Marea rosa

Marea rosa (en inglés pink tide), a veces también vuelta hacia la izquierda (Turn to the Left), ola socialdemócrata o marea roja[1] es un término utilizado en los análisis políticos en el siglo XXI para describir la percepción de que la ideología socialdemócrata y progresista en general, y la izquierda política en particular, ganan mayor fuerza en América Latina.[2][3][4]

Miembros del Foro de São Paulo (rojo) en su primer apogeo (agosto de 2011).
Miembros del Foro de São Paulo (rojo) en junio de 2018.
Miembros del Foro de São Paulo (rojo) en enero de 2023.

En el año 2005, la BBC reportó que, de los 350 millones de sudamericanos, tres cuartas partes vivían en países con "presidentes que se inclinan por la izquierda, elegidos durante los seis años precedentes."[3] Según la BBC, "otro elemento común de la 'marea rosa' es la clara ruptura con el Consenso de Washington de comienzos de la década de 1990, la mezcla de mercados abiertos y privatizaciones impulsada por los Estados Unidos."[3] Se ha referido a los países iberoamericanos pertenecientes a esta tendencia ideológica como "naciones de la Marea Rosa" (Pink Tide nations)".[5]

Pese a ser de relativo nuevo cuño, el término “marea rosa” ha sido usado prominentemente en discusiones contemporáneas sobre política iberoamericana. El origen del término se remonta a una frase de Larry Rohter, un reportero del New York Times en Montevideo, quien caracterizó la elección de Tabaré Vázquez como presidente de Uruguay como “no tanto una marea roja… más bien una rosa.”[4] El término parece ser un juego de palabras basado en reemplazar el rojo — color asociado al comunismo –en “marea roja” por el tono más suave “rosa”, para indicar el aumento de fuerzas de ideas socialistas más moderadas.[6]

A la marea rosa siguió la ola conservadora, fenómeno político que surgió a principios de la década de 2010 como reacción directa a la etapa anterior debido el Golpe de estado en Honduras y Crisis política en Paraguay, de la misma manera el inicio de la crisis en Venezuela, las protestas en Nicaragua y la renuncia de Evo Morales. Años después, se produjo un resurgimiento de la marea rosa con los cambios producidos en 2018 en México y en 2019 en Argentina, ampliado en 2020 en Bolivia,[7], en 2021 en Perú,[8] Honduras,[9] Chile[10], en 2022 en Colombia.[11] y Brasil [12] y en 2023 en Guatemala.

Algunos autores han propuesto que no se trata de un único fenómeno sino que hay más de una marea rosa, con la primera de ellas entre finales de los '90 y principios de los 2000, y una segunda marea rosa que abarca las elecciones que tuvieron lugar desde finales de 2019 en adelante.[13]

Historia

Antecedentes

Durante la Guerra Fría, se eligieron una serie de gobiernos de izquierda en América Latina. Estos gobiernos enfrentaron golpes de estado patrocinados por el gobierno de los Estados Unidos como parte de su interés geoestratégico en la región.[14][15] Entre estos se encontraban el Golpe de Estado en Guatemala de 1954, el Golpe de Estado en Brasil de 1964, el Golpe de Estado en Chile de 1973 y el Golpe de Estado en Argentina de 1976. Todos estos golpes fueron seguidos por dictaduras militares de derecha respaldadas y patrocinadas por Estados Unidos como parte de la Operación Cóndor del gobierno de Estados Unidos.[15]

Estos regímenes autoritarios cometieron diversas violaciones de derechos humanos, entre ellas detenciones ilegales de opositores políticos, sospechosos de serlo y/o sus familiares, torturas, violaciones, desapariciones y trata de niños.[16] A medida que estos regímenes comenzaron a declinar debido a la presión internacional y el clamor interno de la población en los Estados Unidos debido a la participación en las atrocidades obligó a Washington a renunciar a su apoyo. Los nuevos procesos democráticos comenzaron a fines de la década de 1970 y hasta principios de la década de 1990.[17]

Con la excepción de Costa Rica,México y Colombia, prácticamente todos los países Iberoamericanos tuvieron al menos una experiencia con un dictador apoyado por Estados Unidos:[18] Fulgencio Batista en Cuba, Rafael Trujillo en República Dominicana, la familia Somoza en Nicaragua, Tiburcio Carias Andino en Honduras, Carlos Castillo Armas en Guatemala, Hugo Banzer en Bolivia, Juan María Bordaberry en Uruguay, Jorge Rafael Videla en Argentina, Augusto Pinochet en Chile, Alfredo Stroessner en Paraguay, François Duvalier en Haití, Artur da Costa e Silva y su sucesor Emílio Garrastazu Médici en Brasil y Marcos Pérez Jiménez en Venezuela, lo que provocó un fuerte sentimiento antiestadounidense en amplios sectores de la población.[19]

