El kiosko (película)

El kiosko es una película de Argentina filmada en colores dirigida por Pablo Gonzalo Pérez sobre su propio guion que se estrenó el 20 de marzo de 2019 y que tuvo como actores principales a Pablo Echarri, Roly Serrano, Georgina Barbarossa y Mario Alarcón. Se trata del primer largometraje de este director.[1][2]

El kiosko
Ficha técnica
Dirección
  • Pablo Gonzalo Pérez
Ayudante de dirección Martín Alonso (asistente de dirección)
Dirección artística Luciana Kohn
Producción Daniel Burak
Alejandro Gruz
Gato Martínez Cantó
Guion Pablo Gonzalo Pérez
Música Carlos Ramírez Mendoza
Fotografía Emiliano Penelas
Montaje Guillermo Gatti
Pablo Gonzalo Pérez
Vestuario Rocío Peyró
Protagonistas Pablo Echarri
Roly Serrano
Georgina Barbarossa
Mario Alarcón
Ver todos los créditos (IMDb)
Datos y cifras
País Argentina
Año 2019
Género Comedia dramática
Duración 94 minutos
Clasificación SR
Idioma(s) Español
Ficha en IMDb

Sinopsis

Harto de su empleo un oficinista decidido a cambiar de vida acepta renunciar a cambio de una compensación; con ella más lo que obtiene hipotecando su casa compra el kiosko de barrio al que iba en su niñez, pero luego surgen problemas.[1][2][3]

Reparto

Intervinieron en el filme los siguientes intérpretes:[1][2][3]

Críticas

Gaspar Zimerman en Clarín escribió:

”La actualidad del punto de partida está acompañada por algunos personajes de una porteñidad palpable… Pero hasta ahí llegan los méritos de El kiosco, que por su tono y realización termina acercándose a un flojo programa televisivo de los ‘80: escenas dramáticas poco logradas se alternan con sketches humorísticos más vencidos que golosina agusanada.[1]

Horacio Bernades opinó en Página 12:

”Habría que ver qué se entiende por costumbrismo… Si lo que se pone en juego es… la mera topografía barrial, la condición loser de sus seres de clase media-baja y el peso que la nostalgia adquiere en este universo inconfundiblemente porteño, entonces en cierta medida podría serlo. Pero sólo en cierta medida. …De neocostumbrismo seco podría calificarse El kiosco, si se desea. Dentro del cotidianismo en el que se mueve la película…hay males que, por suerte, no hacen su aparición. El chirriante grotesco es remplazado en ocasiones por algunos toques de absurdo que funcionan. La teatralidad de las actuaciones que caracteriza al costumbrismo se trueca aquí en una bienvenida sobriedad general…El plano final, una extemporánea referencia a Nuestra Señora de los Milagros, sugiere que sólo una intervención divina salvará al pobre Mariano. Una suerte de deus ex macchina indirecto, que toma al espectador por asalto.[2]

Ezequiel Boetti de Otros Cines:

"El kiosco mixtura humor, algunas pizcas de emotividad y el drama ante la situación de su protagonista. Con algunas ideas interesantes y algunos chistes eficaces, el relato se resiente cuando aborda subtramas no del todo desarrolladas y adquiere aires de artificio deliberado que alejan la posibilidad de empatizar con Mariano. Así, el resultado es un film honesto pero irregular.[3]

Referencias

  1. Zimerman, Gaspar (27 de marzo de 2019). «Crítica de “El kiosco”: Golosina vencida». Clarín. Consultado el 3 de julio de 2019.
  2. Bernades, Horacio (29 de marzo de 2019). «Neocostumbrismo seco y milagregro». Página 12. Consultado el 3 de julio de 2019.
  3. Boetti, Ezequiel (27 de marzo de 2019). «Crítica de “El kiosco”, de Pablo Gonzalo Pérez, con Pablo Echarri». Consultado el 28 de diciembre de 2020.

Enlaces externos

Este artículo ha sido escrito por Wikipedia. El texto está disponible bajo la licencia Creative Commons - Atribución - CompartirIgual. Pueden aplicarse cláusulas adicionales a los archivos multimedia.