Biología forense

La biología forense se ocupa de la colección, identificación y estudio de seres vivos que pueden funcionar como evidencia en materias legales, en especial en casos que llegan a un tribunal de justicia.[1]

Ejemplos de su aplicación son cuando se comercializan especies protegidas[2] (tanto las evidentes mascotas exóticas como especies enlatadas como alimento, o utilizadas en curtiembre o en otros usos) cuando se identifican infestaciones que pueden llevar a litigios,[1] o cuando se identifican las especies ligadas a una muerte dudosa, que puedan dar información sobre el momento y lugar del deceso.[3]

El rol de la biología en las ciencias forenses es el de aportar información útil a las investigaciones legales y la criminalística, mediante el estudio sistemático de las huellas o indicios biológicos dejados por el autor de un crimen o la víctima, con la finalidad de determinar la relación con el hecho delictivo o la muerte y apoyar técnica y científicamente a la investigación.[4]

La entomología forense hoy es una práctica aceptada, siendo su aplicación más resonante la estimación del intervalo post mortem.[3]

Referencias

  1. Catts, E. P.; Goff , M. L. (enero de 1992). «Forensic Entomology in Criminal Investigations». Annual Review of Entomology 37: 253-272. PMID 1539937. doi:10.1146/annurev.en.37.010192.001345.
  2. Alan Gunn. 2009. Essential Forensic Biology. Second Edition. Wiley-Blackwell.
  3. Amendt, Campobasso, Goff, Grassberger. 2010. Current Concepts in Forensic Entomology. Springer.
  4. Ayón, María Rosana (Editora). 2019. Biología Forense. Opera Lilloana 54.
Este artículo ha sido escrito por Wikipedia. El texto está disponible bajo la licencia Creative Commons - Atribución - CompartirIgual. Pueden aplicarse cláusulas adicionales a los archivos multimedia.