Crecimiento

Luego de la tercera ola de democratización en la década de 1980, la institucionalización de la competencia electoral en Iberoamérica abrió la posibilidad de que la izquierda ascendiera al poder. Durante gran parte de la historia de la región, la contienda electoral formal excluyó a los movimientos de izquierda, primero a través del sufragio limitado y luego a través de la intervención militar y la represión durante la segunda mitad del siglo XX.[20] El colapso de la Unión Soviética cambió el entorno geopolítico ya que muchos movimientos revolucionarios desaparecieron y la izquierda adoptó los principios básicos del capitalismo. Como resultado, Estados Unidos ya no percibió a los gobiernos de izquierda como una amenaza a la seguridad, creando una apertura política para la izquierda.[21]

En la década de 1990, la izquierda aprovechó esta oportunidad para solidificar su base, postularse para cargos locales y ganar experiencia en el gobierno a nivel local. A fines de la década de 1990 y principios de la de 2000, los intentos iniciales fallidos de la región con las políticas liberales de privatización, recortes en el gasto social y la inversión extranjera dejaron países con altos niveles de desempleo, inflación y creciente desigualdad.[22] Este período vio un número creciente de personas que trabajaban en la economía informal y sufrieron inseguridad material, y los lazos entre las clases trabajadoras y los partidos políticos tradicionales se debilitaron, lo que resultó en un crecimiento de la protesta masiva contra los efectos sociales negativos de estas políticas, como los piqueteros en Argentina, o los movimientos indígenas y campesinos arraigados entre los cocaleros, cuyo activismo culminó en el Guerra de Gas en Bolivia de principios y mediados de la década de 2000. Las plataformas sociales de la izquierda, que se centraban en el cambio económico y las políticas redistributivas, ofrecieron una alternativa atractiva que movilizó a grandes sectores de la población de la región que votaron a los líderes izquierdistas en el cargo.[23]

Foro de Sao Paulo

Tras la Caída del Muro de Berlín y la posterior disolución de la Unión Soviética, las fuerzas de izquierda en América Latina empezaron a analizar las consecuencias y el impacto que tenían dichos acontecimiento para el futuro resultando en la fundación del Foro de São Paulo en 1990 por parte del brasileño Partido de los Trabajadores, siendo auspiciado por el régimen de Cuba.

La elección de Hugo Chávez en Venezuela representó la llegada de un representante de izquierda a la presidencia de un país latinoamericano siendo además el primer gobierno de un partido miembro del Foro de Sao Paulo. Esta elección marcaría el inicio de la denominada Marea Rosa que se secundaría con las elecciones de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, Néstor Kirchner en Argentina, Tabaré Vázquez en Uruguay, Evo Morales en Bolivia, Michelle Bachelet en Chile, Rafael Correa en Ecuador y Daniel Ortega en Nicaragua. En Europa, José Luis Rodríguez Zapatero llegaría a la presidencia de España en unas elecciones marcadas por los atentados del 11M.

UNASUR

La Unión de Naciones Suramericanas fue constituida en el año 2008 mediante el Tratado constitutivo de Unasur agrupando a diversos países latinoamericanos como respuesta ante la propuesta de Estados Unidos de formar un área de libre comercio en la región.

"Llegó la hora de Sudamérica, la hora de UNASUR, confiamos en la capacidad política de nuestra naciente unión para enfrentar en la actualidad esta amenaza [la influencia de Estados Unidos] que compromete el porvenir de nuestras repúblicas, el porvenir de nuestros pueblos y el porvenir de toda la humanidad"
Hugo Chávez

Con el paso de los años, la UNASUR ha perdido relevancia y muchos de los países que la conformaban se han retirado.

Declive de la Marea Rosa

Golpe de Estado en Honduras del 2009

Se originó a raíz del anuncio del entonces presidente Manuel Zelaya de realizar un referéndum para convocar una asamblea nacional constituyente en la que se permitiría la reelección inmediata. Esto tuvo como consecuencia un golpe de Estado que terminó con la destitución de Manuel Zelaya.

