Jinetes del Apocalipsis

Los Jinetes del Apocalipsis son los cuatro caballeros que se describen en la primera parte del capítulo sexto del Apocalipsis.[1] El capítulo habla de un pergamino en la mano derecha de Dios que está sellado con siete sellos, en ese escenario Jesús abre los primeros cuatro sellos de los siete, liberando a estos jinetes que montan en cuatro caballos blanco, bermejo, negro y amarillo. Según la exégesis representan y son alegorías de la conquista o la Gloria, la guerra, el hambre y la muerte, respectivamente, aunque solo a este último se le designa por este nombre.[2]

Cuatro Jinetes del Apocalipsis, por Viktor Vasnetsov (1887).

Aunque los jinetes aparecen brevemente en el libro, su importancia radica en la cantidad de representaciones artísticas y generalmente en la influencia que tuvieron sobre la cultura occidental.

Caballo blanco

Cabalgado por el jinete de la conquista.

Cuando abrió el primer sello, oí al primer ser viviente, que decía: Ven. Miré y vi un caballo blanco, y el que montaba sobre él tenía un arco, y le fue dada una corona, y salió vencedor, y para vencer.
Ap. 6,2[3]

San Ireneo y San Juan Crisóstomo sostienen que el arquero montado sobre el caballo blanco es la triunfante propagación del Evangelio; una expansión que triunfa gracias al apoyo político. El padre Castellani lo deja claro al interpretar que en la Monarquía Cristiana, la Christianitas, es el orden romano convertido a la ortodoxia cristiana.

Algunos autores, como William Hendriksen, afirman que el jinete del caballo blanco es Jesús de Nazaret.[4]

Portar un arco, un arma para alcanzar grandes distancias, es representación de lo que hicieron los reinos cristianos, apoyando y llevando la evangelización a pueblos lejanos. Como ejemplo de lo predicho aconteció el bautismo de los pueblos germanos y eslavos o la evangelización de América. Salió «a vencer», esas victorias, son las victorias de Constantino, de Teodosio, de Carlos Martel. Aquellos que afianzaron y construyeron sobre el antiguo orden romano, la Romanitas, el orden cristiano que perduró desde Constantino hasta el emperador Carlos V.[5] El milenio que después es narrado en la parte final del Apocalipsis.[6]

Los detalles mencionados acerca del color del caballo y el tipo de arma que el jinete porta, revela el testimonio de la Iglesia en el primer periodo del cristianismo (del año 31 - 100 d. C. específicamente) lo cual se caracterizó por su pureza de doctrina y el poder ofensivo del evangelio.

Caballo rojo

El corcel rojo[1] o alazán es montado por el jinete de la guerra.

Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente que decía: «Ven». Entonces salió otro caballo, rojo; al que lo montaba se le concedió quitar de la tierra la paz para que se degollaran unos a otros; se le dio una espada grande.
Ap. 6,3-4[3]

El padre Castellani consigna que desposeída la monarquía cristiana de su existencia[7] vendrá «guerra o rumores de guerra»[8] como dice Jesucristo. Y añade más diciendo que esto «es el comienzo de los dolores»[9] pero «aún no es el fin».[8] Benedicto XV en 1917 declaró: «Jamás hasta ahora se había visto en el mundo la guerra como institución permanente de toda la humanidad». Y ya Castellani advierte que viendo dos guerras mundiales parece como si el mundo se preparase para una tercera.

Caballo negro

Cabalgado por el jinete del hambre.

Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: «Ven». Miré, y vi un caballo negro. El que lo montaba tenía una balanza en la mano.
Ap. 6,5[3]
Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: «Dos libras de trigo por un denario y seis libras de cebada por un denario, pero no dañes el aceite ni el vino»
Ap. 6,6[3]

El tercer jinete monta un caballo negro y se entiende generalmente como la hambruna. El jinete lleva un par de balanzas o básculas de pesaje, lo que indica la forma en que el pan se pesa durante una hambruna.

