Luis Batlle Berres

En los inicios de 1946 fue elegido Vicepresidente de la República, acompañando a Tomás Berreta. Asumió la Presidencia tras la muerte de Berreta el 2 de agosto de 1947, desarrollando una política estatista y proteccionista, que en varios aspectos continuó la política de sustitución de importaciones creada en los años 1930. Esto se llamó Neobatllismo.[3]

El 14 de agosto, en la ceremonia formal de asunción, Batlle ofreció un discurso en el que fijó tres objetivos de gobierno: proteger y fomentar la industria; estimular actividades agropecuarias como la lechería, la agricultura y la ganadería intensiva; y promover la subdivisión de la tierra.[4]

En ese mismo mes, en agosto, se reunió con Luis Alberto de Herrera a los efectos de explorar un acuerdo que brindara estabilidad a su gestión. El presidente desconfiaba del apoyo de sectores minoritarios de su partido, pero también temía un posible hostigamiento por parte del Partido Nacional. Por estas razones, le ofreció a Herrera cargos en los directorios de los nuevos entes autónomos a cambio de apoyo. El pacto fue denominado por Herrera como "Coincidencia Patriótica", pero popularmente también se le conoció, de forma despectiva, como "el reparto". En la primera quincena de 1948, el Parlamento sancionó un paquete de normas que creaban veinticinco nuevos cargos de dirección del Estado, cuya designación incluyó a miembros del Partido Nacional, como se había acordado con Herrera.[5][4]

En diciembre de 1947 Batlle anunció una modificación de su gabinete haciendo ingresar más dirigentes quincistas a las cartas ministeriales y, antes de finalizar el año, el Parlamento aprobó el convenio para saldar la deuda que poseía el Reino Unido con Uruguay, permitiendo la nacionalización de las empresas británicas entregadas como medio de pago (Administración Municipal de Transporte en 1947, OSE en 1949 y AFE en 1950).[4]

Su personalidad carismática y su profunda huella en la vida política de su tiempo se apoyaron, entre otras razones, en el manejo de una estructura de clubes políticos barriales que recogieron el voto de buena parte de las clases media y obrera, a impulso de caudillos locales que muchas veces canjearon aquellos sufragios por puestos en la administración pública o por promesas de los mismos, lo cual fue de profundas y duraderas consecuencias en la vida política del Uruguay.[6] Así, en su presidencia la lista 15 se fortaleció en todo el país con red de clubes en la capital y ciudades y pueblos del interior. En octubre de 1948, comenzó a publicarse el diario Acción para divulgar la visión de la lista 15 y en los meses posteriores absorbió a grupos menores como Doctrina y Acción de Antonio Rubio, o Avanzar, en cuyas filas militaba Alba Roballo.[4]

Entre sus más entusiastas militantes se destacó un grupo conocido como los jóvenes turcos de Luis Batlle: Zelmar Michelini, Teófilo Collazo, Norberto Sanguinetti, Tabaré Hackenbruch, Julio María Sanguinetti.[7]

Si bien su liderazgo en el Partido Colorado fue amplio, no fue total, no solo por la oposición del núcleo conservador de la "lista 14" sino también por la intensísima fragmentación en multitud de listas que fue moneda corriente en su colectividad desde entonces. Tildado como "el mandón" por la propaganda adversa de su propia colectividad. Al finalizar su mandato, y no pudiendo ser reelegido, impuso al químico farmacéutico Andrés Martínez Trueba como candidato de su sector, que sería conocido como "Lista 15", para las elecciones de noviembre de 1950, en las que este obtuvo la victoria.

Fue el primer presidente en utilizar la residencia presidencial de Suárez y Reyes, adquirida por el estado en 1947.[8] Desarrolló una política de fuerte acercamiento a las FFAA mientras se distancio de los sindicatos, interviniendo la mayoría de ellos vía decreto.[9]

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Al asumir Martínez Trueba, en 1951, llegó a un acuerdo con los sectores mayoritarios del Partido Nacional, orientado por Luis Alberto de Herrera, y con la "14" en el sentido de la reimplantación del poder ejecutivo colegiado, con la esperanza de detener el predominio de Luis Batlle en la política nacional.

