Encuentro cercano

Implica el avistamiento de uno o más objetos voladores no identificados en el cielo, los cuales pueden ser

• Platillos o discos voladores (u objetos volantes de forma de "cigarro" o "habano", etc.)
• Luces extrañas.
• Objetos aéreos que parecen ser demasiado avanzados como para proceder de tecnología humana.

Corresponde a la observación de un OVNI, junto a evidencia física de su aterrizaje o, en su defecto, de efectos físicos sobre una superficie. Puede implicar:

• Calor o radiación.
• Daños al terreno o a la vegetación.
• Animales asustados.
• Parálisis humana.
• Interferencia a los motores (de automóviles, por ejemplo) o a la recepción de las ondas hertzianas provenientes de transmisiones radiales o de televisión abierta. En este último caso, el testigo puede llegar a experimentar una pérdida de tiempo.[4]

Se cree y atribuye (pese a que ha sido demostrado como falso) que los famosos círculos en los cultivos aparecidos en gran parte del mundo, sobre todo en Gran Bretaña desde fines de los años '80, pertenecen a esta categoría.

Es la observación de un OVNI junto a entidades biológicas, llamadas originalmente seres animados por Hynek.[1] Él escogió a propósito esa denominación relativamente vaga, evitando términos alternativos como "extraterrestres" o "alienígenas" y así no dar ninguna opinión personal no fundamentada acerca del origen o naturaleza de aquellos seres. Incluso Hynek escribió en su libro de 1972 que sentía disgusto por ese tipo de informes, pero que sin embargo sentía la obligación científica de incluirlos, ya que, si bien representaban una (pequeña) minoría de los encuentros alegados con ovnis, se trataba de un porcentaje mensurable de ellos.

El ufólogo Ted Bloecher propuso dividir los encuentros cercanos del tercer tipo de la escala original de Hynek en siete subtipos específicos.

• A: Una entidad biológica extraterrestre (EBE) observada dentro de un OVNI.
• B: Una EBE observada tanto dentro como fuera de su nave.
• C: Una EBE observada fuera del OVNI, no entrando ni saliendo del mismo.
• D: Observación de una EBE, pero sin poder divisar su nave. No obstante, este subtipo implica el reporte de actividad OVNI en el área en un momento cercano en el tiempo.
• E: Observación de una EBE, también sin divisar su nave. A diferencia del subtipo anterior, el D, no se debe haber reportado actividad OVNI en un momento cercano al del incidente en cuestión.
• F: No se avista nave ni entidad alguna, pero el sujeto experimenta algún tipo de comunicación inteligente, vía telepática o extrasensorial. (Equivale a lo que algunos autores posteriores a Hynek definen como "encuentro cercano del quinto tipo").
• G: Secuestro o "abducción", por lo que, en este caso, este subtipo equivale directamente a un encuentro cercano del cuarto tipo.

Los subtipos D, E y F, al no incluir el avistamiento de nave alguna, pueden considerarse como no estrictamente relacionados al fenómeno OVNI.[5]

Este tipo se puede desdoblar en dos variantes.

• A La principal y más difundida, que involucra el secuestro de un ser humano por parte de supuestos seres extraterrestres.
• B La variante secundaria, en la que una persona voluntariamente aborda una supuesta nave alienígena.

Creada por Steven M. Greer, del grupo CSETI, esta es tal vez la categoría más polémica y cuestionable (ya que es muy difícilmente contrastable), e involucra el contacto telepático consciente y voluntario con supuestas entidades biológicas extraterrestres. Quienes alegan haber realizado este tipo de comunicación mental o extrasensorial se autodenominan contactados.

Es la muerte de un humano o un animal relacionado con los avistamientos de ovnis, aunque esto también puede entrar dentro de lo que sería un ejemplo de un encuentro de segundo tipo.

Es la creación de un híbrido humano/extraterrestre, tanto como por reproducción sexual o métodos artificiales.

Este encuentro, definición aportada por el ufólogo argentino Orlando Jiménez Azan, fundador de Agrupación Tucumana de Información del Fenómeno Ovni (A.T.I.F.O), indica que el octavo tipo es aquel que se produce cuando las personas se encuentran conectadas permanentemente con seres de otros planetas. Este tipo de encuentros se diferencia del encuentro cercano del quinto tipo porque para poder contactarse requiere de una preparación previa, ya sea a través de meditación, de ubicarse en un lugar geográfico determinado o cualquier tipo de prerrequisito al contacto. El encuentro del octavo tipo versa sobre la conexión permanente, también telepática, entre seres de otros planetas y personas terrícolas, en la que existe un flujo de intercambio de información que permite a los seres conectados poder comunicarse uno con el otro cada vez que lo deseen.

La conexión se produce porque así lo ha determinado el ser del otro planeta, escogiendo a la persona con quien mantendrá esta conexión.

Definido por el ufólogo Olavarriense, Daniel Ernesto Fernández Casella, indica que a diferencia de lo expuesto en los tipos de encuentro 2 y 6, que involucrarían la muerte de un ser humano por impericia, o un acto volitivo espontáneo de auto defensa, un hecho casual, involuntario y/o fortuito por parte de los abductores, el noveno tipo de encuentro es aquel que se da cuando un ser humano es abducido con el fin de extraerle órganos, tejidos blandos y tejido hemático, mediando violencia, por succión, perforaciones, cortes, introducción de elementos punzo-cortantes en las cavidades del cuerpo por cualquier medio o tecnología, en vida de este, sin posibilidades de defensa alguna y aportando un dolor tan insoportable que deviene en la muerte por paro cardiorrespiratorio de la víctima. Por lo que infiere homicidio calificado con premeditación y alevosía. El fin de este tipo de abducción es sustraer partes del cuerpo y quitar la vida a la persona de manera inmisericorde e ignorando deliberadamente su sufrimiento.