Guerra de Malespín

Revolución de Honduras (1844)

Gobernaba por el año 1844, en Honduras el General Francisco Ferrera

Vientos intranquilos agitaban las cumbres de las montañas de este país. Un conato de revolución conmovió a los habitantes de Yocón;pero como el hecho no tuvo trascendencia, no tardó mucho tiempo sinque estallara otro movimiento, en el que figuraban muchos hombres proscritos del país y en el cual estaban enrolados los milicianos de Texiguat, del barrio La Plazuela y de Comayagüela.

Fuerzas del Gobierno, al mando del Teniente Coronel Santos Guardiola, Jefe del Permanente, se apresuraron el 24 de marzo de 1844 a ocupar la plaza de Texiguat, y estas mismas fuerzas incendiaron al siguiente día, a las 9 de la mañana, algunas habitaciones del valle "El Zapotal", obligando así a huir a los habitantes por Nacascol, lugar distante media legua, por donde fueron perseguidos como criminales. Pero los rebeldes trataron de tomar represalias.

El 27, entre 7 u 8 de la mañana, atacaron a Guardiola que se encontraba en Nacascol, siendo tal la embestida que se retiraron a Liure sin ser perseguidos, puesto que el jefe gobiernista quedó inactivo hasta el 11 de abril en que contramarchó para ocupar una vez más la plaza de Texiguat.

Mientras tanto los rebeldes se reorganizaron con toda actividad y, en considerable número, el 1 de junio ocuparon el pueblo de Orocuina en Choluteca, estableciendo su vanguardia formada por 250 hombres en Liure al mando de Francisco Sancho.

Guardiola al tener noticia de este movimiento, con 200 hombres marchó al encuentro de su adversario y, habiéndose aproximado a Liure, donde estaba la vanguardia enemiga al mando de Sancho, que únicamente tenía un efectivo de 30 hombres, los atacó el día 3 de junio, dándoles un ataque a la bayoneta que los hizo retroceder, muriendo cinco rebeldes, mientras el resto tuvo que ceder al empuje de las tropas del Gobierno.

Otra ación se verificó el 1 de julio en El Corpus. En esta, Guardiola derrotó a una columna de 500 hombres, tomándoles alguna correspondencia que comprometía a los Coquimbos, cuyos prestigios habían impulsado a levantar la bandera de la revolución, con el apoyo que en Nicaragua ofrecieron el Gran Mariscal Casto Fonseca, el Coronel Manuel Quijano y don Dionisio de Herrera. Ferrera ya tenía noticias del desarrollo de estos acontecimientos,y desde el 28 de mayo se había colocado al frente de su ejército, buscando previamente la alianza del Gobierno de El Salvador que presidía el General Francisco Malespin.

Trataba de invadir el territorio de Nicaragua, y al efecto, nombró Jefe de Operaciones de la zona S. E. sobre la frontera nicaragüense al emigrado General José Trinidad Muñoz que, a la sazón, poseía suficiente talento militar aunque no dotes de mando.

Muñoz desde luego dispuso ocupar posiciones cerca de Choluteca, no sólo por quedar al frente la frontera de Nicaragua, sino para evitar que tropas nicaragüenses pasaran a revolucionar a El Salvador, donde no se creía muy grata la presencia de los Coquimbos Trinidad Cabañas y Gerardo Barrios. Y así lo presintió el llamado "Gobierno de la Confederación Centroamericana" que habían formado por un pacto los países de El Salvador, Honduras y Nicaragua, cuando los delegados de dicho Gobierno pidieron con toda reserva, el 29 de mayo, que Honduras enviara a El Salvador una columna de mil hombres de auxilio.

Batalla de Choluteca

Batalla de Choluteca
Parte de Guerra de Malespin
Fecha	1844
Lugar	Choluteca
Resultado	Victoria hondureña
Consecuencias	Retirada Nicaragüense
Combatientes
Honduras Nicaragua
Comandantes
José Trinidad Muñoz Desconocido
Fuerzas en combate
Desconocido Desconocido
Bajas
6 muertos 156+

La disposición de Muñoz al ocupar las inmediaciones de Choluteca fue acertada, puesto que el 17 de agosto una columna de tropas nicaragüenses ocupó aquella población, y como Muñoz les ordenara que se retiraran sin que al adversario le importara tal intimación, al siguiente día los hondureños atacaron la plaza por tres puntos diferentes, de tal modo que, al cabo de tres horas de nutrido combate, los nicaragüenses se vieron obligados a retirarse, salvando la frontera y abandonando sobre el campo 156 cadáveres, 30 caballos, 200 fusiles, 5 cajas de municiones, 1,600 tiros sueltos, bayonetas, piedras de chispa, equipajes, cartucheras y otros enseres que los hondureños recogieron.

