Escuela Nacional de Antropología e Historia

La Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) es la escuela superior del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), especializado en antropología, arqueología, etnología, historia, etnohistoria, y lingüística. Se encuentra ubicada en la Alcaldía de Tlalpan, al costado este del basamento piramidal de la zona arqueológica de Cuicuilco, al sur de la Ciudad de México.


Escuela Nacional de Antropología e Historia (Instituto Nacional de Antropología e Historia)
Sigla ENAH
Tipo Pública
Fundación 1938
Localización
Dirección

Periférico Sur y Zapote s/n. Col. Isidro Fabela
Ciudad de México,

Distrito Federal,
México México
Coordenadas 19°18′10″N 99°10′46″O
Administración
Director José Luis Castrejón Caballero (interino)
Academia
Mascota Tlacuache
Sitio web
- enah.edu.mx

La Escuela Nacional de Antropología fue la primera escuela del INAH, y en la actualidad es uno de los tres centros de estudios superiores pertenecientes al mismo Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), siendo los otros dos: la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía “Manuel del Castillo Negrete”, enfocada a la protección, investigación y difusión del patrimonio cultural, ubicada en Coyoacán, Ciudad de México; y la Escuela de Antropología e Historia del Norte de México, enfocada en los estudios antropológicos y la historia en el norte de México, con ubicación en la ciudad de Chihuahua.

Historia

Fundación

Fundada originalmente en 1938 como Departamento de Antropología Biológica en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN)[1] con el propósito de contar una carrera que se ocupara del hombre y su cultura. Por su parte, la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) impartía las cátedras de arqueología y de filología dentro de sus planes.

Por decreto presidencial del 3 de febrero de 1939, se fundó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para resolver los problemas de las etnias mexicanas, investigar y cuidar el Patrimonio Arqueológico e Histórico de México, y el entonces presidente de la República, Gral. Lázaro Cárdenas, le fijó a la escuela la meta de preparar científicos que requiriera el naciente instituto.

En el Museo Nacional, que para esas fechas se encontraba en la calle de Moneda número 13, desde principios de siglo se habían estado impartiendo clases de historia de México, arqueología, lenguas indígenas y etnología, dependía de la Secretaria de Educación Pública (SEP) y tenía prestigio internacional:

Hubo un acuerdo entre todas las instituciones para formar una sola escuela de antropología y el Politécnico cedió toda la carrera que ya tenía organizada; la UNAM, sus cátedras y catedráticos, y en el Museo se formó dicho plantel. De esa manera en los cuatro salones que están en la arquería oeste del vetusto edificio funcionó, ofreciendo cuatro especialidades: arqueología, antropología física, lingüística y etnología.[2]

En 1942, por iniciativa del primer director del Instituto, el doctor Alfonso Caso, el Departamento de Antropología se incorporó al recién formado INAH, donde tomó el nombre Escuela Nacional de Antropología. A partir de este acontecimiento se le confirió al INAH la responsabilidad de impartir la enseñanza de antropología y, mediante el acuerdo de la SEP y el convenio con El Colegio de México, se incorporó a la escuela la enseñanza de la historia en 1946, para efectos de dicho convenio, se modifica su nombre al que ahora lleva, Escuela Nacional de Antropología e Historia.

Innovando en la educación superior del país, se estableció en la ENAH una organización semestral de la docencia y la obligatoriedad de las prácticas de campo, así como la exigencia a los estudiantes de dominar dos idiomas extranjeros para graduarse, ya que la bibliografía disponible en español era escasa.[3]

Durante casi la mitad de su vida, la ENAH orientó la formación de sus estudiantes de manera integral, capacitándolos para ser capaces de usar el conocimiento diacrónico y sincrónico obtenido por todas las disciplinas antropológicas: la antropología física, la lingüística, la arqueología, la etnología y la antropología social. Posteriormente, las citadas disciplinas se independizaron.

Desde que fue fundada, la Escuela ha ocupado distintos edificios para desarrollar sus labores. En 1942 se localizó a un costado del Palacio Nacional de México, en el edificio de la antigua Casa de Moneda, actualmente ese edificio colonial alberga al Museo Nacional de las Culturas. Diecisiete años después (en 1958), la ENAH fue reubicada al edificio de Mayorazgo de Guerrero, en Moneda No. 16, frente a su antigua sede. De ahí se traslada, en 1964, al recién estrenado Museo Nacional de Antropología, en el bosque de Chapultepec. Finalmente, en 1979, la ENAH fue ubicada en su actual espacio, en la zona arqueológica de Cuicuilco, a un lado de la pirámide más antigua de América.

