Cipriano Portocarrero

Nacido en Madrid el 15 de septiembre de 1784,[2] fue el menor de los seis hijos de María Francisca de Sales Portocarrero de Guzmán y Zúñiga, VI condesa de Montijo, y de Felipe Antonio de Palafox y Croy, su primer marido, que fue a su vez hijo menor de los marqueses de Ariza y nieto materno del duque de Havré.

Su padre fue un destacado militar que hizo las campañas de Alemania a las órdenes del mariscal Broglie. Obtuvo el empleo de teniente general por nombramiento de Carlos IV.

Su madre, condesa de Montijo, grande de España y poseedora de otros títulos nobiliarios, fue una culta mecenas cuyo salón literario de Madrid congregaba a lo más granado de la Ilustración española. En 1805, ya viuda, fue desterrada de la corte por orden de Godoy acusada de jansenismo, por haber traducido en su juventud una obra religiosa de Nicolas Letourneux, sospechado de esta herejía. En esta situación, murió en Logroño en 1808.

A raíz de la muerte de su madre, sucedió en la casa el hijo primogénito, Eugenio. Mientras que Cipriano, que ya usaba el apellido de Guzmán, recibió como segundogénito el título de conde de Teba. Veinticinco años después, al fallecer Eugenio sin descendencia, Cipriano heredaría todos sus títulos y la fortuna familiar, tomando desde entonces en primer lugar el apellido Portocarrero.

Estudió en la Academia de Artillería e ingresó al Ejército como oficial del ese cuerpo,[2] siendo nombrado subteniente en 1805 y ascendido a teniente coronel en 1807, con ocasión de la proclamación tumultaria de Fernando VII en Sevilla.

El conde de Teba era desde muy joven un ferviente admirador de Napoleón y un afrancesado convencido. A raíz de las abdicaciones de Bayona, que entregaron el trono español a los Bonaparte, apoyó decididamente al nuevo rey, José I, y al estallar la guerra de Independencia combatió junto a los franceses. En la batalla de Salamanca sufrió heridas que le hicieron perder el ojo derecho y la movilidad de una pierna. En 1813 acompañó al destierro a José Bonaparte, y en Francia se incorporó al Ejército Imperial con el rango de coronel. En 1814, con motivo de una acción distinguida en campaña, el mismo Napoleón le condecoró en el campo de batalla con la Legión de Honor. En la defensa de París, le fue confiado el trazado de las fortificaciones de la capital y, al frente de los alumnos de la École Polytechnique, defendió la posición del reducto de los Buttes de St. Chaumont, desde donde se dice dirigió los últimos fuegos de artillería en la defensa de Francia. Producida la restauración de los Borbones, fue enviado a prisión por un tiempo y después vivió en París bajo estrecha vigilancia policial.

En 1817 pudo regresar a España gracias a un indulto de Fernando VII. Se le consintió residir en Málaga, siempre bajo sospecha por sus opiniones liberales e intrigas políticas. En esta ciudad se casó ese mismo año con la hija del cónsul estadounidense, María Manuela KirkPatrick y de Grevignée, con quien tuvo dos hijas: Francisca de Sales y Eugenia. En 1820, se adhirió a la revolución de Riego y presidió la Confederación Patriótica en Málaga durante el tiempo que duró el Trienio. Aplastado el gobierno liberal en 1823, fue enviado a prisión y luego puesto bajo arresto domiciliario en Santiago de Compostela. Después se instaló en Granada, donde nacieron sus dos hijas.

Hacia 1830, se descubrió que el conde de Teba estaba implicado en una conspiración liberal contra Fernando VII, y fue encarcelado por breve tiempo y después confinado en Granada bajo vigilancia policial. A raíz de ello, su mujer se trasladó con las niñas a París, para completar la educación de estas.[3]

En 1834, su díscolo hermano fallecía enfermo mental y Cipriano heredaba los títulos y fortuna de los Montijo. Sin embargo, una epidemia de cólera y el estallido de la Guerra Civil obligó a su familia a regresar a París mientras él permanecía en la capital para ocupar el puesto de prócer del Reino en sucesión de su hermano.[1] Fue senador electo por Badajoz entre 1837 y 1838.[1]

Falleció el 15 de marzo de 1839 en su palacio de Peñaranda de Duero. Sus restos fueron sepultados en la colegiata de Santa Ana de dicha villa, con el siguiente epitafio: «Detrás de esta lápida está el corazón del Excmo. Sr. Don Cipriano Portocarrero y Palafox, Conde de Montijo y de Miranda, Duque de Peñaranda & & Cuatro veces grande de España de 1.ª clase, falleció en 15 de Marzo de 1839: R.I.P.»

Contrajo matrimonio el 15 de diciembre de 1817 con María Manuela Kirkpatrick de Closeburn y de Grévignée, de quien tuvo tres hijos:

• Francisco de Sales Portocarrero Palafox y Kirkpatrick, que falleció niño.[4]
• María Francisca de Sales Portocarrero Palafox y Kirkpatrick, IX condesa de Montijo, (Paca Alba, 1825-1860) que casó con Jacobo Fitz-James Stuart y Ventimiglia, duque de Alba.
• María Eugenia de Guzmán, condesa de Teba, (Eugenia de Montijo, 1826-1920) que fue emperatriz de los franceses por su matrimonio con Napoleón III.

1. Senado de España, Expediente personal del senador. «Portocarrero y Palafox, Cipriano». Consultado el 20 de agosto de 2020.
2. María Luisa Herce Mora. «Cipriano Palafox y Portocarrero», en el Diccionario biográfico español (Real Academia de la Historia). Consultada el 3 de diciembre de 2019.
3. María del Pilar Queralt del Hierro. «María Manuela Kirkpatrick de Closeburn y Grevigné», en el Diccionario biográfico español (Real Academia de la Historia). Consultado el 3 de diciembre de 2019.
4. Francisca y Eugenia son las únicas que alcanzaron la edad adulta, pero antes parece que el matrimonio había tenido más prole que se malogró: al menos un varón llamado Paco (Francisco de Sales), que debió de morir niño o adolescente. Mencionado por la Malagapedia, s.v. «María Manuela Kirkpatrick». Consultada el 30 de noviembre de 2019.
5. Burgos, Augusto de (1853). Blasón de España: libro de oro de su nobleza : reseña genealógica y descriptiva de la Casa Real, la grandeza de España y los títulos de Castilla : parte primera. Imprenta y estereotipía de M. Rivadeneyra. Consultado el 30 de octubre de 2018.