Germán Luna Iglesias

Hijo de Juan Luna (vocal de la Corte Suprema) y de Catalina Iglesias (hermana del general Miguel Iglesias).[1]

A temprana edad se trasladó a Lima, donde estudió en el Convictorio Peruano, dirigido por José Granda Esquivel. Terminados sus estudios, pasó a encargarse de los negocios agrícolas de su familia, en las haciendas Huayrapongo (Cajamarca), Tolón (Pacasmayo), San Benito (Cañete), Lives (San Miguel) y Cueva (Lima). Modernizó las labores mediante el empleo de maquinarias, incrementando así la producción.[2]

Incursionó en la política militando en el Partido Civil. Fue nombrado prefecto de Cajamarca (1911) y de Arequipa.[2]

En 1907 fue elegido diputado suplente por la provincia de Cajamarca[3] y en 1913 por la provincia de Jaén.[4] En 1919, cuando el presidente Augusto B. Leguía dio inicio a su oncenio, Revoredo fue volvió a ser elegido senador por el departamento de Cajamarca pero, esta vez, para la Asamblea Nacional de ese año que tuvo por objeto emitir una nueva constitución, la Constitución de 1920.[5] Luego se mantuvo como senador ordinario hasta 1930[6][7][8][9][10][11][12][13][14] durante todo el Oncenio de Leguía.

En marzo de 1921 fue nombrado Ministro de Guerra, bajo cuyo ejercicio se creó la Base Aérea de Las Palmas, en terrenos situados al sur de la capital, entre Surco y San Juan, donde se ordenó la construcción de barracas y cobertizos; y hangares y cuadras para tropa. Se amplió el terreno eliminando pantanos y cultivos, y se lo acondicionó para ampliar el horizonte, aplanando y rellenando el suelo. El 23 de julio de 1922 se inauguró el aeródromo, con asistencia del presidente Leguía, denominándosele Centro de Aviación Militar de Las Palmas. Fue un suceso muy importante pues marcó el inicio de la Fuerza Aérea como tercera arma, después del Ejército y la Marina.[15] En el Morro Solar se erigió el monumento al soldado caído heroicamente durante la guerra del Pacífico.[1]

En 1930 fue acreditado como ministro plenipotenciario en Italia, función en la que se mantuvo hasta la caída de Leguía. Luego se retiró de la actividad pública.[1]

Germán Luna se destacó por su desprendimiento. Sus herederos donaron los terrenos para la construcción del Museo de Arqueología y Antropología de Lima. Asimismo, financiaron los trabajos de Julio C. Tello, a quien, tras su muerte en 1947, le erigieron un mausoleo en el patio principal del Museo, cumpliendo así los deseos del ilustre arqueólogo. También costearon la erección de un monumento a José Olaya en Chorrillos (1952), de un monumento al general Miguel Iglesias en el Morro Solar (1952) y de un Santuario Cívico en homenaje a los caídos en las batallas de San Juan y Miraflores (1954).[1]