «El Estado, condenado por negligencia policial en el atentado de Hipercor» (html). El País. Consultado el 26 de octubre de 2019. «[...] según la sentencia, "entre la llegada de las dotaciones policiales y la explosión no se hizo absolutamente nada para intentar el desalojo e impedir que el público y los vehículos siguiesen entrando y saliendo". Si la policía hubiera actuado con diligencia habría habido "tiempo bastante para evitar las consecuencia [de la explosión del coche bomba] o al menos, para aminorarlas" añade ».