La ENAH también ha sido un lugar propicio para el desarrollo del pensamiento crítico y la formulación de propuestas vanguardistas. Desde finales de la década de los 1960, contribuyó de manera muy destacada a poner en entredicho tanto modelos teóricos, como prácticas y posturas políticas que involucraban al quehacer de los antropólogos. Por solo mencionar algunos de los más relevantes, me refiero al indigenismo integracionista, la arqueología centrada en la reconstrucción de grandes monumentos y la castellanización forzosa de los niños de origen indoamericano. Esto, definitivamente, trajo como consecuencia el distanciamiento de una parte significativa de los antropólogos mexicanos de la clase política y las instituciones emanadas de la Revolución Mexicana, como fue el caso del Instituto Nacional Indigenista. Esto favoreció que los egresados de nuestra Escuela ampliaran sus miras y comenzaran a explorar nuevos horizontes laborales y de incidencia social, como las Organizaciones No Gubernamentales, los centros de defensa de los derechos humanos, la educación comunitaria, la producción de materiales multimedia, el peritaje en materia cultural y lingüística, la investigación forense y, más recientemente, las consultorías para instancias públicas y privadas.[4]

En 1969, La Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, modifica sus planes y programas de estudios, haciendo incompatibles los cursos que impartía la ENAH, tras una negociación, la Universidad Nacional, notifica a la dirección de la Escuela, la cancelación del convenio, perdiendo así la enseñanza de la historia. Fue a finales de los años 70, donde un grupo de profesores de Antropología Social entre los que se encontraban el Dr. Guy Rozat Dupeyron, el Dr. Ricardo Melgar Bao y Rolando Javier González Arias propusieron al entonces director Gastón García Cantú la formación de nuevo, de la Licenciatura en Historia de la ENAH. Aprobado el plan de estudios, fue creada la carrera para iniciar en 1980 durante la administración de Mercedes Olivera. A lo largo de sus primeros 40 años, la carrera de Historia se ha consolidado como un pilar en el análisis historiográfico y en la historia del tiempo presente y la historia inmediata. En el estudio de las sociedades industriales contemporáneas.

En 1990 fue inaugurada la Unidad Chihuahua que junto con la Unidad de Sistema Abierto Oaxaca, implicaron un esfuerzo institucional por descentralizar su quehacer formativo. Más tarde, en el 2011 la ENAH Chihuahua cambió de nombre a Escuela de Antropología e Historia del Norte de México.

A lo largo de su historia, la ENAH se ha caracterizado por el desarrollo de una tradición científica antropológica muy vinculada y comprometida con el movimiento social en México y América Latina, ejemplos de esto, son la participación de sus alumnos y maestros en el diseño y desarrollo de políticas sociales y culturales del México posrevolucionario durante las décadas de los 40, 50 y 60, en particular en la puesta en marcha y crítica del indigenismo y en la creación del Museo Nacional de Antropología.

La participación de alumnos, maestros y trabajadores de la ENAH durante el movimiento estudiantil de 1968 marcó de manera muy importante su desarrollo posterior y contextualiza su solidaridad y apoyo a los movimientos revolucionarios en Centroamérica durante los años 70 y 80; el haber sido sede del Congreso Nacional Indígena de 1997;[5] convocar y organizar el Encuentro Nacional en Defensa del Patrimonio Cultural en alianza con el EZLN durante 1999;[6] el que en el año 2001 la ENAH fuera la sede del CCRI-Comandancia General del EZLN al final de la La Marcha del Color de la Tierra;[7] y en general el enorme acervo acumulado de conocimiento sobre las historias, lenguas y culturas de los pueblos originarios, el campesinado, las culturas populares; la arqueología de Mesoamérica, Aridoamérica y Oasisamérica; el manejo social del patrimonio cultural tangible e intangible; la investigación sociológica, económica, educativa y cultural sobre la cuestión nacional principalmente en América Latina; la investigación sobre aspectos arqueológicos, etnobotánicos y terapéuticos de la medicina tradicional de los pueblos de México; que han sido las temáticas principales trabajadas por los alumnos e investigadores vinculados a la ENAH y que representan un muy importante e imprescindible acervo sobre la cultura en México y el desarrollo de las ciencias antropológicas en América Latina.

Egresados notables

Diez egresados de la ENAH han obtenido el Premio Nacional de Ciencias y Artes (máxima distinción que puede recibir un científico social en México): Santiago Genovés Tarazaga (1962), Ignacio Bernal y García Pimentel (1969), Pablo González Casanova (1984), Román Piña Chan (1994), Rodolfo Stavenhagen (1994), Eduardo Matos Moctezuma (2007), Margarita Nolasco Armas (2008), Roger Bartra Murià (2013), Antonio García de León Griego (2015) y Salomón Nahmad (2018). Otros premios nacionales que no han egresado de la ENAH, pero que han impartido cátedra en la institución son Mercedes de la Garza (2017) y Alfredo López Austin (2020). Y además el Dr. Eduardo Matos Moctezuma fue galardonado con el Premio Princesa de Asturias en la categoría “Ciencias Sociales” en 2022.

