Báculo pastoral
El báculo pastoral o pastoral es un cayado que llevan los obispos como signo de su función pastoral y que se le entrega en su consagración.[1]

El pastoral viene usándose como distintivo del oficio de los obispos desde el siglo VII, por lo menos, en España, como consta por testimonios de San Isidoro; pero es creíble que ya desde el siglo IV lo llevaran algunos obispos con dicho significado, según lo manifiesta algún texto de escritores de la época.[cita requerida] Su material de fabricación ha sido la madera, el marfil, el hierro, el bronce, la plata y el oro y con frecuencia se hallan ejemplares adornados con los más exquisitos detalles del arte, conservándose algunos desde el siglo XI y muy preciosos desde el XIII. Constan por lo común de dos partes distintas y separables, que a menudo son de material diferente una de la otra, a saber:
- el palo o asta
- el cayado o voluta, que lleva en su base un nudo esférico o prismático.

Toda esta segunda parte que siempre se decora más que el asta, suele llevar, desde el siglo XII, figuras emblemáticas o iconísticas, sobre todo, en medio de la voluta. El báculo del Papa termina en un crucifijo. En cuanto al uso del báculo, es usado por los obispos durante las Misas y otros oficios solemnes que presiden. Los abades mitrados lo llevan habitualmente menos ornamentado que los obispos y con un corto velo suspendido del nudo. Los obispos de rito griego sustituyen la voluta por un travesaño en forma de T adornada y decoran el asta con nudos artísticos y otras labores.
También se entrega un báculo a los abades en su investidura, como distintivo de su función. Asimismo, en las catedrales, los obispos diocesanos, pueden ceder su báculo a otro obispo que presida Misa (principalmente el nuncio apostólico o algún otro dignatario de la Santa Sede), aunque en algunas ocasiones, suele traer su propio báculo, habiendo uno de madera y otro de metal. Sin embargo, cuando un nuevo obispo realiza toma de posesión canónica, el Saliente llega con el resto de los celebrantes a su sede en la catedral diocesana, una vez finalizada la Lectura de las Letras Apostólicas y firmada el Acta, por parte del nuncio apostólico, el obispo Entrante, su símil saliente y el presidente de la Conferencia Episcopal, el obispo Entrante recibe de manos del Saliente el báculo pastoral y prosigue con la celebración eucarística. Además, una vez fallecido el obispo, en la Misa Fúnebre, se pone encima de su féretro el báculo pastoral, junto al resto de los ornamentos y el libro de los Evangelios.
Referencias
- Real Academia Española. «báculo pastoral». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
Bibliografía
- El contenido de este artículo incorpora material de Arqueología y bellas artes, de 1922, de Francisco Naval y Ayerbe, que se encuentra en el dominio público.