Dmitri Yázov

Participó, como miembro del "Consejo de Emergencia del Estado", en el intento de golpe de Estado en la Unión Soviética contra el último líder soviético Mijaíl Gorbachov en agosto de 1991. Un año antes había recibido el rango de mariscal de la Unión Soviética.

El intento de golpe de Estado fue llevado a cabo por parte de comunistas conservadores, opuestos a sus reformas de la Unión Soviética. Los golpistas aseguraron entonces que Gorbachov era "incapaz de asumir sus deberes por razones de su salud". Habían declarado el estado de emergencia durante seis meses, el restablecimiento de la censura y habían sacado los tanques a las calles en Moscú. El golpe fracasó y los golpistas fueron arrestados tres días después, pero estos acontecimientos sellaron el destino de la Unión Soviética, que debilitada por la independencia en las repúblicas soviéticas, se disolvió finalmente en diciembre de 1991.[1] Dmitri Iazov fue detenido junto con otros golpistas en 1991 y encarcelado. En 1993 fue liberado y un año después amnistiado.

Tras la muerte de Yázov, únicamente un golpista seguía vivo, Oleg Baklanov (1932-2021) quien fue vicepresidente del Consejo de Defensa del presidente soviético en el momento del golpe.[1]

En 2019, Dmitri Iazov fue nuevamente condenado. En esta ocasión a diez años de prisión, por parte de la justicia lituana por haber participado en la represión en enero de 1991 del movimiento de independencia en Lituania, entonces República Socialista Soviética de Lituania. La represión había dejado catorce muertos y más de setecientos heridos.

Como ministro de Defensa, también estuvo en el centro de una sangrienta represión en enero de 1990 en Azerbaiyán. Durante ese mes de enero, se produjeron muchos asesinatos de civiles.[1]

Pese a todo ello, en Rusia, continuó siendo una figura venerada. De hecho, el 4 de febrero, recibió una condecoración "por los servicios prestados a la patria" debido a su compromiso con los veteranos a manos del ministro de Defensa, Sergei Choigou.

También fue condecorado por el presidente Vladímir Putin, quien le otorgó la Orden de Honor en 2004 y la Orden de Alejandro Nevski en 2014.