Carlos José Castilho

Carlos José Castilho (Río de Janeiro, Brasil, 27 de noviembre de 1927-ibídem, 2 de febrero de 1987), más conocido como Castilho, fue un jugador y entrenador de fútbol brasileño, bicampeón del mundo con su selección. En su etapa como jugador profesional se desempeñaba como guardameta.[1]

Castilho
Castilho en 1956
Datos personales
Nombre completo	Carlos José Castilho
Apodo(s)	Leiteria (Afortunado) São Castilho (San Castilho)
Nacimiento	Río de Janeiro 27 de noviembre de 1927
País	Brasil
Nacionalidad(es)	Brasileña
Fallecimiento	Río de Janeiro, Brasil 2 de febrero de 1987 (59 años)
Altura	1,81 m (5′ 11″)
Peso	75 kg (165 lb)
Carrera como entrenador
Deporte	Fútbol
Debut como entrenador	1973 (Vitória)
Retirada como entrenador	1986 (Palmeiras)
Carrera como jugador
Posición	Guardameta
Debut como jugador	1945 (Olaria)
Retirada deportiva	1965 (Paysandu)
Part. (goles)	29 (0) - Selección
Medallero Fútbol masculino Brasil Brasil Campeonato Sudamericano Oro Brasil 1949 Fútbol Plata Perú 1953 Fútbol Plata Perú 1957 Fútbol Plata Argentina 1959 Fútbol Copa Mundial de Fútbol Plata Brasil 1950 Fútbol Oro Suecia 1958 Fútbol Oro Chile 1962 Fútbol Campeonato Panamericano Oro Chile 1952 Fútbol

Posee el récord de más partidos jugados con el Fluminense (697 encuentros),[2] siendo considerado el mejor portero de la historia del club y también del Paysandu.

Además de sus cualidades como guardameta y su especialidad en parar penaltis, solía tener buena suerte, como por ejemplo, realizar atajadas casi imposibles, tiros de sus oponentes que se estrellaban en el palo y jugadas afortunadas. Debido a esto, era apodado Leiteria, apodo común en Brasil para personas afortunadas en aquella época, y los fanáticos del Fluminense lo llamaban São Castilho.[3]

Era daltónico, por lo que afirmaba que varias veces había sido favorecido, ya que las pelotas amarillas las veia de color rojo, permitiéndole mejorar su control sobre el balón, pero era perjudicado cuando se jugaba con balones blancos durante la noche.[3]

En 1957, Castilho se fracturó el dedo meñique de la mano izquierda. Había sufrido varias lesiones en el dedo en cuestión, debido a que los porteros no comenzaron a usar guantes hasta la década de 1970. Los médicos le dijeron que debería estar de baja durante dos meses para recuperarse de forma óptima, sin embargo, les pidió que le amputaran el dedo para regresar a la portería rápidamente. Así ocurrió, ya que dos semanas después, volvió a jugar con el Fluminense. Al parecer, tener medio dedo amputado no pareció afectar su rendimiento deportivo.[3]

El 20 de octubre de 2006, Fluminense instaló una estatua en su honor en la sede del club. Debajo de su busto, se pueden leer las siguientes palabras: «Transpirar la camiseta, derramar lágrimas y dar sangre por Fluminense, muchos lo han hecho. Sacrificar un pedazo del propio cuerpo solo uno: Castilho».[4]