Cabeza de tigre

Cabeza de tigre es una película de Argentina filmada en colores dirigida por Claudio Etcheberry sobre su propio guion escrito en colaboración con Juan Bautista Stagnaro que se estrenó el 31 de mayo de 2001 y que tuvo como actores principales a Héctor Alterio, Damián De Santo, Pablo Cedrón y Mónica Galán. La música es de Lito Vitale con arreglos musicales de Carlos López Puccio.El director es profesor de historia, productor de cine y televisión y ganó el concurso Opera prima de 1993 del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales. La película fue filmada en Córdoba y en Buenos Aires.[1]

Cabeza de tigre
Ficha técnica
Dirección
  • Claudio Etcheberry
Producción Marcelo Paván
Pedro Etcheberry
Guion Juan Bautista Stagnaro y Claudio Etcheberry
Fotografía Carlos Torlaschi
Montaje Juan Carlos Macias
Escenografía Rut Joski
Vestuario Mario Pera
Nené Murúa
Ver todos los créditos (IMDb)
Datos y cifras
País Argentina
Año 2001
Género Cine histórico
Duración 93 minutos
Clasificación SR
Idioma(s) Español
Compañías
Productora Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales
Ficha en IMDb
Ficha en FilmAffinity

El título de la película proviene del nombre del paraje de Los Surgentes así denominado desde finales del siglo XVIII donde estaba ubicado el campamento donde transcurren los hechos principales del filme.

Sinopsis

Luego de la Revolución de Mayo, Juan José Castelli tiene instrucciones de ordenar el fusilamiento del exvirrey Santiago de Liniers. Que lo colocan en una encrucijada respecto de sus convicciones.[1]

Reparto

Comentarios

Yvonne Yolis en el sitio web cineismo.com opinó:

”A partir de una estructura clásica, la película de Etcheberry trabaja sobre el dilema moral del vocal de la Primera Junta (Castelli). Enviado por Moreno, con un objetivo claro, secundado por Domingo French como ayudante, y con Liniers y su propia conciencia como oponentes, Castelli parte a cumplir su misión. En el transcurso, deberá enfrentar algunos obstáculos, tomar decisiones que lo pondrán a prueba e intentar salir airoso en pos de una Nación libre…. Cabeza de tigre tiene el mérito de presentar a los próceres patrios como personas de carne y hueso –sienten temor, tienen contradicciones, se visten ante los ojos del espectador, están enfermos o putean–. Pero la falta de datos que permitan identificar mejor el contexto histórico y el porqué de las tribulaciones de Castelli, la simplificación de algunas características de los personajes, de ciertos diálogos y situaciones, terminan por definir una película más próxima a lo conocido (esos héroes de manual, tipo Billiken, que se estudian en el colegio) que a lo que cabía esperar.”[2]

Hugo Caligaris en La Nación opinó:

«Muestra lo suyo con dignidad y suple carencias de presupuesto con una soberbia fotografía.»[1]

Ema Suárez en Nuevo Siglo opinó:

«…recrea con mínimos elementos una época y los diferentes interiores en un tiempo y espacio precisos. Tipos humanos, música, pequeños objetos, algunos exteriores y hasta el mismo campamento de Cabeza de Tigre dan el marco justo para el desarrollo de la historia.»[1]

Manrupe y Portela escriben:

«…lo que a esta altura se supone debe ser una revisión desacartonada no evita que esta opera prima…caiga en muchas de las mismas convenciones de las que se acusa al género que parecía perdido y algunas actuaciones naturalistas.»[1]

Referencias

  1. Manrupe, Raúl; Portela, María Alejandra (2003). Un diccionario de films argentinos II 1996-2002. Buenos Aires: Editorial Corregidor. p. 36. ISBN 950-05-1525-3.
  2. Yolis, Yvonne. «Cabeza de tigre». Consultado el 5 de julio de 2018.

Enlaces externos

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