Según los partes, la pérdida de éstos, solamente fue de 6 hombres muertos y 10 heridos.

Rebeldia de Cabañas y Barrios

Evitando así el pase de tropas nicaragüenses que protegieran a los coquimbos en El Salvador, los Generales Gerardo Barrios y Trinidad Cabañas, reducidos a sus prestigios y, convencidos de que el General Malespin era incapaz de derrocar en Guatemala al General Carrera para restablecer la Unidad Centroamericana, el 5 de septiembre dieron el grito de rebeldía contra el Gobierno salvadoreño acaudillando a los soldados que formaban la guarnición de San Miguel; pero combatidos por fuerzas del Gobierno superiores en número, fueron derrotados, viéndose obligados a huir con dirección a Nicaragua, donde encontraron toda clase de protecciones.

Batalla de Nacaome

Batalla de Nacaome
Parte de Guerra de Malespin
imagen de la ciudad donde sucedió el enfrentamiento
Fecha	1844
Lugar	Nacaome
Resultado	Victoria hondureña
Consecuencias	Retirada Nicaragüense
Combatientes
Honduras Nicaragua
Comandantes
Juan Morales Desconocido
Fuerzas en combate
700 3,890

Aquel movimiento tuvo eco por todo el país, y el 18 del mismo mes hubo otra insurrección contra el Gobierno en la ciudad de Santa Ana insurrección que también fue acallada, en tanto que las tropas de Nicaragua, que no habían abandonado su frontera su aprestaron a la defensa y una columna de 3,890 hombres trató de pasar el territorio hondureño para proteger aquellas insurrecciones en El Salvador. Para perseguir aquella columna el General Muñoz ordenó que el Coronel Juan Morales con otra columna de 700 hombres marchara rápidamente, lo que en efecto hizo y, el 24 de octubre dio alcance a los nicaragüenses, a cuatro leguas distante de la población de Nacaome.

Esta acción iniciada a las 8 de la mañana, duró hasta las 10 del mismo día, con éxito dudoso para una y otra parte, hasta que los nicaragüenses fueron derrotados. dejando sobre el campo 152 cadáveres, 8 cajas de municiones y dos banderas.

Según el parte de Muñoz, los hondureños únicamente sufrieron la pérdida de 6 hombres muertos y 31 heridos.

El 25 de octubre de 1844, el general Francisco Malespín toma control personal del ejército salvadoreño y se dirige hacia Honduras, ahí logró unir fuerzas con el ejército hondureño bajo el mando de Guardiola. Su propósito es invadir Nicaragua y sitiar León, capital enfrentado con los conservadores de Granada. Malespín, un conservador convencido obtendrá el apoyo de estos.

Comenzando el asedio de León

El 27 de noviembre a las 15:00 horas, Malespín, borracho, ordenó el primer ataque, que terminó desastroso para los atacantes, sin embargo, el ataque continuó hasta las 16:00 horas, cuando las tropas aliadas se quedaron sin municiones y decenas de sus oficiales resultaron muertos o heridos. Se produjo el desorden y las tropas hondureñas comenzaron a retirarse, pero Malespín las convenció de permanecer en combate, no antes de que el comandante Manuel Quijano y García y 64 dragones ya hubieran desertado. El ataque continuó bajo el mando de Muñoz, quien se atrincheró la noche siguiente, y por la mañana del día siguiente, las tropas aliadas estaban listas para un ataque efectivo.

Los granadinos ofrecieron su apoyo a Casto Fonseca cuando fue sitiado en León, bajo un pacto para mejorar el régimen; pero el "Gran Mariscal" respondió que el gobierno no estaba de acuerdo con los rebeldes, que los granadinos debían proceder como les pareciera, que se reservaba darles el castigo que merecían. Los granadinos tuvieron que ponerse de acuerdo con Malespín para deponer cuanto antes el absolutismo militar de Fonseca. Inicialmente, unos 400 arqueros de Matagalpa se alistaron en la defensa de León contra el ejército invasor, pero debido al maltrato que recibieron del liberal "Gran Mariscal" y la ruptura de la alianza liberal-conservadora, se sumaron a las fuerzas de ocupación.