De los cuatro hombres a caballo, el caballo negro y su jinete son los únicos cuya aparición se acompaña de una pronunciación vocal. Juan oye una voz, no identificada, pero procedente de los cuatro seres vivientes, que habla de los precios del trigo y la cebada, también se dice «pero no dañes el aceite ni el vino.» Esto sugiere que el hambre del caballo negro es el de aumentar el precio del grano, pero sin afectar a los suministros de aceite y vino. Una explicación de esto es que los cultivos de cereales hubieran sido más susceptibles en años de hambruna que los cultivos de olivos y viñedos; la declaración también podría sugerir una continua abundancia de lujos para los ricos, mientras que alimentos básicos como el pan son escasos, aunque no totalmente agotados. Por otra parte, la preservación del aceite y el vino podría simbolizar la preservación de los fieles cristianos, que utilizan aceite y vino en sus sacramentos.

Caballo amarillo bayo

San Jerónimo en la Vulgata traduce como pallidus pálido, como traducen Petisco - Torres Amat añadiendo éstos el epíteto de macilento.[10] Montado por el jinete de la muerte.

Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente que decía: «Ven».
Miré, y vi un caballo bayo. El que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades lo seguía: y les fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad y con las fieras de la tierra.
Ap. 6,7-8[3]

El cuarto y último jinete se llama muerte. De todos los jinetes, es el único a quien el propio texto explícitamente da un nombre. Todavía otros se aplican los nombres de «pestilencia» o «peste» a este caballero, sobre la base de traducciones alternativas de la Biblia (como la Biblia de Jerusalén). A diferencia de los otros tres, no se describe con un arma u objeto, en lugar de eso se sigue por Hades. Sin embargo, las ilustraciones de este muestran principalmente que lleva una guadaña.

El color del caballo de la Muerte se escribe como khlômos (χλωμóς) en la koiné original griego, que a menudo se traduce como «pálido», aunque «ceniciento», «verde claro», y «verde amarillento» son otras posibles interpretaciones; por esto es que hay interpretaciones en las que el color puede ser gris, verde, amarillo, pero siempre un color indicando la palidez enfermiza de un cadáver.

El comienzo del verso «se les dio poder sobre la cuarta parte de la tierra» puede referirse únicamente a la Muerte y el Hades, o puede resumir el papel de los cuatro jinetes. Los estudiosos no están de acuerdo en este punto.[cita requerida]

Véase también

Notas

  1. «Tomo IV del Nuevo Testamento». La Biblia vulgata latina, tr. y por P. Scio de San Miguel (Felipe Scio de San Miguel, trad.) (2ª edición). Madrid: Imprenta de don Benito Cano. 1797. p. 132.
  2. En la edición de la Biblia de Jerusalén se traduce por Peste aunque con nota a pie de página hace referencia a: literalmente «Muerte»Desclé de Brouwer, ed. (1967). Biblia de Jerusalén. p. 1647.
  3. traducción Nácar-Colunga
  4. Hendriksen, William, 1900-1982. ([1967]). More than conquerors : an interpretation of the book of Revelation. Baker Book House. ISBN 0-8010-4026-4. OCLC 2670480. Consultado el 20 de abril de 2020.
  5. Castellani, 2005, pp. 105.
  6. Defienden esta idea José Antonio Fortea en su libro Daemoniacum o el padre Emmanuel André en su El drama del fin de los tiempos.
  7. Castellani, 2005, pp. 106.
  8. Mt 24,6
  9. Mt 24,8
  10. «Tomo V: el nuevo Testamento». La sagrada Biblia nuevamente , traducida de la Vulgata latina al español: (José Miguel Petisco y Félix Torres Amat, trad.). Madrid: Imprenta de D. Miguel de Burgos. 1832. p. 692.

Bibliografía y fuentes

Enlaces externos

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