Crisis política en Paraguay del 2012

Se desató a raíz del juicio político contra el entonces presidente Fernando Lugo por la Cámara de Diputados de Paraguay. Este órgano parlamentario acusó al gobernante por mal desempeño de funciones, acusándolo -entre otras cosas- de responsabilidad política por los enfrentamientos entre campesinos y policías ocurridos días antes en Curuguaty, departamento de Canindeyú, con un saldo de diecisiete muertos. Esta crisis terminaría con la destitución de Fernando Lugo de su cargo.

Muerte de Hugo Chávez y Fidel Castro

El 5 de marzo del 2013, Hugo Chávez fallece tras una infección respiratoria contraída después de una intervención quirúrgica por el cáncer que le aquejaba. Nicolás Maduro le sucedería en la presidencia.

"Él anunció (Hugo Chávez) en cadena de radio y televisión que si le pasaba algo en su último viaje a Cuba eligieran al entonces vicepresidente de la República (Nicolás Maduro) como su sustituto, viaje del cual no regresó"
Euzenando Azevedo

El 25 de noviembre del 2016 fallecería Fidel Castro sin saberse las causas de su fallecimiento. Con la muerte de Hugo Chávez y Fidel Castro, la Marea Rosa o Roja se quedaría sin sus dos mayores referentes ideológicos.

Caso Odebrecht

Es un escándalo de corrupción que involucró a diversos mandatarios latinoamericanos con la constructora brasileña Odebrecht que fue acusada de realizar cohecho. Las investigaciones son llevadas por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos. Este escándalo afectó especialmente a Dilma Rousseff, en Brasil, quien fue suspendida de su cargo como Jefa de Estado.

Crisis venezolana y protestas en Nicaragua

En Venezuela estalló una grave crisis marcada por la hiperinflación, el aumento de la pobreza y la delincuencia, esto provocó grandes manifestaciones en 2014, 2017 y 2019. En 2018, en Nicaragua, estalló una serie de protestas contra el gobierno de Daniel Ortega por las reformas que se iban a aplicar en el sistema de seguro social. Ambos gobiernos son considerados como regímenes autoritarios por The Economist.[24]

Resurgimiento

Durante 2018 y 2019, dos nuevos países ingresaron a la marea rosa, México con la victoria electoral de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones generales mexicanas de 2018 y Laurentino Cortizo en las elecciones generales de Panamá de 2019, mientras que el presidente Mauricio Macri de Argentina perdió contra el peronista liberal-progresista[25] Alberto Fernández junto a Cristina Fernández de Kirchner como compañera de fórmula en las elecciones generales argentinas de 2019 y en Colombia el partido de derecha gobernante del presidente Iván Duque y Álvaro Uribe enfrentó una notoria derrota en las elecciones regionales de 2019. En el año 2020, en las elecciones en Bolivia, triunfó el candidato del Movimiento al Socialismo, Luis Arce Catacora con poco más del 50% de los votos; en 2021 en el Perú, el candidato del partido Perú Libre, Pedro Castillo, fue declarado vencedor después de una cerrada contienda contra la candidata populista de derecha Keiko Fujimori.Ese mismo año, en el mes de noviembre triunfa Xiomara Castro en Honduras poniendo fin a 12 años de gobiernos conservadores. En las elecciones presidenciales de Chile de 2021, el candidato Gabriel Boric, representante del conglomerado Apruebo Dignidad y miembro de Convergencia Social resulta electo como presidente de Chile, entrando así el país nuevamente a la marea rosa. En las elecciones presidenciales de Colombia de 2022, Gustavo Petro alcanzó la victoria, entrando por primera vez aquel país a la marea rosa. En la segunda vuelta de las elecciones generales de Brasil de 2022, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva obtuvo la victoria para un tercer mandato, regresando el país nuevamente a la marea rosa, 6 años después de la destitución cómo presidenta de Dilma Rousseff.

Ocurrieron además una serie de protestas violentas contra las medidas de austeridad y la desigualdad de ingresos esparcidas por toda América Latina, incluidas la Crisis poselectoral en Honduras de 2017-2018, las protestas nicaragüenses de 2018-2020, las protestas chilenas de 2019-2020, las protestas de Colombia de 2019-2020 y de 2021, las protestas de Haití de 2018-19, las protestas de Honduras de 2019, las protestas de Ecuador de 2019, las protestas de Perú de 2020 y las protestas en Guatemala de 2020.