Entre numerosos egresados de la ENAH destacan:

  • Rodolfo Stavenhagen: Sociólogo y antropólogo defensor de los derechos humanos de los pueblos indígenas. Se destacó como docente e investigador de ciencias sociales y relator especial de la ONU.
  • Marta Lamas: Etnóloga, antropóloga, periodista y activista feminista nominada al Premio Nobel de la Paz en 2005.
  • Luz María Martínez Montiel: Etnóloga, africanista y académica mexicana, es la primera africanista de México, especialista en las culturas afroamericanas y en inmigración africana, europea y asiática.

Carreras Profesionales

La ENAH forma especialistas capaces de realizar investigaciones en las diversas disciplinas antropológicas y la historia, en diálogo dinámico con las nuevas teorías y metodologías científicas, así como con los grandes problemas nacionales.

Su División de Licenciaturas imparte seis disciplinas antropológicas (Antropología Social, Antropología Física, Arqueología, Etnología, Etnohistoria y Lingüística) y la Historia. En ella los estudiantes se forman con un plan de estudio que cambia de acuerdo a las necesidades de la sociedad; para lograr una mayor formación, los alumnos utilizan laboratorios en donde se aprenden técnicas fundamentales de sus disciplinas, para que, posteriormente puedan aplicarlas en las prácticas de campo; con el fin de analizar y se hagan propuestas con la idea de dar soluciones a los problemas nacionales así mismo para contribuir en la generación de nuevos saberes científicos.

Los egresados trabajan en la docencia, la investigación, el trabajo de laboratorios especializados, el trabajo con colecciones, organización de archivos y trabajo de creación en museos;: la divulgación del conocimiento científico en materia de antropología e historia; la preservación de obras de alto valor histórico y cultural, así como, en la elaboración y conducción de políticas públicas en materia social, cultural e histórica.

Estudios de Grado

La ENAH imparte siete Licenciaturas:

Estudios de Posgrado

La ENAH imparte también estudios de Posgrado:

Los orígenes de la actual División de Posgrado se remontan a 1980 cuando se fundó la Maestría en Lingüística. Los estudios de Posgrado en la ENAH han crecido y se han diversificado, hoy en día se cuenta con cinco Posgrados que ofrecen el nivel maestría y el nivel doctoral en las especialidades de Antropología Social, Antropología Física, Arqueología/Estudios Arqueológicos, Lingüística (antes Ciencias del Lenguaje) e Historia y Etnohistoria. En 2016 se creó el posgrado en Ciencias Antropológicas como el primer programa interdisciplinario en el área, para "que puedan llevar a cabo un diálogo inter y multidisciplinar al realizar trabajo de campo etnográfico, de fuentes documentales o de tradición oral, y en la organización y análisis de datos cualitativos y cuantitativos"[8] casi todos los programas de la División de Posgrado se encuentra actualmente en el Padrón Nacional de Posgrado de Calidad (PNPC) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).

Todos los programas de la División de Posgrado se caracterizan por el eje fundamental de la formación de los estudiantes a través de la investigación, bajo la tutoría y asesoría de profesores de tiempo completo especializados y en el marco de las líneas de generación y aplicación del conocimiento.

La comunidad científica de la ENAH, y en particular de la División de Posgrado, se han caracterizado por realizar investigación básica y aplicada; asimismo, se ha mantenido su tradición académica de combinar las discusiones teórico metodológicas y temáticas de frontera con las prácticas de campo.

Maestrías y Doctorado en:

° Inscritos al Programa Nacional de Posgrados de Calidad 2018 (PNPC) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).

Se imparte recientemente una especialidad en Antropología Forense que responde a la necesidad de formar profesionales de esta disciplina en el país, dicha especialidad derivó de un Proyecto de Investigación Formativa Forense impartido en la ENAH en 1999.

Bibliografía

  1. Coronado Ramírez, Rodolfo (9 de marzo de 2010). «Antecedentes, orígen y primeros años de la Escuela Nacional de Antropología e Historia». Anales de Antropología 27 (1). ISSN 2448-6221. Consultado el 20 de diciembre de 2021.
  2. Beatriz Barba de Piña Chan (1999), "La Escuela Nacional de Antropología e Historia en los cincuenta" en 60 años de la ENAH, México:ENAH.
  3. Olivé Negrete y Bolfy Cottom (1995), INAH, una historia, México: INAH, Vol II, p. 314.
  4. Escuela Nacional de Antropología e Historia (2019). Guía de estudio 2019 para el ingreso a las licenciaturas. México: INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA. p. 10
  5. http://www.jornada.unam.mx/1997/09/15/defensa.html
  6. https://web.archive.org/web/20070610172407/http://www.ezln.org/documentos/1999/19990813.es.htm
  7. La Jornada en internet
  8. «Objetivos generales y particulares». www.enah.edu.mx. Consultado el 7 de marzo de 2018.

Enlaces externos

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