Concilio de Plasencia
El Concilio de Piacenza fue un sínodo de la Iglesia católica que tuvo lugar entre el 1 de marzo y el 5 de marzo de 1095 en Piacenza.
El concilio ocurrió tras la Querella de las Investiduras, un importante conflicto político que enfrentó al Papa con el emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico en relación con la designación y nombramiento de prelados y arzobispos germánicos. La lucha fue de tal modo que el emperador intentó deponer al papa Gregorio VII y hacer elegir en su lugar un tal Guiberto, quien se convirtió en el antipapa Clemente III.
El papa Urbano II salió vencedor de este conflicto y decidió convocar a los obispos de Italia, Borgoña, Francia, Baviera y otras provincias para un concilio que tuvo lugar en Piacenza en la Cuaresma de 1095.
El texto oficial de los cánones aprobados no se ha conservado. Existen narraciones de cronistas contemporáneos como Bernold de Constance, así como un documento que cita quince capitula statutorum.
El emperador bizantino Alejo I Comneno envió una embajada a este concilio para pedir ayuda a Urbano II contra los turcos. Urbano aceptó, con la esperanza de que, al ayudar a las iglesias orientales en este momento de gran necesidad, acabaría con el Gran Cisma de Oriente de 40 años atrás y reuniría a la Iglesia cristiana bajo el dominio papal, como «obispo y prelado máximo de todo el mundo».[1]