Gueorgui Kioseivanov

El primer cargo político de Kioseivanov lo obtuvo durante el gobierno de Alejandro Stamboliski.[1] Por entonces se le consideraba necio, pero honesto.[2] El pronunciamiento que acabó con este en 1923 no afectó a Kioseivanov, que a lo largo de los años siguientes ocupó diversos puestos ministeriales y diplomáticos.[2] A comienzos de 1935, fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores.[2]

En 1935 el zar Boris le encargó la formación de un nuevo Gobierno.[1] La labor de Kioseivanov era en realidad la de ser la de ser el representante del monarca al frente del Consejo de Ministros.[3] En 1938 se encargó de amañar las elecciones para que las nuevas Cortes no amenazasen el poder del soberano, para entonces verdadero centro de la política nacional.[4]

En 1939, sin embargo, Kioseivanov se había hartado de ser el títere del rey y deseaba afianzar su poder, lo disgustó a Boris, que se decidió a sustituirlo al frente del Ejecutivo.[5] El primer ministro se había forjado además fama de deshonesto, enfermizo y débil de carácter y los alemanes deseaban en su puesto a alguien de más vigor, si bien igual de germanófilo.[5] Antes de despedirlo, Boris le encargó la organización de las nuevas elecciones de finales de 1939, que debían dar por resultado unas Cortes con menor presencia de la oposición.[5] Kioseivanov se encargó en efecto de amañarlas para satisfacer el deseo real, lo que no le sirvió para mantenerse en el cargo.[5] Para gran sorpresa del primer ministro, el zar aceptó su renuncia rutinaria, presentada tras las votaciones y entregó la presidencia del Gobierno a Bogdan Filov el 15 de febrero de 1940.[6]

Durante la Bulgaria durante la guerra mundial, se le destinó como embajador en Suiza.[7] En mayo de 1944, rehusó el puesto de ministro de Asuntos Exteriores en el nuevo Gobierno que estaba tratando de formar Dobri Bozhilov.[8]

• Miller, Marshall Lee (1975). Bulgaria during the second world war (en inglés). Stanford University Press. ISBN 9780804708708.