Economía

Los gobiernos de la “marea rosa” tenían como objetivo mejorar el bienestar de la población. Con este objetivo, impulsaron medidas destinadas a aumentar los ingresos, —por ejemplo incrementando los salarios mínimos—, y suavizar los efectos de las políticas económicas liberales mediante la expansión del gasto social, materializado a través de subsidios a los servicios básicos, transferencias de efectivo a grupos vulnerables como desempleados, madres desempleadas o trabajadores precarizados.[26]

El gobierno de Evo Morales fue elogiado internacionalmente por su reducción de la pobreza,[27] el crecimiento económico y la mejora de los derechos indígenas, de las mujeres[28] y de las personas LGBTI.[29] Varios de estos avances quedaron avalados por la Constitución de Bolivia de 2009.[30] Durante sus primeros cinco años en el cargo, el coeficiente de Gini de Bolivia experimentó una reducción inusualmente aguda de 0.6 a 0.47, lo que indica una caída significativa en la desigualdad.[26]

Antes de la elección de Lula, Brasil padecía una de las tasas de pobreza más altas de las Américas, con favelas infames conocidas internacionalmente por sus niveles de pobreza extrema, desnutrición y problemas de salud. La pobreza extrema también era un problema en las zonas rurales.[31][32] Durante la presidencia de Lula, varios programas sociales como Hambre Cero (Fome Zero) fueron elogiados internacionalmente por reducir el hambre, la pobreza y la desigualdad en Brasil; al mismo tiempo que mejoraban la salud y la educación de la población. Alrededor de 29 millones de personas se convirtieron en clase media durante los ocho años de mandato de Lula.[33] Durante el gobierno de Lula, Brasil se convirtió en una potencia económica y miembro de los BRICS. Lula terminó su mandato con un índice de aprobación del 80%.[34] [35] Sin embargo durante el mandato de su Dilma Rousseff inicio la Crisis económica en Brasil de 2014.

En Argentina, los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner restablecieron la negociación colectiva sectorial, fortaleciendo los sindicatos: la sindicalización aumentó del 20% de la fuerza laboral en la década de 1990 al 30% en la década de 2010, y los salarios aumentaron para una proporción cada vez mayor de los trabajadores.[26] La asignación universal por hijo, un programa de transferencias monetarias condicionadas, se introdujo en 2009 para las familias sin empleo formal y con ingresos inferiores al salario mínimo; que aseguraran que sus hijos asistían regularmente a la escuela, recibían vacunas según el calendario establecido y se sometía a controles médicos periódicos: en 2013 cubría más de dos millones de familias pobres, y para 2015 cubría al 29% de todos los niños argentinos.[26] Un análisis de 2015 realizado por el personal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina estimó que el programa había aumentado la asistencia a la escuela de los niños de entre 15 y 17 años en un 3,9%.[36]
Los Kirchner también aumentaron significativamente el gasto social: cuando Fernández de Kirchner dejó el cargo en 2015, Argentina tenía el segundo nivel más alto de gasto social como porcentaje del PIB en América Latina, solo detrás de Chile. Sus administraciones también lograron una caída de 20 puntos porcentuales en la proporción de la población que vive con tres dólares estadounidenses al día o menos. Como resultado, Argentina también se convirtió en uno de los países más equitativos de la región según su coeficiente de Gini.[26] Sin embargo en 2011 inicio una desaceleración económica[37] y en desde 2014 la economía Argentina entró en recesión.[38]

Durante los gobiernos de Hugo Chávez, se produjo un marcado incremento del gasto social, especialmente en los aspectos vinculados a la seguridad social, destinado básicamente a los sectores que habían quedado relegados.[39] En Venezuela, además de incrementar el gasto en bienestar social, vivienda e infraestructura local, Chávez estableció las misiones bolivarianas, programas descentralizados que entregaban servicios gratuitos en áreas como salud y educación, así como distribución de alimentos subsidiados.[26] Durante su gobierno Venezuela sufrió una crisis financiera en 2009, un periodo de recesión económica de 2019-2010 y una crisis energética desde 2009, todo esto terminó estallando en 2013 con el inicio de la crisis en Venezuela.

