Baalshamin
Baalshamin, en semítico sirio, Beelshamen o Baal Shamen (ܒܥܠ ܫܡܝܢ en arameo) fue un dios celeste fenicio y deidad suprema en la mayoría de los pueblos semitas ocupantes del oriente del Mediterráneo.
Fue venerado en Egipto y en Roma y su culto principal tuvo lugar en la antigua ciudad preislámica Siria de Palmira. Su nombre,significa "Señor de los cielos".[1] Sus atributos son el águila y el rayo.
Baalshamin fue el rey de los dioses, después de haber conquistado el reino de otro dios, Yam, el dios de los mares. Es el príncipe y señor de la tierra, la lluvia y el rocío, que luchó contra Mot, dios de la muerte, la esterilidad y la sequía. Como resultado de este combate, seguirá un ciclo de siete años de fertilidad y abundancia o de sequía y hambre.
"Beel" es también equivalente a la semíticas Baal y Bel, que significa "Señor" y era también un antiguo nombre de Enlil y Marduk.
En su honor, como dios del cielo y portador de lluvia y fertilidad, se construyó en Palmira el Templo de Baalshamin en el año 17, siendo posteriormente reconstruido en los siglos II y III, al noreste del Tetrapilón principal.
En ocasiones se le encontraba acompañado con los dioses Aglibol y Malakbel, formando en este caso, una famosa tríada local que celebraba la eternidad celeste y los beneficios del calor vinculado a la humedad. En la figura, aparecen los tres dioses portando armadura romana, como símbolo de veneración también por Roma, donde habría llegado traído por los soldados de Palmira enrolados en el ejército romano.
Referencias
- Encyclopedia Mythica. «Artículo Baal Shamin de Micha F. Lindemans» (en inglés). Archivado desde el original el 21 de junio de 2009. Consultado el 11 de diciembre de 2010.
Véase también
Bibliografía
- Kaizer, Ted: The religious life of Palmyra. Stuttgart: Franz Steiner Verlag, 2002.