Enriqueta Adelaida de Saboya

Enriqueta Adelaida de Saboya (Turín, 6 de noviembre de 1636-Múnich, 13 de junio de 1676) fue una princesa saboyana que se convirtió en electora bávara por matrimonio, conocida por ser una gran promotora del arte y la arquitectura. Fue quien introdujo el arte barroco en Baviera.

Enriqueta Adelaida de Saboya
Electora consorte de Baviera
Reinado
25 de junio de 1652-13 de junio de 1676
Predecesor María Ana de Austria
Sucesor María Antonia de Austria
Información personal
Nombre completo Enriqueta Adelaida María
Otros títulos Princesa de Saboya
Nacimiento 6 de noviembre de 1636
Castillo del Valentino, Turín, Bandera de Ducado de Saboya Ducado de Saboya
Fallecimiento 13 de junio de 1676 (39 años)
Palacio de Nymphenburg, Múnich, Bandera de Electorado de Baviera Electorado de Baviera
Sepultura Iglesia de los Teatinos, Múnich
Familia
Casa real Saboya
Padre Víctor Amadeo I de Saboya
Madre Cristina de Francia
Consorte Fernando María de Baviera
Hijos Véase Matrimonio y descendencia

Escudo de Enriqueta Adelaida de Saboya
El elector Fernando María y su esposa, Enriqueta Adelaida, pintura de Sebastiano Bombelli (1666).

Tuvo mucha influencia política en su país de adopción y con su marido hizo mucho por mejorar el bienestar del Electorado.

Primeros años de vida

Hija del duque Víctor Amadeo I de Saboya y de su esposa francesa, Cristina de Borbón, quien era hija del rey Enrique IV de Francia.

Su abuela materna era María de Médici, su abuela paterna Catalina Micaela (hija del rey Felipe II de España) y sus tíos, el rey Luis XIII de Francia y el duque Gastón de Orleans. Sus tías eran la reina consorte de España, Isabel de Francia, primera esposa del rey Felipe IV, y Enriqueta María de Francia, reina consorte de Inglaterra, esposa de Carlos I.

Enriqueta Adelaida tuvo una hermana gemela, Catalina Beatriz, la cual murió nueve meses después. Perdió a su padre a la edad de un año. Su madre asumió la regencia del ducado en nombre de su hermano, Francisco Jacinto, y posteriormente a la muerte prematura del mismo de Carlos Manuel, aún con oposición al principio.

Matrimonio y descendencia

El matrimonio se produce por una iniciativa del cardenal Mazarino, quien había propuesto el proyecto de matrimonio en un mensaje a los embajadores bávaros que estaban en la corte española en 1647. Sin embargo, el matrimonio de Saboya no fue la primera opción para ninguna de las partes. Durante mucho tiempo, la duquesa Cristina había buscado un matrimonio entre Enriqueta Adelaida y el entonces delfín de Francia, quien más tarde se convirtió en el rey Luis XIV. La corte de Múnich, por otro lado, estaba interesada en una novia que debería hablar alemán si fuera posible, pero que debía ser católica.

Antes de que se firmara el pacto matrimonial el 14 de mayo de 1650, el tribunal de Múnich obtuvo amplia información sobre la familia ducal de Saboya y envió al espía Fernando Egartner a Turín con el nombre en clave de Aloís Rizzi. Sus informes secretos, incluidos la belleza de la futura novia, que ya era legendaria en ese momento, había llevado al elector bávaro Maximiliano I a insistir en que su hijo se casara con Enriqueta Adelaida y no con su hermana, Margarita Yolanda.

El 8 de diciembre de 1650 se celebró el matrimonio por poderes entre el entonces heredero al ducado de Baviera, Fernando María, y Enriqueta Adelaida en la catedral de Turín. Su hermano, Carlos Manuel, ocupó el lugar del novio ausente. Un año después, al morir el elector Maximiliano I, Fernando María se convirtió en elector de Baviera.

El 16 de mayo de 1652, Enriqueta Adelaida partió en un tren de 336 caballos y 350 vehículos de equipaje en dirección a Múnich, a donde llegó el 21 de junio. La pareja se conoció por primera vez en Kufstein. Como marca distintiva, Fernando le dio una carta de su madre. El 25 de junio se celebró el matrimonio en persona.

El matrimonio fue feliz aún a pesar de la falta de hijos durante los primeros ocho años del matrimonio. Debido a esta prolongada espera, ella y su séquito se quedaron en Bad Heilbrunn para recibir una cura en 1659. La curación tuvo éxito y el manantial Adelaida, llamado así en 1832, es un recordatorio de la estancia de la electora. Ella y su marido llegaron a tener finalmente los siguientes hijos:

  1. María Ana Victoria (1660-1690), casada con Luis de Francia, el Gran Delfín; con descendencia, incluido el rey Felipe V de España.
  2. Un aborto espontáneo (1661).
  3. Maximiliano II (1662-1726), sucesor de su padre como elector de Baviera. Casado con la archiduquesa María Antonia de Austria; con descendencia. Al enviudar, nuevamente se casó con la princesa polaca Teresa Cunegunda Sobieska; también con descendencia, entre ellos el emperador Carlos VII del Sacro Imperio Romano Germánico.
  4. Luisa Margarita Antonia (1663-1665).
  5. Un aborto espontáneo (1664).
  6. Luis Amadeo Víctor (1665).
  7. Mortinato (1666).
  8. Cayetano María Francisco (1670).
  9. José Clemente (1671-1723), arzobispo de Colonia.
  10. Violante Beatriz (1673-1731), casada con el príncipe Fernando de Médici; sin descendencia.
  11. Un aborto espontáneo (1674).

Influencia

Como electora, Adelaida fue una importante consejera de su esposo. Participó significativamente en la construcción del Palacio de Nymphenburg y la Iglesia de los Teatinos (la iglesia que ella y su esposo construyeron como un gesto de agradecimiento por el nacimiento de su primer hijo varón, el esperado heredero), y atrajo a artistas extranjeros a la corte de Múnich.

Adelaida tuvo una enorme influencia en las Relaciones Exteriores de Baviera, dirigiendo siempre a su pueblo hacia una política francesa, lo que finalmente condujo a una alianza entre Baviera y Francia en contra de Austria. Uno de los resultados de la alianza fue el matrimonio de la hija mayor de Enriqueta, María Ana Victoria, y su primo Luis, el Gran Delfín de Francia. Ella invitó a la corte de Múnich numerosos artistas italianos, que introdujeron en Baviera el amor por el barroco y la ópera italiana.

Muerte

Adelaida realizó en su residencia numerosas fiestas que fueron famosas por su esplendor hasta el 9 de abril de 1674, cuando un devastador incendio destruyó la Residencia de Múnich. En ausencia de Fernando, salvó a sus hijos pequeños, que estaba en peligro de muerte; todos estaban descalzos. Debido a ello, cogió un resfriado en el proceso, por el cual después de sufrir durante dos años, murió.

Fue enterrada en un ataúd en la cripta principesca de la Iglesia de los Teatinos. También ahí su corazón y sus entrañas descansan por separado en un recipiente de peltre. Su esposo la sobrevivió tres años, siendo su ataúd depositado junto al de ella en la cripta.

Después de su muerte, la biblioteca de Adelaida se trasladó a la Biblioteca Estatal de Baviera.

Antepasados

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