Captura del puerto de el Realejon por parte de las fuerzas Salvadoreñas

Un cargamento de armas para los leoneses, en un barco atracado en el puerto de El Realejo en el departamento de Chinandega , cayó accidentalmente en manos de las fuerzas invasoras (en realidad Malespin obtuvo información de un inglés llamado Manning, agente del gobierno de Selva) . Entre el armamento capturado se encontraban 1.000 mosquetes y 200 fusiles, además de 200 barriles de pólvora, 200 quintales de plomo y 12.000 pedernales.

Batalla de Sutiava

Con el equipo recién encontrado, el 22 de enero de 1845, los comandantes salvadoreños Manuel Quijano y García y Ramón Belloso ordenaron a los arqueros de Matagalpa que incendiaran las casas de paja de Sutiava y la ocuparon, permitiendo el avance hacia León.

Masacre de Leon

Cuando Malespín entró en León ejecutó a muchos ciudadanos destacados de la sociedad leonesa de la época, entre ellos el ministro general Crescencio Navas , el director supremo Emiliano Madriz y el comandante general Casto Fonseca . También permitió que sus tropas abusaran de la población civil violando mujeres y robando tesoros religiosos de iglesias y casas como pago por "gastos de guerra". La única casa exenta de saqueos fue la de Manning.

También ordenó allanar el atrio de la capilla San Juan de Dios, y ejecutar al cura Dionisio Urcuyo y Crespín , por defender a los enfermos que estaban siendo masacrados en el hospital Santa Catarina Mártir del que era capellán siendo párroco de la iglesia San Juan Bautista de Sutiaba. Se colocó una placa conmemorativa en la pared del atrio donde fue ejecutado el Padre Crespin. El canónigo Desiderio Cortés también fue ejecutado, pero los líderes liberales, Cabañas y Barrios, lograron escapar y regresar a El Salvador.

Malespín nombró entonces a Silvestre Selva en León, luego de que fuera derrocado en Masaya.

sitio.

Después de la toma de la ciudad, está fue saqueada y masacrada bárbaramente: habitaciones y las casas de comercio fueron saqueadas,y los hombres, las mujeres y los niños,pasados a cuchillo."Era un espectáculo doloroso,según un testigo presencial,los escombros,las cenizas,los cadáveres de ancianos,de niños,de madres con sus hijos en los brazos,amontonados y sirviendo de alimento a las aves y a los perros".

Los leoneses abandonaron toda su artillería,todos sus fusiles. Habían disparado hasta el último cartucho en defensa de sus hogares. En las calles quedaron en la última acometida 60 cadáveres de hombres valientes,fuera de los fusilamientos que en seguida se llevaron a cabo. No hubo respeto al Hospital de Sutiava,a pesar de los ruegos del Sacerdote Crespin,que por toda contestación se le pasó por las armas. Entre los fusilados,se recuerdan a don Emiliano Madrid, que era Encargado del Poder Ejecutivo,el Gran Mariscal Casto Fonseca,el Licenciado Crescencio Navas que se había encargado del Ministerio,el Coronel Francisco Lacayo y otras veinte personas.

Las pérdidas de los aliados fueron insignificantes:5 muertos y Como se observará,Cabañas y Gerardo Barrios no figuraban en la lista de los fusilados. Los coquimbos habían escapado de las hordas que comandaba Malespin. Se habían dirigido a El Salvador para levantar la bandera de la revolución contra el adversario de la Unión de Centro América. Ellos escaparon para aprovechar el descontento de los salvadoreños contra el Gobierno del General Malespin,y con su presencia los acontecimientos se precipitaron.

Malespin,obtenido el triunfo de León,abandonó presuroso aquella ciudad,dirigiéndose a El Salvador,con sus tropas;y los fatigados soldados que habían combatido desde Texiguat hasta la vieja ciudad.

https://www.google.com/books/edition/Vida_militar_de_Centro_America/CoxnAAAAMAAJ?hl=es-419

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