Episiotomía

Se entiende por episiotomía (del griego ἐπίσιον "pubis" y τόμος "corte") la realización de una incisión quirúrgica en la zona del perineo femenino, que comprende piel, plano muscular y mucosa vaginal, cuya finalidad es la de ampliar el canal "blando" para abreviar el parto y apresurar la salida del feto. Se realiza con tijeras o bisturí y requiere sutura. La episiotomía como técnica preventiva para evitar desgarros está contraindicada por la Organización Mundial de la Salud. Las episiotomías no previenen desgarros en o a través del esfínter anal ni desgarros vaginales. De hecho, la evidencia sugiere que una política de episiotomía sólo en casos necesarios disminuye el riesgo para la mujer respecto a su uso indiscriminado,[1][2] como sucede, por ejemplo, en España, que mantiene todavía unas tasas de este procedimiento relativamente altas.[3]

Episiotomía

Episiotomía mediolateral.
Clasificación y recursos externos
CIE-9-MC 73.6
MeSH D004841
MedlinePlus 002920

Clasificación

De acuerdo con la orientación de la sección o el corte, la episiotomía puede ser:

  • Lateral
  • Mediolateral u oblicua
  • Media[4]

Se prefiere una incisión mediolateral en vez de una incisión en la línea media por poseer esta un mayor riesgo de daño al esfínter anal y el recto.[5]

Indicaciones

Según algunos autores la episiotomía está indicada en las condiciones siguientes:

  • Para evitar desgarros vaginovulvoperineales[cita requerida] (actualmente en controversia):[6]
    • Por distocias de hombro.
    • Por estrechez o hipoplasia vulvovaginal.
    • Por escasa elasticidad vaginovulvoperineal.
    • Por exceso de volumen fetal.
    • Por afecciones locales predisponentes (edema, condilomas o cicatrices).
    • En primíparas.
    • En perineo alto y excesivamente musculoso.
  • Para evitar trauma obstétrico y acelerar el período expulsivo:[cita requerida]
    • En el parto pretérmino.
    • En la presentación pelviana.
    • En el parto gemelar.
    • En el sufrimiento fetal.
    • En el período expulsivo demorado.
  • Para aplicaciones instrumentales sobre el polo cefálico.
  • Para evitar el prolapso genital (actualmente en controversia).[4]

Complicaciones

La práctica de la episiotomía puede derivar en diversas complicaciones:[7]

Controversias sobre su uso

La OMS rechaza la episiotomía rutinaria[8] y sólo la aconseja en caso de partos que presenten dificultades (con fórceps, de nalgas, etc.), sufrimiento fetal, y desgarros de tercer y cuarto grado mal curados.

Según la OMS (1996), el uso indiscriminado de episiotomías tiene efectos perjudiciales y, por tanto, se aconseja su uso restringido en el parto normal. Un porcentaje del 10 % de episiotomías sin que se produzcan lesiones en la madre o el bebé sería un buen objetivo a alcanzar. Entre los beneficios de esta práctica se encuentra el hecho de que previene el traumatismo perineal de la zona anterior, y entre sus inconvenientes:
  • Mayor lesión perineal y sus secuelas.
  • No previene la debilidad de la musculatura del suelo pélvico y sus secuelas.[9]
  • No protege al feto de la asfixia intraparto.
  • Aumenta la pérdida sanguínea de la mujer.
  • Incrementa la profundidad media de los desgarros perineales posteriores.
  • Aumenta el riesgo de lesión al esfínter anal.[10]
  • Incrementa los problemas de cicatrización y el dolor en los primeros días posparto.

En función de los datos anteriores, se recomienda el uso restrictivo de la episiotomía únicamente en las indicaciones maternas o fetales siguientes:

  • Riesgo de pérdida del bienestar fetal.
  • Parto vaginal complicado.
  • Cicatrices de mutilación de los genitales femeninos o de desgarros de tercer o cuarto grado anteriores mal curados.

Desde los años 60 las episiotomías han perdido popularidad entre obstetras y parteras en Europa y el resto del mundo. Un estudio nacional en EE. UU. por Weber y Meyn (2002) sugiere que el 31 % de mujeres que tienen bebés en hospitales recibieron episiotomías en 1997, comparado con 56 % en 1979.[11]

Sin embargo, en varios países, especialmente en América Latina y España,[12][13] la episiotomía de rutina es todavía una práctica médica habitual. En algunos países, con la episiotomía se pasa de un parto normal a una cirugía, que impone costos superiores y mayor ganancia. Circulan leyendas urbanas sobre que obstetras jóvenes después de partos muy rápidos harían episiotomías para no disgustar a sus profesores.[cita requerida] Actualmente existe la tendencia entre los especialistas de recomendar una serie de ejercicios y masajes concretos que pueden evitar la episiotomía; se realizan durante el embarazo y su objetivo es dar elasticidad al periné.

