Confesión de Schleitheim

La Confesión de Schleitheim es una confesión de fe de los anabaptistas suizos, apoyada de forma unánime en una reunión de anabaptistas suizos en 1527 en Schleitheim (Suiza).

Origen

Confesión de Schleitheim impresa en 1550, exhibida en la Sala Anabaptista del Museo de Historia Local en Schleitheim, Suiza.
Página del título de la Confesión de Schleitheim.

La Confesión de Schleitheim fue publicado por los anabaptistas suizos, apoyada de forma unánime en una reunión de anabaptistas suizos en 1527 en Schleitheim (Suiza). La mayoría de los historiadores opinan que la confesión fue escrito por Michael Sattler aunque las decisiones fueran hechos por todos los asistientes.[1]

Doctrinas

La Confesión consiste de siete artículos, escritos durante un periodo de intensa persecución:[2]

Bautismo
El bautismo está reservado para creyentes adolescentes o adultos (bautismo del creyente) y se debe administrar a aquellos que se han arrepentido conscientemente y creído que Cristo murió por sus pecados (las características de un nuevo nacimiento). Se repudia el bautismo de los infantes.
La Excomunión
Un cristiano debe de vivir con disciplina y caminar en caminos de rectitud. Los deslices son aceptables, pero las ofensas continuas deben de remediarse con advertencias y la excomunión como el último recurso.
Partición del Pan (Comunión)
Sólo aquellos que han sido bautizados pueden tomar parte en la comunión.
Separación del Mal
La comunidad de los cristianos no debe tener asociación con aquellos que se mantienen descarriados en desobediencia y con un espíritu de rebelión contra Dios. Esto incluye al Papa y a todos sus perversos y santurrones subalternos.
Pastores en la Iglesia
Los pastores deberían de ser hombres de buena reputación. Algunas de las responsabilidades que ellos deben de llevar a cabo fielmente son enseñar, disciplinar, la excomunión, y los sacramentos.
La Espada
No se debe de ejercer la violencia bajo ninguna circunstancia. El camino de la no violencia está ejemplifica por Cristo el cual nunca fue beligerante al enfrentar persecución o al castigar el pecado.
El Juramento
No se deben de hacer nunca juramentos, puesto de Jesús prohibió el tomar juramentos.

Referencias

  1. J. Philip Wogaman, Douglas M. Strong, Readings in Christian Ethics: A Historical Sourcebook, Westminster John Knox Press, USA, 1996, p. 141
  2. Donald B. Kraybill, Concise Encyclopedia of Amish, Brethren, Hutterites, and Mennonites, JHU Press, USA, 2010, p. 184

Enlaces externos

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