Rafael Correa fue elegido presidente de Ecuador en las elecciones presidenciales de 2006 luego de la dura crisis económica y la agitación social que provocaron la renuncia de Lucio Gutiérrez como presidente. Correa, un católico practicante influenciado por la teología de la liberación, fue pragmático en su enfoque económico de manera similar a Evo Morales en Bolivia y Ecuador pronto experimentó un crecimiento económico sin precedentes que reforzó la popularidad de Correa hasta el punto de que fue el presidente más popular de las Américas durante varios años seguidos, con una tasa de aprobación de entre el 60 y el 85%.[40][41] Durante su gestión impulsó una serie de políticas destinadas a disminuir la pobreza y la desigualdad, fortaleciendo programas ya existentes como el Bono de desarrollo humano e incrementando el salario real.[42] En 2016 inicio una recesión económica en Ecuador.[43]

El gobierno de Fernando Lugo fue elogiado por sus reformas sociales, incluidas las inversiones en viviendas de interés social,[44] la introducción de atención gratuita en hospitales públicos,[45] las transferencias de efectivo para los ciudadanos más empobrecidos de Paraguay,[46] y otras medidas tendientes a beneficiar a los sectores de menores recursos, como la merienda para todos los niños de las escuelas y la distribución de material escolar.[47]

Algunos de los resultados iniciales después de la elección de los primeros gobiernos de “marea rosa” en América Latina incluyeron una reducción en la brecha de ingresos, desempleo, pobreza extrema, desnutrición y hambre y un rápido aumento de la alfabetización.[48][49] La mejora de estos indicadores durante el mismo período de tiempo ocurrió más rápido que en períodos de gobiernos que no pertenecen a la “marea rosa”.[50] Países como Ecuador, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica experimentaron un notable crecimiento económico durante este período, mientras que Bolivia y El Salvador registraron una notable reducción de la pobreza según el Banco Mundial.[51]

Se produjeron dificultades económicas en países como Argentina, Brasil y Venezuela debido a la caída de los precios del petróleo y las materias primas.[52] En cuanto a la situación económica, el presidente de Diálogo Interamericano, Michael Shifter, manifestó: «El Deshielo cubano ocurrió con Cuba acercándose a Estados Unidos cuando el principal socio internacional de Cuba, Venezuela, comenzaba a experimentar dificultades económicas».[53][54]

Recepción

Un informe de fines de 2006 de la agencia de noticias Inter Press Service señaló que «[...] los resultados de las elecciones del año en América Latina parecen haber confirmado una tendencia populista de izquierda y antiestadounidense —la llamada "marea rosa— [...]"».[55]

En 2014, Albrecht Koschützke y Hajo Lanz, directores de la Fundación Friedrich Ebert para Centroamérica, discutieron la «esperanza de una mayor justicia social y una democracia más participativa» tras la elección de líderes de izquierda, aunque la fundación reconoció que tales elecciones «todavía no significa un giro a la izquierda», sino que son «el resultado de una aparente pérdida de prestigio de los partidos de derecha que tradicionalmente han gobernado».[56]

Gobiernos

Estos gobiernos en general son considerados como de izquierda y centroizquierda y llegaron al poder democráticamente en sus países. Las diferencias entre uno y otro pueden ser notables por lo que no deben ser vistos como gobiernos similares.[57][58]

Nota: Los presidentes de centro-izquierda están marcados con un asterisco (*). Los presidentes que son denominados "progresistas" están marcados con doble asterisco (**)

Línea de tiempo

En el gráfico se muestran los periodos en los cuales políticos de izquierda gobernaron un país en particular, empezando en 1999 con Hugo Chávez.

Véase también

Referencias

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  55. Jim Lobe (22 de diciembre de 2006). «CHALLENGES 2006-2007: A Bad Year for Empire». IPS. Archivado desde el original el 22 de diciembre de 2006. «In Latin America, Washington averted the worst -- the victory of leftwing presidential candidate Andres Manuel Lopez Obrador in Mexican elections last summer. Nonetheless, clumsy U.S. efforts to influence elections over the past year in Bolivia and Nicaragua proved counter-productive, as candidates backed by Venezuelan President Hugo Chavez, who appears to delight in nothing more than provoking Bush, won in both countries, as well as in Ecuador. Coupled with Chavez' own sweeping victory earlier this month, the year's elections results in Latin America appear to have confirmed a left-wing populist and anti-U.S. trend -- the so-called "pink tide" -- which, along with the recent disclosures regarding ties between right-wing paramilitaries and the government of Colombian President Alvaro Uribe, poses serious threats to Washington's multi-billion-dollar anti-drug effort in the Andes. ».
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