Esautomátix

«¡¡¡No!!!, ¡¡¡no cantarás!!!», protesta habitual del herrero Esautomátix escrita en una baldosa de la calle René Goscinny, de París.

Es alto y de complexión fuerte, con el pelo y un gran bigote rubios. Viste un pantalón rojo y un delantal típico de herrero. Sus relaciones más notorias son la rivalidad que sostiene con Ordenalfabetix, el vendedor de pescado, producto que asegura no ser fresco, lo cual provoca terribles peleas entre ambos, caracterizadas por los golpes con pescados, y a las que siempre se terminan uniendo muchos habitantes de la aldea. Es el principal crítico de Asurancetúrix, el bardo, cuyo canto detesta, y a quien suele amenazar con su martillo de herrero (sin embargo hay dos excepciones: en Asterix en la India, se siente triste y aburrido al final porque ya no lo tiene para golpearlo; y en La rosa y la espada le dice que le deja cantar para que se quede, pero los martillazos lo sufre el mismo). También tiene una especial relación con Edadepiédrix, quien siempre le pega con su bastón en el pie, recordándole que de joven él peleó en Gergovia. En los combates, su arma es su martillo de forja.

El personaje aparece por primera vez como tal y con su aspecto definitivo en el noveno álbum de la serie, Astérix y los normandos, aunque se deja ver de espaldas fugazmente en el álbum anterior, Astérix en Bretaña, llevando ya sus característico delantal de herrero y rompiendo a escondidas la lira de Asurancetúrix mientras despiden a los héroes al inicio de su viaje a Bretaña.

En Cómo Obélix se cayó a la marmita del druida cuando era pequeño, Esautomátix ya está relacionado con los herreros, siendo su padre quien fabricaba las armas de juguete para que ellos jugasen.