Cristina de Noruega

Cristina de Noruega (en nórdico antiguo: Kristín Hákonardóttir, en noruego: Kristina Håkonsdatter; Bergen, 1234Sevilla, 1262) fue una princesa noruega e infanta de Castilla. Era hija de los reyes Haakon IV de Noruega y Margarita Skulesdatter.

Cristina de Noruega
Princesa de Noruega e Infanta de Castilla

Estatua de la princesa Cristina, enfrente de la Colegiata de San Cosme y San Damián, en Covarrubias (Burgos, España).
Información personal
Nombre completo Kristina Håkonsdatter
Nacimiento 1234
Bergen, Noruega
Fallecimiento 1262
Sevilla, Castilla
Sepultura Colegiata de San Cosme y San Damián, Covarrubias, Castilla
Religión Cristiana católica
Familia
Casa real Casa de Sverre
Padre Haakon IV de Noruega
Madre Margarita Skulesdatter
Cónyuge Felipe de Castilla

Biografía

Debido a las alianzas castellanas y noruegas dentro del Sacro Imperio Romano Germánico, se llevó a cabo el compromiso matrimonial en 1257 de la princesa con el aspirante al Sacro Imperio Romano Germánico, el infante Felipe de Castilla, hermano del rey Alfonso X de Castilla "el Sabio", porque dicho matrimonio era conveniente tanto para Alfonso X como para Haakon IV.[1] Los reinos nórdicos deseaban abrirse cada vez más al resto de Europa y comerciar con ella, y Haakon había emprendido una activa política diplomática y de lazos culturales con otros países.

En el verano de 1257, acompañada por el embajador Loðinn leppur, Cristina emprendió el viaje por mar desde Tønsberg (Noruega), cerca de Oslo, hacia Castilla (España). Después de hacer escala en Inglaterra, y ante rumores de piratas existentes en el golfo de Vizcaya, el séquito, formado por más de cien personas, siguió a pie y a caballo a través de Francia, entrando por el Condado de Barcelona en la península ibérica. La Nochebuena la celebraron en Burgos en compañía de las monjas del monasterio de las Huelgas. Llegaron a Valladolid, en donde esperaba el rey sabio, a través de Soria, donde enfermó en los alrededores de la Laguna Negra, y Palencia.

Tras el matrimonio en la Colegiata de Santa María de Valladolid el 31 de marzo de 1258, la pareja se estableció en Sevilla, donde ya residía el infante. Nunca se recuperó de la enfermedad producida por la distancia que la separaba de su lejano y añorado país y contraída a lo largo del viaje, en tierras sorianas, y posiblemente hizo que la princesa sucumbiera de melancolía, muriendo en 1262 en la capital hispalense sin dejar descendencia.

Su marido, que antes de su matrimonio había sido abad de la Colegiata de San Cosme y San Damián de Covarrubias hasta la edad de 21 años y más tarde obispo de Sevilla, hizo enterrar a su esposa en el claustro de la Colegiata de Covarrubias en un sepulcro gótico, de piedra labrada con una arquería de 10 vanos y un friso superior de roleos.

Tumba de la princesa Cristina en el claustro de la Colegiata de San Cosme y San Damián.

Tiempos modernos

En el año 1958, cuando se estudiaron los sepulcros de la Colegiata de San Cosme y San Damián de Covarrubias por miembros de la Academia Fernán González, en uno de ellos se encontraron los restos de una mujer que llevaba puestos ricos ropajes incorruptos con restos de bordados de oro y piedras preciosas. También llevaba joyas que indicaban su alto linaje. Junto al cuerpo momificado se encontraba un pergamino con versos de amor y una receta para tratar el mal de oídos con «xugo de ajo», fórmula remedio que aún utilizan algunos habitantes de la zona. Medía 1,70 centímetros, una altura no habitual para las mujeres castellanas del siglo XIII, pero algo normal en las mujeres de Europa del Norte. También tenía intacto su pelo rubio y sus uñas rosadas. El 13 de mayo de ese año, se le rinde un homenaje consistente en el descubrimiento de una lápida conmemorativa colocada sobre el sepulcro de la Infanta.[2]

Frente a la portada del templo, se erige una estatua en bronce de la princesa con ocasión del homenaje que se le dispensó en abril de 1978, al que asistieron diversas personalidades noruegas y la Banda Municipal de Tønsberg. Desde entonces, los contactos oficiales y oficiosos entre el gobierno noruego y la villa de Covarrubias se han sucedido, llegándose a la creación de la Fundación Princesa Kristina de Noruega, cuyo principal propósito fue la construcción de una capilla dedicada a San Olaf, patrón de Noruega, en la localidad castellana. Esta fundación y la embajada de Noruega en España celebran a finales de septiembre (coincidiendo con la fecha de inauguración de la Capilla de San Olaf) un festival anual de música noruega con un mercadillo de productos típicos noruegos en Covarrubias.

Cuenta la leyenda que, aquellas doncellas solteras que quieran encontrar el amor, sólo tienen que ir hasta el sepulcro de la princesa y tocar la campana existente en el claustro gótico para que la princesa les ayude a encontrarlo, y que su amor sea más dichoso que el que ella tuvo en vida.

El 18 de septiembre de 2011, a unos tres kilómetros de Covarrubias tuvo lugar la inauguración de la Capilla de San Olaf, realizada en acero laminado y madera, promovida por la Fundación Princesa Kristina de Noruega constituida en 1992, el gobierno noruego y la Junta de Castilla y León, cumpliéndose así la promesa que le hizo su marido y que quedó sin cumplir por su prematura muerte.

Existe un club deportivo dedicado al estudio y práctica de las artes marciales históricas europeas (Esgrima antigua) que fue nombrado en honor a esta princesa: el Club Deportivo Princesa Kristina de Noruega; fundado en Covarrubias y actualmente operando en Burgos.

Referencias

Notas

  1. Ricardo Herren, «Una capilla para la princesa vikinga», nº 54 de La Aventura de la Historia, Arlanza Ediciones, Madrid, abril de 2003.
  2. Diario de Burgos, Homenaje en Covarrubias a la Infanta Cristina de Noruega, 15 de abril, de 1958

Bibliografía

Enlaces externos

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