Dictino

San Dictino, Dictinio o Dotino (? - c. 420) fue un eclesiástico y escritor hispano, obispo de Astorga entre los siglos IV y V, inicialmente priscilianista y después converso al catolicismo.

Dictino
Información personal
Nacimiento 350
Gallaecia (Antigua Roma)
Fallecimiento 430
Información profesional
Ocupación Escritor y religioso
Cargos ocupados Obispo de Astorga (desde 400)

Su etapa priscilianista

Mencionado como de origen griego[1][2] o gallego,[3] Dictinio era hijo de Sinfosio, que era obispo en Gallaecia,[n 1] quizás de Orense[4] o tal vez regionario.[3] Sinfosio fue uno de los prelados que en el concilio de Zaragoza del año 380 declaró su adhesión al priscilianismo, adoctrinando a su hijo en la misma religión y ordenándole presbítero.

Por estas fechas Dictinio escribió una obra teológica titulada Libra (llamada así por estar estructurada en doce partes, al igual que la libra romana estaba dividida en doce onzas) en la que defendía posturas trinitarias modalistas y aceptaba la legitimidad de la mentira cuando se utilizase en defensa de la religión, animando a sus correligionarios a hacerse pasar por católicos para garantizar su seguridad.[5][6] Los contenidos del libro, que no se conserva, se conocen por la refutación que de él hizo San Agustín en Contra mendacium.[7] Algunos autores[8] suponen que dejó escritos otros tratados similares, aunque no hay noticia de ellos.

Para solventar las diferencias entre priscilianistas y católicos, los primeros apelaron a la intermediación del papa Dámaso I, que se negó a recibirles, y a la de Ambrosio de Milán, quien dictaminó que los católicos admitieran en su iglesia a los priscilianistas si éstos condenaban las herejías que habían aprobado y evitaban la consagración episcopal de nuevos obispos; el trato no fue cumplido, pues pronto fueron consagrados Dictinio en Astorga[n 2] y Paterno en Braga. Cerca del año 396 se celebró en Toledo un concilio al que Sinfosio se negó a asistir, sin dar ocasión a que se resolviera la causa contra los priscilianistas.[9]

Su retractación

En el año 400 se reunió el I Concilio de Toledo, en el que Sinfosio confesó que había consagrado a Dictino obligado por el pueblo gallego, entre el cual el priscilianismo estaba muy extendido. Sinfosio y Dictino abjuraron de su herejía para abrazar el catolicismo;[n 3] Dictinio además reprobó sus propios escritos, y los asistentes al concilio restituyeron a los dos en su dignidad episcopal, esta vez según los cánones de la Iglesia Católica.[10] Esta disposición no fue del agrado de algunos prelados, que hacia el año 404 comisionaron al obispo Hilario y al presbítero Elpidio para apelar al papa Inocencio I,[4] quien confirmó la decisión conciliar con un llamamiento a la unidad en su decretal Saepe me et nimia.[11][n 4]

Tras su retractación Dictinio dio ejemplo de virtud, que después de su muerte le hizo acreedor del culto de santidad: en el año 447 el papa León I el Magno alababa su memoria al tiempo que condenaba sus escritos, que también fueron anatematizados en el Concilio de Braga del 561.[12] En la recopilación de las actas conciliares del s. VII se le mencionaba como "de santa memoria",[10] y en el año 925 el obispo Fortis lo llamaba "santísimo, gloriosísimo y poderosísimo patrono mío después de Dios".[13] Su festividad se conmemoraba el día 2 de junio,[14] el 11[15] o el 24[16] de julio, aunque tras la reforma de 1969[17] fue retirado del santoral por no haber sido canonizado oficialmente.

