Ernesto Augusto I de Sajonia-Weimar-Eisenach

Ernesto Augusto era un gobernante amante del esplendor, y sus extravagancias contribuyeron a la ruina financiera final de su ducado. Desesperadamente necesitado de fondos, restauró la práctica de arrestar a sujetos adinerados, sin causa alguna, y liberarlos solo después de renunciar a sus fortunas en favor del duque o pagar recompensas exorbitantes. Algunas de las víctimas quienes consideraron su comportamiento ilegal realizaron reclamaciones contra el duque en la Corte Imperial en Viena o en la Cámara de Apelación de la Corte Imperial en Wetzlar. Ernesto Augusto perdió todos los procedimientos legales cursados contra él. El proceso se prolongó durante muchos años y finalmente llevó al ducado a la bancarrota. El duque mantuvo en pie un ejército que era desproporcionadamente grande para las población y recursos financieros del ducado. Algunos de los soldados fueron alquilados al Electorado de Sajonia o al Emperador del Sacro Imperio. La manía de Ernesto Augusto por construir llevó a la construcción del Kleinode, el pequeño Schloss Belvedere y el palacio rococó de Dornburg, una lujosa residencia para el duque. La pasión por la caza era del mismo modo extravagante; cuando murió, Ernesto Augusto dejó 1100 perros y 373 caballos. El duque también mantuvo su propio "harén", en la que dos nobles "damas de honor" (Ehrenfräulein) y tres "mujeres de cámara" (Kammerfrauen) de inferior nacimiento atendían a sus deseos.

En Nienburg el 24 de enero de 1716, Ernesto Augusto desposó a Leonor Guillermina de Anhalt-Köthen, hija del príncipe Emmanuel Lebrecht de Anhalt-Köthen. Tuvieron ocho hijos:

1. Guillermo Ernesto (Weimar, 4 de julio de 1717 - Halle, 8 de junio de 1719), príncipe heredero de Sajonia-Weimar.
2. Guillermina Augusta (Weimar, 4 de julio de 1717 - Weimar, 9 de diciembre de 1752), gemela de Guillermo Ernesto.
3. Juan Guillermo (Weimar, 10 de enero de 1719 - Weimar, 6 de diciembre de 1732), príncipe heredero de Sajonia-Weimar.
4. Carlota Inés Leopoldina (Weimar, 4 de diciembre de 1720 - Weimar, 15 de octubre de 1724).
5. Juana Leonor Enriqueta (Weimar, 2 de diciembre de 1721 - Weimar, 17 de junio de 1722).
6. Ernestina Albertina (Weimar, 28 de diciembre de 1722 - Alverdissen, 25 de noviembre de 1769), contrajo matrimonio el 6 de mayo de 1756 con el conde Felipe II de Schaumburg-Lippe.
7. Bernardina Cristina Sofía (Weimar, 5 de mayo de 1724 - Rudolstadt, 5 de junio de 1757), contrajo matrimonio el 19 de noviembre de 1744 con el príncipe Juan Federico de Schwarzburgo-Rudolstadt.
8. Manuel Federico Guillermo Bernardo (Weimar, 19 de diciembre de 1725 - Weimar, 11 de junio de 1729).

Después de la muerte de su primera esposa en 1726, el duque decidió no volver a contraer matrimonio, eligiendo vivir tranquilamente con sus Damas de Honor y Mujeres de Cámara. Pero en 1732 la situación cambió inesperadamente: su hijo mayor, el príncipe heredero (Erbprinz) Juan Guillermo, murió. Esto hizo necesario para él encontrar una nueva esposa y engendrar hijos que pudieran perpetuar la dinastía.

En Bayreuth el 7 de abril de 1734, Ernesto Augusto desposó a su segunda esposa, Sofía Carlota de Brandeburgo-Bayreuth, hija del Margrave Jorge Federico Carlos de Brandeburgo-Bayreuth. Tuvieron cuatro hijos:

1. Carlos Augusto Eugenio (Weimar, 1 de enero de 1735 - Weimar, 13 de septiembre de 1736), príncipe heredero de Sajonia-Weimar.
2. Ernesto Augusto II Constantino de Sajonia-Weimar-Eisenach (Weimar, 2 de junio de 1737 - Weimar, 28 de mayo de 1758).
3. Princesa Ernestina Augusta Sofía (Weimar, 4 de enero de 1740 - Hildburghausen, 10 de junio de 1786), desposó el 1 de julio de 1758 al duque Ernesto Federico III de Sajonia-Hildburghausen.
4. Ernesto Adolfo Félix (n. y m. Weimar, 23 de enero de 1741 / n. Weimar, 1742 - m. Weimar, 1743) [?].

El duque también tuvo un hijo ilegítimo con Friederike von Marschall:

1. Ernesto Federico (1731 - 1810), creado Freiherr von Brenn; contrajo matrimonio con Beate Helene Bormann; esta línea se extinguió en línea masculina en 1849.

En 1741 la rama de Sajonia-Eisenach-Jena se extinguió con la muerte del Duque Guillermo Enrique de Sajonia-Eisenach. Como el único pariente superviviente del último duque, Ernesto Augusto heredó sus territorios; la unión entre Sajonia-Weimar y Sajonia-Eisenach-Jena ahora se convirtió en permanente. Una de las pocas sabias decisiones del duque fue la institución de la Primogenitura en Sajonia-Weimar (confirmada en 1724 por el emperador Carlos VI); esto evitó posteriores divisiones territoriales en el futuro. Desde 1741 su nuevo ducado tomó el nombre de Sajonia-Weimar-Eisenach (Jena fue fusionado con Eisenach), pero la unió era por ese tiempo solo personal. El nuevo estado consistía de dos grandes áreas en torno a las dos residencias oficiales en Weimar y Eisenach, que no estaban conectadas, y un puñado de pequeñas regiones y poblaciones entre ellas.

La anexión de Sajonia-Eisenach fue favorable para el duque amante de la caza; poseía una gran franja de bosques en la región de Eisenach, que le pareció adecuada para la caza. Dejó al Príncipe Heredero en Weimar en el Schloss Belvedere, bajo la custodia de su Mariscal de Corte, y se trasladó permanentemente a Eisenach. Después de esto, el duque raramente preguntó por su hijo, y envió las instrucciones escritas más insensatas desde Eisenach a Weimar con el propósito de supervisar la educación de su hijo. El Príncipe Heredero vio a su padre por última vez en 1743.

Ernesto Augusto intentó implementar el Absolutismo en Sajonia-Weimar según el modelo francés. Fue disuelto el secreto Ratskollegium —un órgano consultivo nacional formado por nobles. En 1746 los ciudadanos de Eisenach presentaron al duque un memorándum detallado las prerrogativas nacionales, en la que fue denunciado por ofensas constantes a los derechos tradicionales. El gesto demostraba la resistencia de los ciudadanos del ducado a la introducción del absolutismo, impidiendo que ciertas políticas que Ernesto Augusto había planeado pudieran llevarse a cabo completamente. La muerte del duque impidió una terrible disputa entre los nobles nacionales y los ciudadanos de Eisenach.

A su muerte, Ernesto Augusto dejó arruinado financieramente al ducado, y a un sucesor al trono (Ernesto Augusto II) quien todavía era menor de edad.