Carboncillo
En arte, sobre todo en el dibujo o la pintura, el carboncillo es el «palillo de brezo, sauce u otra madera ligera»,[1] como olivo o abedul,[2] carbonizado, usado para aplicar los trazos del dibujo. También puede referirse a la obra creada con él.[1] Aunque es utilizado típicamente para realizar el boceto, también puede presentarse como obra acabada, habitualmente junto con otros materiales como sanguina o lápiz, y es especialmente valorado para realizar retratos.[3]
Historia
En su tratado técnico, Il libro dell'arte (El libro del arte), de principios del siglo XV, Cennino Cennini recomendaba atar un carboncillo de sauce a una caña para poder distanciarse de la superficie al pintar –en su época sobre tabla o al fresco[4]– y trazar así el dibujo preparatorio con el carboncillo en una mano y con una pluma de ave en la otra, para borrar el trazo si fuese necesario.[4]
Propiedades
Como material empleado en dibujo, mientras el carbono cristalizado del grafito usado en lápices[5] permite moverse con facilidad[3] sobre el papel y trazar líneas precisas,[3] y más finas, gracias a la posibilidad de afilar el lapicero,[3] el carboncillo deja trazos más gruesos e imprecisos. Asimismo, se presta al difumino, permitiendo así efectos y tonos variados. Por otra parte, el negro del grafito tiende a dejar un lustre metálico[5] y gris,[3] mientras el carboncillo es negro.[3]
Técnicas
Según cuenta el poeta Paul Valéry,[6] Degas explicaba su pintura como el resultado de una serie de operaciones que comenzaban por la definición del dibujo a carboncillo sobre papel, preferentemente papel de calco. Hecho el primer dibujo, y siempre sobre el mismo papel, sin servirse de otros dibujos o estudios aparte, realizaba también a carboncillo las correcciones o ajustes que estimase oportunos, reforzando los trazos iniciales. Una vez completo el dibujo, podía aplicar el color en sus pinturas al pastel de forma convencional o por medio de un procedimiento de su invención, aplicando el fijador en capas sucesivas desde el dibujo inicial, y coloreando sobre el fijador, de modo que el dibujo a carboncillo se mantiene «congelado» o sellado sin alteraciones bajo las sucesivas capas de color.[6]
Referencias
- «carboncillo.» Diccionario de la lengua española. Edición del Tricentenario. Consultado el 23 de enero de 2016.
- «Glosario.» Archivado el 31 de enero de 2016 en Wayback Machine. Sitio web oficial del Museo Thyssen-Bornemisza. Consultado el 23 de enero de 2016.
- Harris, Peter J. F. (en inglés). «On Charcoal.» Publicado originalmente en Interdisciplinary Science Reviews 1999, Vol. 24, No. 4, pp.301-306. Consultado el 23 de enero de 2016.
- Angoso, Diana Las técnicas artísticas: Capítulo 1. «Anónimo veneciano.» Archivado el 31 de enero de 2016 en Wayback Machine. Sitio web oficial del Museo Thyssen-Bornemisza. Consultado el 23 de enero de 2016.
- «grafito.» Diccionario de la lengua española. Edición del Tricentenario. Consultado el 23 de enero de 2016.
- Angoso, Diana Las técnicas artísticas: Capítulo 6. «Edgar Degas.» Sitio web oficial del Museo Thyssen-Bornemisza. Consultado el 23 de enero de 2016.