Plebiscitada la reforma correspondiente a fines de 1951 y puesta en vigencia en 1952, la nueva constitución implantó el colegiado integral como sustitución de la Presidencia de la República, así como la colegialización de las administraciones departamentales y de los entes autónomos.^{[cita requerida]} Se buscó retomar las ideas de José Batlle y Ordóñez. El Poder Ejecutivo Colegiado implicaba además la coexistencia de los dos partidos tradicionales en la toma de decisiones, muchas veces éstas contradictorias, ya que no lograban un consenso y se debían mover en un contexto de inestabilidad propio de la Segunda Posguerra. Su gobierno fue tildado de autoritario y bonapartista. En 15 años la cifra de empleados públicos creció un 195%. Toda la producción ganadera uruguaya estuvo sometida a un estricto control y quedó fijado el precio de la carne, este excesivo control resultaría contraproducente, puesto que los ganaderos, para eludirlo, recurrirían al contrabando de ganado. Tras el fin de la guerra de Corea, el ritmo de las exportaciones había disminuido. Además, muchas de las medidas proteccionistas adoptadas estaban resultando más perjudiciales que beneficiosas. El triunfo del Partido Blanco en 1958, tras décadas de permanecer en la oposición, supuso que Batlle Berres se apartase del primer plano político y decidiera apoyar la carrera política de su hijo, Jorge Batlle

Según el autor Carlos Machado: "La gestión del primer Consejo de Gobierno se caracterizó por su desembozado conservadurismo",[11] implicó una series de medidas, con carácter de represalia en contra de las movilizaciones y/o huelgas de los asalariados de diversos sectores que se veían afectados por el contexto, la adopción de las Medidas Prontas de Seguridad establecidas en la Constitución de la República con el objetivo de detener las constantes manifestaciones y descontento social provocado por el contexto internacional y el consecuente impacto en el medio local, a través de la disminución de las exportaciones, una fuerte inflación en los bienes de consumo de primera necesidad y una disminución en los ingresos de los asalariados.[12]

En las elecciones de 1954 la lista 15 de Luis Batlle se alzó con el triunfo electoral sobre sus adversarios de una manera contundente, aunque de nuevo en el poder, el admirado (y discutido) dirigente no abolió la colegialización del estado uruguayo; le tocó en suerte presidir el Consejo Nacional de Gobierno durante 1955.

Batlle Berres retomó el gobierno, ahora como presidente del Consejo. Pretendía retomar la orientación de su anterior administración, pero sus planes se vieron rápidamente frustrados por un nuevo derrumbe de los precios internacionales de los bienes exportables uruguayos. Los ingresos cayeron, aumentó el déficit fiscal y la inflación superó los dos dígitos. El deterioro de la situación volvió a incrementar movilizaciones sociales y conflictos como la Liga Federal de Acción Ruralista, fundada en 1951, que dirigida por el comunicador radial de origen colorado Benito Nardone logró movilizar a amplios sectores de la población rural, incluyendo terratenientes, pequeños y medianos productores y trabajadores. A partir de 1955, Nardone dio señales claras de su intención de participar en la competencia electoral, promoviendo acuerdos con sectores opositores blancos y colorados.[4]

Sumado a esto, en mayo de 1956, el diputado de la Lista 14 Carlos Mattos interpeló al Ministro de Salud Pública, Julio César Estrella, generando su renuncia. El evento provocó una crisis de gobierno que determinó la salida de los ministros de la lista 14 y dio comienzo a una serie de constantes interpelaciones a miembros del gobierno, por parte de legisladores catorcistas, nacionalistas y de partidos menores. En el año 1956 hubo doce interpelaciones y catorce en 1957, provocando la caída de múltiples ministros como Santiago Rompani, Francisco Gamarra, Juan Rodríguez Correa, Fermín Sorhueta o Héctor Grauert.[4]

Finalmente, en las elecciones generales de 1958, el Partido Colorado perdió las elecciones dejando el gobierno tras 93 años consecutivos de haberlo ejercido. El ganador fue el Partido Nacional, que recientemente se había unificado y había entablado una alianza electoral con el movimiento ruralista de Nardone.

Monumento a Luis Battle

Senador en el último tramo de su vida y actuación política, falleció en 1964, dejando al Partido Colorado sin un liderazgo claro y profundamente dividido. Su hijo, Jorge Batlle Ibáñez, a pesar de presentarse como su continuador y haberse impuesto a sus correligionarios en 1966 como candidato del partido a las elecciones de aquel año, no obtuvo el éxito que deseaba, siendo elegido en aquella ocasión el general Óscar Gestido.

En 1967 se inauguró un monumento en homenaje a Batlle Berres, obra del arquitecto Román Fresnedo Siri, ubicado en la plaza donde el Bulevar General José Artigas dobla en ángulo recto. Este monumento, que constituye un hito en el paisaje montevideano. La gente llama informalmente a dicho monumento "los cuernos de Batlle", al igual que a la zona a su alrededor.