Cerámica egipcia

Se han hallado en Egipto hermosos objetos de cerámica pertenecientes a sus más remotas civilizaciones y en las pinturas de sus cámaras sepulcrales se han descubierto representaciones del arte del alfarero, modelando vasijas a torno, que se remontan por lo menos a la dinastía IV (unos dos mil ochocientos años antes de Cristo).

Vasija egipcia. Museo del Louvre.
Vasija predinástica.

Las vasijas esmaltadas con barniz cobrizo estaban en uso ya desde la dinastía XII (unos dos mil años a. C.) y anteriormente, en los almacenes subterráneos de la Pirámide escalonada de Saqqara (hacia 2650 a. C.) se emplearon asimismo plaquetas esmaltadas para revestimiento interior de los muros. Las figuras llamadas respondientes (Ushebti) y varios amuletos de fayenza (barro cocido y esmaltado de color azul verdoso) abundan en las tumbas del Imperio Nuevo.

Las formas de vasijas funerarias más utilizadas, a juzgar por los hallazgos, debieron ser los vasos canopos (semicónicos u ovoideos y con tapa, que remata en cabeza de divinidad) y la copa con forma de flor de loto abierta, sencillas decoraciones y algún jeroglífico inciso o pintado.

Sin embargo, la cerámica egipcia nunca alcanzó la perfección y elegancia de la griega, sin duda, porque los vasos de lujo en Egipto eran de oro y alabastro.

Una de las más importantes colecciones de cerámica egipcia es la colección de trece vasijas egipcias con casi seis mil años de antigüedad conservadas en el Museo de la Naturaleza y el Hombre de Santa Cruz de Tenerife (España). Una de estas vasijas corresponde al período Naqada y es considerada la pieza más antigua de esta cultura en un museo español.[1]

Referencias

Véase también

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