Se desconoce la fecha de su muerte, que diversos autores datan arbitrariamente en 420[18] o 430.[19] Tradicionalmente se creyó que sus restos reposaban en el monasterio de su advocación cuya iglesia mandó construir él mismo en Astorga,[n 5] donde había una lápida que lo mencionaba.[13] En el año 1550 se abrió la sepultura, sin hallar sus restos; algunos autores conjeturan que tal vez fue trasladado al Monasterio de Santo Toribio de Liébana junto con Toribio de Astorga en los primeros tiempos de la invasión musulmana;[9] otros suponen que su cabeza se encuentra entre las reliquias veneradas en la catedral de Astorga.[3][20]

Notas y referencias

  1. Ambrosio de Morales: Coronica general de España, libro XI, cap. V.
  2. Gil González Dávila: Theatro eclesiastico de las ciudades e iglesias catedrales de España, tomo I, pp. 197-199.
  3. Pedro Rodríguez López: Episcopologio asturicense, pp. 86-97.
  4. Marcelino Menéndez Pelayo: Historia de los heterodoxos españoles, libro I, cap. IV y V.
  5. Diego Piay Augusto: Acercamiento prosopográfico al priscilianismo, en Antigüedad y cristianismo, vol. XXIII, p. 611.
  6. Josep Amengual i Batle: Judíos, Católicos y Herejes: El Microcosmos Balear y Tarraconense de Severus de Menorca, Consentius y Orosius, pp. 293-295 (2008).
  7. Agustín de Hipona: Contra mendacium, cap. III (c. 420).
  8. Francisco de Padilla: Historia eclesiástica de España, cent. V, cap IV.
  9. Enrique Flórez: España sagrada, vol. XVI, pp. 75-89.
  10. Actas del Concilio I de Toledo.
  11. Reproducida por Flórez en España sagrada, tomo VI, ap. III.
  12. Concilio de Braga de 561, cap. XVII.
  13. Ambrosio de Morales: Antigüedades de las ciudades de España, tomo X, pp. 230-232.
  14. Miguel Salvá, Pedro Sáinz de Baranda: Calendario español, en CODOIN, XXII, p. 262 (1853).
  15. Juan Julián Caparrós: Suplemento á la última edición del año christiano del Padre Juan Croiset, p. 96.
  16. Nicolas Caussin: La Corte Santa, tomo IV,p. 231.
  17. Calendario general y propio de España (1969).
  18. Juan Tamayo de Salazar, basándose en el falso cronicón atribuido a Aulo Halo.
  19. Manuel García Castellón: San Dictino de Astorga, en Argutorio, ISSN 1575-801X, n.º 11, pp. 25-27 (2003).
  20. Juan Manuel Contreras: Historia del célebre Santuario de Nuestra Señora de las Hermitas, pp. 94-96.
  1. En esta época Gallaecia comprendía todo el noroeste de la Península Ibérica; véase a Diego Piay: Astúrica Augusta: un posible destino para las reliquias de Prisciliano (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última)., pp. 75-77. Todavía no habían hecho su entrada los suevos de Hermerico.
  2. Algunos autores, como José Rodríguez de Castro: Biblioteca española, tomo II, p. 180, lo mencionan erróneamente como obispo de Asturias.
  3. En el mismo concilio hicieron profesión de la fe católica los obispos Paterno de Braga, Isonio y Vegetino, cuyas sedes se desconocen, y el presbítero Comasio. Herenas, Donato, Acurio, Emilio y varios presbíteros perseveraron en el priscilianismo y fueron excomulgados.
  4. Al parecer, los contenidos del concilio de Toledo del año 400 fueron recopilados a finales del s. V resumiendo como ocurridos en una misma fecha acontecimientos ocurridos en el plazo de varios años; véase la disertación de Flórez al respecto en España sagrada, vol. VI, pp. 59-131.
  5. Según Matías Rodríguez Díez: Historia de la muy noble, leal y benemérita ciudad de Astorga, pp. 319-320 (1909), y Martín Martínez: Conventos y Monasterios de Astorga, publicado en El faro astorgano (1997), este monasterio fue abandonado en el s. XII, refundado en el XV por el marqués de Astorga Pedro Álvarez Osorio e incendiado en 1810 durante la guerra de Independencia. Se encontraba en el arrabal Puerta de Rey, en el lugar llamado "corralada de San Dictino", actual plaza de Santo Domingo.
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