En América Latina la episiotomía se practicaba hasta en un 90 % de los nacimientos hospitalarios,[14] en la mayoría de los casos sin el consentimiento de la madre. Era una de las razones de infecciones y mortalidad materna después del alumbramiento. En la actualidad en América Latina se reconocen más los procedimientos por cesárea, que pueden ser escogidas libremente por la madre en clínicas privadas.

Estudios recientes indican que las episiotomías de rutina deberían reducirse drásticamente, porque incrementan la mortalidad. Hartmann et al (2005), revisando literatura, indican que este procedimiento no ayuda a pacientes rutinarios, salvo en ciertos casos, como el de un canal de parto estrecho y otros problemas.[15] El tener una episiotomía aumenta el riesgo de dolor del perineo durante el puerperio, resultando en dificultad para la defecación y otros trastornos.[16]

Referencias

  1. «WHO recommendation on episiotomy policy | RHL». extranet.who.int. Archivado desde el original el 19 de diciembre de 2019. Consultado el 19 de diciembre de 2019.
  2. «Guía NICE . Cuidados del parto».
  3. Graham, Ian D.; Carroli, Guillermo; Davies, Christine; Medves, Jennifer Mary (2005). «Episiotomy Rates Around the World: An Update». Birth (en inglés) 32 (3): 219-223. ISSN 1523-536X. doi:10.1111/j.0730-7659.2005.00373.x. Consultado el 19 de diciembre de 2019.
  4. O. Rigol. «Parto normal». Editorial Ciencias Médicas.2004.
  5. «ACOG Practice Bulletin. Episiotomy. Clinical Management Guidelines for Obstetrician-Gynecologists. Number 71, April 2006». Obstet Gynecol 107 (4): 957-62. 2006. PMID 16582142.
  6. «Practice Bulletin No. 165: Prevention and Management of Obstetric Lacerations at Vaginal Delivery». Obstetrics & Gynecology (en inglés estadounidense) 128 (1): e1. 2016-07. ISSN 0029-7844. doi:10.1097/AOG.0000000000001523. Consultado el 11 de julio de 2021.
  7. Las complicaciones de la episiotomía: levantar el velo Archivado el 1 de noviembre de 2016 en Wayback Machine. Blandine, 2005.
  8. Mathai, Matthews; Sanghvi, Harshad; Guidotti, Richard J. (2000). Managing Complications in Pregnancy and Childbirth: A guide for midwives and doctors. pp. 98, 354.
  9. Ejegård, Hanna; Ryding, Elsa Lena; Sjögren, Berit (2008). «Sexuality after Delivery with Episiotomy: A Long-Term Follow-Up». Gynecologic and Obstetric Investigation (en inglés) 66 (1): 1-7. ISSN 0378-7346. doi:10.1159/000113464. Consultado el 4 de marzo de 2019.
  10. Repke, John T.; Chekos, Amy K.; Harlow, Bernard L.; Signorello, Lisa B. (8 de enero de 2000). «Midline episiotomy and anal incontinence: retrospective cohort study». BMJ (en inglés) 320 (7227): 86-90. ISSN 0959-8138. PMID 10625261. doi:10.1136/bmj.320.7227.86. Consultado el 4 de marzo de 2019.
  11. Weber AM, Meyn L (2002). «Episiotomy use in the United States, 1979-1997». Obstet Gynecol 100 (6): 1177-82. PMID 12468160.
  12. Carlos Melchor, Juan; Luis Bartha, José; Bellart, Jordi; Galindo, Alberto; Miño, Mónica; Perales, Alfredo (1 de septiembre de 2008). «La episiotomía en España. Datos del año 2006». Progresos de Obstetricia y Ginecología 51 (9): 559-563. ISSN 0304-5013. doi:10.1016/S0304-5013(08)72329-X. Consultado el 13 de julio de 2021.
  13. García-Lorca, Ana Isabel; Vigueras-Mártinez, María de los Ángeles; Ballesteros-Meseguer, Carmen; Fernández-Alarcón, María de las Mercedes; Carrillo-García, César; Martínez-Roche, María Emilia; García-Lorca, Ana Isabel; Vigueras-Mártinez, María de los Ángeles et al. (00/2019). «Tasa de episiotomía en el Hospital Clínico Universitario de La Arrixaca y factores que influyen en su práctica». Revista Española de Salud Pública 93. ISSN 1135-5727. Consultado el 13 de julio de 2021.
  14. Althabe F, Belizán JM, Bergel E (2002). «Episiotomy rates in primiparous women in Latin America: hospital based descriptive study». BMJ 324 (7343): 945-6. PMID 11964339.
  15. Hartmann K, Viswanathan M, Palmieri R, Gartlehner G, Thorp J, Lohr KN (2005). «Outcomes of routine episiotomy: a systematic review». JAMA 293 (17): 2141-8. PMID 15870418. doi:10.1001/jama.293.17.2141.
  16. Signorello LB, Harlow BL, Chekos AK, Repke JT (2000). «Midline episiotomy and anal incontinence: retrospective cohort study». BMJ 320 (7227): 86-90. PMID 10625261.

Enlaces externos

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