Carlos de Austria (1607-1632)

Nacido en Madrid, tras un viaje nocturno desde San Lorenzo de El Escorial, debido a su aspecto débil se le administró el agua de socorro inmediatamente y se le impuso por nombre Carlos.[3] Su bautismo solemne se produjo un mes después, el domingo, 14 de octubre, por el arzobispo de Toledo, don Bernardo de Sandoval; siendo sus padrinos sus hermanos el príncipe Felipe y la infanta Ana.[Nota 1][4][5][6][7] En julio de 1621 fue nombrado como su ayo Alonso de Bracamonte y Guzmán, I conde de Peñaranda de Bracamonte.[8][Nota 2][9]

Tras la muerte de su padre Felipe III, en 1621, y hasta el nacimiento de su sobrino, Baltasar Carlos, en 1629, ocupó el primer puesto en la línea de sucesión al trono. Nunca mantuvo buenas relaciones con el valido de su hermano, el Conde-Duque de Olivares, y fue utilizado por varios nobles contrarios a éste para intentar derrocarle; no obstante, Carlos siempre se mostró poco atraído por los asuntos políticos. Estuvo a punto de subir al trono durante la gravísima enfermedad que sufrió Felipe IV en 1627 y de la que finalmente se recuperó. Durante su corta vida realizaría dos viajes, acompañando a su hermano Felipe IV:

• en 1624, a Andalucía[Nota 3],[10][11] y
• en 1626, a la jornada de Aragón.

En 1627 fue nombrado como su confesor el dominico fray Domingo Cano de Haro,[Nota 4][12] hombre cercano a Olivares.[13][14] También fueron miembros de su casa: como gentileshombres de cámara: los condes de Villamor y Cantillana[Nota 5] [15] y el cronista Jerónimo Gascón de Torquemada.[Nota 6][16][17] El conde de Cantillana también sería nombrado capitán de la guardia del infante.[Nota 7][18]

A partir del nacimiento de su sobrino, el príncipe Baltasar Carlos, su papel político, si es que alguna vez fue importante, se disipó completamente.[1][19] En 1629 fue padrino de bautismo, junto con su hermana María de su sobrino Baltasar Carlos.[20]

Fue nombrado virrey y capitán general de Portugal, India, África y su conquista y generalísimo del mar en abril de 1631, aunque nunca llegaría a tomar posesión del cargo.

Según el embajador de la República de Venecia ante Felipe IV, Alvise Mocenigo,[21] el infante don Carlos:

es tan reservado en el hablar y observa tal sumisión hacia su hermano, del que nunca se separa un paso, que no se sabe cuáles son sus aficiones. Los mismos nobles que asisten al rey una semana, sirven al infante la siguiente. Come con S. M., le sigue a todas partes como una sombra. Solo le deja cuando el rey examina las consultas y despacha con el conde-duque. Vive, en suma, en una prisión perpetua.[22]

Don Carlos murió el 30 de julio de 1632 a los 24 años de edad, tras una rápida enfermedad que había empezado el día 24 de julio. Murió en sus habitaciones del Alcázar de Madrid.[Nota 8][23] Su capilla ardiente se instaló en la galería baja de su hermano el infante don Fernando en ese palacio.[24]

Es considerado como uno de los más enigmáticos personajes de aquel período debido a su extraña y puede que enfermiza personalidad.[1][2]

A su muerte, se le dedicaron multitud de poemas laudatorios. El escritor Francisco de Quevedo le dedicó el soneto titulado Túmulo al serenísimo Infante Don Carlos.

En su corta vida (24 años) su figura fue protagonista de diversos retratos cortesanos, entre los que destaca el realizado por Velázquez. Este retrato ha sido alabado por haber sabido plasmar el pintor la complicada psicología del infante.[25]

• Caballero de la Insigne Orden del Toisón de Oro (7 de diciembre de 1623).[26]

Predecesor: Vacante (Anteriormente hasta 1624 Manuel Filiberto de Saboya, virrey de Sicilia.)

Administrador del Gran Priorato de Castilla y de León en la Orden de San Juan de Jerusalén vulgo de Malta 1624 - 1633

Sucesor: Vacante

• Retrato del infante Don Carlos, por Diego Velázquez.

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• Wikisource contiene obras originales de o sobre Carlos de Austria (1607-1632). Soneto Túmulo al serenísimo Infante Don Carlos escrito por Francisco de Quevedo