Horas canónicas
Las horas canónicas son una división del tiempo empleada durante la Edad Media en la mayoría de las regiones cristianas de Europa, y que seguía el ritmo de los rezos religiosos de los monasterios. Cada una de las horas indica una parte del oficio divino (hoy denominado liturgia de las horas), es decir, el conjunto de oraciones pertinente a esa parte del día.

Origen
San Benito denominó a estas horas de rezo "horas canónicas", y así se haría desde el siglo VI; su nombre proviene de las órdenes y normas o cánones de la Iglesia del medievo.[cita requerida]
Durante esa época se organizó el sistema de horas centralizando su uso principalmente en los monasterios benedictinos.[cita requerida]
La división del día en siete partes tiene su origen en el Libro de los Salmos de la Biblia, en el que se lee: "Siete veces al día te alabaré", y también se lee "a medianoche me levantaba para darte gracias". De ahí se puede ver que existe una agrupación de las siete horas canónicas de los oficios diurnos y asimismo los oficios nocturnos, que a su vez se reparten en tres guardias o vigilias, denominadas maitines. Cada semana los monjes debían rezar el salterio íntegro (es decir, los 150 salmos). En su regla, San Benito recomienda a sus monjes que durante los viajes no dejen pasar el rezo de las horas de oración.[cita requerida]
Número y cualidad de las horas
Las horas canónicas son las siguientes:
- Maitines: antes del amanecer.
- Laudes: al amanecer
- Prima: primera hora después del amanecer, sobre las 6:00 horas de la mañana.
- Tercia: tercera hora después de amanecer, sobre las 9:00 horas.
- Sexta (de donde deriva la palabra siesta): mediodía, a las 12:00 horas después del Ángelus en tiempo ordinario o el Regina Coeli en Pascua.[nota 1]
- Nona: sobre las 15:00, Hora de la Misericordia.
- Vísperas: tras la puesta del sol, habitualmente sobre las 18:00 después del Ángelus en tiempo ordinario o el Regina Coeli en pascua.
- Completas: antes del descanso nocturno, a las 21:00.
Divisiones
Las horas se pueden dividir a su vez en dos categorías, atendiendo a su carácter de oficio:
- Horas mayores
- Es decir, los maitines, los laudes y las vísperas, en las que era preceptivo que toda la comunidad se reuniera en la iglesia.
- Horas menores
- Corresponden a la prima, la tercia, la sexta y la nona. Según la regla benedictina, no era obligación en estas horas menores acudir a la iglesia, sino que, al escuchar la trompeta o la campana, los monjes interrumpían sus labores y se ponían a orar inmediatamente en el lugar en el que se encontraban.[cita requerida]
Existe otra división de las horas canónicas, según correspondan al día o a la noche. Se consideraban horas diurnas las de prima, tercia, sexta y nona, y nocturnas las demás.[cita requerida]
Los instrumentos de medida

Los instrumentos encargados de indicar este tipo de horas son los relojes de pie, reloj de misa y a veces la intuición del Abad del monasterio que indicaba mediante órdenes precisas toque de campanas para hacer saber a los monjes el estado de transición entre las horas.
Para la indicación del tiempo se podía también emplear instrumentos tales como la clepsidra (o reloj de agua) o el reloj de sol. Sobre estos últimos instrumentos solares se puede decir que existen variantes muy interesantes conocidas como reloj de misa y que pueden verse en las paredes de algunas Iglesias y conventos de la época.
Estos intervalos de duración, denominados a veces como tiempo de Dios, consistían en dividir el arco diurno del Sol en aproximadamente 8 partes de 3 horas cada una, marcadas por las campanadas de las iglesias o los monasterios.
Véase también
Notas
- El rezo del Ángelus (o Regina Coeli, en tiempo de Pascua) se puede omitir, es solo una sugerencia. Eso depende de la devoción a la Virgen María. UST