Blanca de Navarra (1177-1229)

Se casó el 1 de julio de 1199 con Teobaldo III de Champaña. Tuvo dos hijos: su primogénita María, de la cual no hay mucha información y Teobaldo I de Navarra (1201-1253), rey de Navarra y conde de Champaña.

A partir de 1201, y tras la muerte de su marido, Blanca gobernó el condado de Champaña como regente. La regencia estuvo llena de dificultades, el cuñado de Blanca, Enrique II de Champaña, dejó una deuda muy elevada a la que ella no pudo hacer frente después de la muerte de su esposo. Se cuestionó la legitimidad del infante en el momento de heredar el condado. Blanca fue desafiada por la hija de Enrique II, Felipa y su marido Erardo de Brienne, uno de los condes más influyentes de la región. En 1215 se produjo la guerra entre los Brienne por la sucesión del condado, que no se resolvió hasta que Teobaldo II llegó a la mayoría de edad en 1222.

Para finalizar las disputas Blanca tuvo que pagar una sustanciosa cantidad a los Brienne y asegurar su estabilidad. Se vio obligada a pactar la dote matrimonial de su sobrina Alicia, hija de Enrique II, al casarse en 1230 con el rey de Chipre, vendiendo los derechos del condado de Blois, de Sancerre y Chateaudun al rey de Francia.

Su hermano, Sancho VII de Navarra, fue el último rey de la dinastía Jimena. Tras la batalla de las Navas de Tolosa, casado, pero sin hijos legítimos, se retiró al castillo de Tudela y Blanca de Navarra tuvo que gobernar como regente el Reino de Navarra. Tras la muerte de Berenguela de Navarra, que no tuvo descendencia de Ricardo Corazón de León, las Cortes de Navarra lideradas por el partido de los francos en confrontación con la Navarrería presionaron al anciano Sancho VII para nombrar heredero suyo al hijo de Blanca, hermana de Berenguela.

Blanca murió el 13 de marzo de 1229.[1]

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