En carne viva (película de 1951)

En carne viva es una película mexicana dirigido por Alberto Gout. Fue estrenado en 1951 y protagonizada por Rosa Carmina y Rubén Rojo.

En carne viva
Ficha técnica
Dirección
Producción Alfonso Rosas Priego
Diseño de producción Francisco Marco Chillet
Guion Alberto Gout
Música Rosalío Ramírez
Maquillaje Sara Mateos
Julieta Sereijo
Fotografía Agustín Jiménez
Protagonistas Rosa Carmina
Crox Alvarado
Rubén Rojo
Dagoberto Rodríguez
José María Linares Rivas
Ver todos los créditos (IMDb)
Datos y cifras
País Bandera de México México
Bandera de Cuba Cuba
Año 1951
Estreno 24 de febrero de 1951
Género Cine de rumberas
Duración 91 minutos
Idioma(s) Español
Compañías
Productora Producciones Rosas Priego
Ficha en IMDb

Argumento

María Antonia (Rosa Carmina), es una ingenua bailarina de cabaret que es seducida y abandonada por un marinero que consigue engatusarla con facilidad. Tras dar a luz a la hija de ambos, su suicidio marcará la vida de su hija Laura, que al llegar a la juventud sigue los pasos de su madre y se convierte en bailarina de éxito. Los giros y contragiros de la fortuna llevarán a Laura a vivir reconocimientos familiares delirantes y angustiosos.[1]

Reparto

Comentarios

Muy cuidada formalmente, En carne viva tiene sus mejores momentos durante la primera hora del film, donde la belleza criolla de Rosa Carmina destaca con luz propia entre la frondosidad recreada en estudio de un Veracruz donde Rosa Carmina parece su princesa azul de ensueño. El cine mexicano, que en general fue un cine de artesanos más que de maestros, y de grandes momentos más que de grandes películas, aporta con En carne viva algunas conseguidas escenas de cabaret (las que transcurren en El Tiburón, de Veracruz, donde también destacan las canciones de Toña La Negra), y una simpático número musical ambientado en un autobús de transporte público. Sobre todo, la película es un festín para que los ojos se recreen una y otra vez en la belleza de la actriz cubana, que ejecuta muy bien su personaje: no sólo su mirada oblicua y desconfiada resulta enormemente seductora, sino que también resultaba muy verosímil al pasar de la ternura a la sensualidad, de la angustia a la sabia resignación.[1]

El productor, Alfonso Rosas Priego, le tenía especial cariño al argumento. La cinta fue, además, ensayada como si fuera teatro, algo muy poco común en el cine de la época[2]

Referencias

  1. Fantoscopía Mexicana: En carne viva
  2. Muñoz Castillo, Fernando (1993). Las Reinas del Trópico. Grupo Azabache. p. 213. ISBN 968-6084-85-1.

Enlaces externos

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