Ernesto II de Hohenlohe-Langenburg

Nacido en Langenburg, Reino de Wurtemberg el 13 de septiembre de 1863, Ernesto era el mayor de tres hermanos, y el único hijo varón, del Príncipe Hermann de Hohenlohe-Langenburg y la Princesa Leopoldina de Baden, hija del Príncipe Guillermo de Baden. También era sobrino nieto de la reina Victoria: es decir, su bisabuela era Victoria (de Sajonia-Coburgo-Saalfeld, y posteriormente por su primer matrimonio de Leiningen), la madre de la reina Victoria, y su abuela era Feodora de Leiningen, media hermana de la reina Victoria. Contrajo matrimonio con una nieta de la reina Victoria, la Princesa Alejandra de Edimburgo, hija del Príncipe Alfredo, Duque de Sajonia-Coburgo-Gotha y Duque de Edimburgo, y la Gran Duquesa María Alexandrovna, el 20 de abril de 1896 en el Palacio de Ehrenburg (Schloss Ehrenburg) en Coburgo, Alemania.

Después de terminar la escuela secundaria en Karlsruhe, el joven príncipe estudió leyes en París, Bonn, Tübingen y Leipzig, donde se graduó en 1885 con el primer examen legal en Naumburg. También obtuvo su membresía en el Cuerpo Suevia Tübingen (1ª Clase) en 1884, cuando estuvo en la Universidad de Tübingen y Borussia Bonn en 1886, después de su estancia en la Universidad de Bonn.[1] Después de su formación como oficial en Berlín-Lichterfelde (1886-1891), pasó el examen diplomático (1890-1891) con su elección como Secretario de la Embajada Imperial Alemana en San Petersburgo y Londres (1891-1894). En los años siguientes trabajó en Estrasburgo como asistente de su padre, el Príncipe Hermann, el Gobernador Imperial de Alsacia-Lorena, y preparó su futuro como Par del Reino de Wurtemberg.

Debido a que su esposa era la hija de Alfredo, Duque de Sajonia-Coburgo-Gotha, Ernesto se convirtió en Regente del Ducado tras la muerte del Duque. Desde el 30 de julio de 1900 hasta el 18 de julio de 1905, gobernó Sajonia-Coburgo-Gotha en nombre de su todavía inmaduro sucesor, Carlos Eduardo. En 1901, fue reconocido con la Gran Cruz de la Orden de la Corona de Wurtemberg.[2] Después, hizo varios intentos fallidos para hacerse un hueco en la política del Imperio alemán. Sirvió como Jefe del Departamento Colonial del Ministerio de Exteriores (1906) y Diputado (1907-1911) y Vicepresidente (1909-1910) del Reichstag. En 1913, a la muerte de su padre, Ernesto se convirtió en Príncipe de Hohenlohe-Langenburg, permitiéndole sentarse por derecho propio en la Cámara Alta (Kammer der Standesherren) de Wurtemberg, donde ya servía como diputado de su padre desde 1895. Mantendría su asiento hasta la Revolución de Noviembre de 1918. Durante la Primera Guerra Mundial, estuvo activo como voluntario en hospitales militares así como Delegado General en el Frente Oriental y Comisario Imperial e inspector militar. También fue enviado en 1915 como enviado especial a Constantinopla y los Balcanes.

Después de la llegada al poder de Adolf Hitler en 1933, Ernesto se unió a su hijo (quien ya había entrado en 1931) en el Partido Nazi con el número de miembro 3726902.[3]

Después de la Segunda Guerra Mundial, él y su esposa se retiraron a la vida privada. Mientras que su esposa sufría de varias enfermedades, él se dedicó a actividades de la iglesia y enfermería y fue miembro de la Asamblea Eclesiástica Evangélica Alemana (el Kirchentag), Comandante del Württemberg-Badenschen Genossenschaft (Cooperativa de Wurtemberg-Baden), gobernador del Bailiazgo de Brandeburgo de la Orden de San Juan, Presidente Honorario de Asociación del Estado de Wurtemberg de la Cruz Roja así como de la Liga Popular Evangélica de Wurtemberg (Evangelischen Volksbund für Württemberg). Murió el 11 de diciembre de 1950 a la edad de 87 años en Langenburg, Baden-Wurtemberg, en lo que era entonces la Alemania Occidental.