Imperio de las tinieblas

Se le denomina Imperio de las Tinieblas (latín: IMPERIVM TENEBRARVM; griego: αυτοκρατορία του σκότους) o Imperio del Abismo a la organización política fundada por los ángeles caídos en el Infierno que tiene su sede allí y que se encarga de administrar al mismo y de oponerse a Dios.

Historia

El Imperio de las tinieblas encuentra su origen momentos después de La caída de Satán, quien partiendo de la iniciativa de formular un ataque contra Dios y sus ángeles, estableció el Consejo Estigio que desembocaría en la Caída del Hombre y, posteriormente, en la fundación del Imperio.

Este gobierno se centraría en obstar a Dios por medio de sus creaciones, es decir, induciendo a los humanos al pecado y arrastrándolos espiritualmente hacia el Infierno, lo que se traduce en un ataque directo-indirecto hacia Dios. Esto por supuesto, tras el paso de varios siglos, daría comienzo a la llegada de almas humanas al Infierno, lo que añadiría un empleo más al Imperio, encargarse de torturar coordinadamente a los condenados.

Después de Cristo

Hasta este momento las fuerzas infernales podrían haberse desplazado libremente por el mundo; sin embargo, la llegada de Jesucristo dio fin a esto, reduciendo así el dominio del Imperio de las Tinieblas únicamente a sus ámbitos, es decir, a los Infiernos. Esto traería como consecuencia la aparición de sectas de índole pagano; praxis que permitirían de nuevo el funcionamiento de las fuerzas del mal en el mundo, esto hasta los eventos proféticos enmarcados en la biblia.

Apocalipsis

Tomando en cuenta el libro del Apocalipsis, el Imperio de las Tinieblas no se vería disuelto después de la guerra en el cielo, sino que perviviría hasta una nueva rebelión, que según lo profetizado también sería derrotada por Dios. A partir de este punto se desconoce el paradero de las fuerzas infernales, posiblemente, de nuevo aprisionadas en las profundidades del abismo.

Jerarquía

La formación del Estado Infernal degeneró en la jerarquización de las entidades que lo conformarían, dando origen a lo que se conoce popularmente como Jerarquía Demoniaca. Está organización se basaría vagamente en los títulos con los que ya habrían sido ordenados los seres celestiales antes de su caída (por Dios), resultando en el siguiente orden expresado por Johann Weyer en su tratado de demonología De praestigiis daemonum: Espíritus Superiores, Espíritus Principales, Espíritus Subordinados y las Legiones Infernales.

  • Espíritus Superiores

Con Lucifer como emperador y autoridad suprema, este grado máximo lo completan Belcebú, el príncipe y Astaroth el Gran Duque, supremos dirigentes del mundo de las tinieblas.

  • Espíritus Principales

Son seis, forman el mando militar y ejercen funciones meramente bélicas, cada uno con sus respectivos tríos de espíritus subordinados. El más poderoso entre ellos, Lucífugo Rofocale, Primer Ministro y con poder sobre todas las riquezas y tesoros mundanos. A sus órdenes militan Bael, Agares y Marbas que, a su vez, dirigen muchos otros millares de demonios y espíritus malignos.

Satanachia, el Gran General, cuenta con el poder de someter a todas las mujeres y enseñar trucos y ardides a los pastores. A sus órdenes están Pruslas, Amon y Barbatis, que dirigen sus legiones guerreras.

Agaliarept, Capitán General, tiene la capacidad de conocer todos los secretos guardados en las Cortes y gabinetes de Estado de todas las naciones del mundo. Es amplio conocedor de los metales y sus cualidades, así como de las propiedades curativas de las plantas. Sus lacayos Buer, Gusion y Botis se encargan de dirigir sus tropas.

Fleuretty es el Teniente General que lleva a cabo cualquier tipo de maniobra maléfica durante la noche. Hace también caer el granizo donde el quiere. Le prestan apoyo incondicional sus subordinados Bathim, Pursan y Abigar.

Sargatanas, Jefe Superior que otorga los dones de la invisibilidad y la teletransportación a quienes le rinden homenaje y adoración, al tiempo que les permite observar todo lo que sucede en el interior de los hogares sin que se les pueda resistir ningún tipo de cerradura. Tiene bajo su mando a Valefar, Loray y Foran.

Nebirus, el Mariscal de Campo, sólo con desearlo, causa enfermedad en quien quiera y atesora artes adivinatorias infalibles. Ayperus, Neberus y Glasyabolas le acompañan en todo momento cuales perros fieles.

  • Espíritus Subordinados

Como se mencionó anteriormente, son aquellos que comandan directamente sobre las legiones de sus superiores, además de estar a cargo de la administración y el control de las mismas.

  • Legiones Infernales

Monstruos deformes de los que emanan olores pestilentes. Son seres que no presentan el más mínimo atisbo de bondad y forman verdaderas hordas que reciben el nombre de Legiones Infernales. De entre ellas, las más importantes y terribles, son la Legión del Mal o Élite y la Guardia Infernal. Temibles y despiadadas, sólo persiguen la aniquilación total y, para ello, siempre arden en deseos de entrar en combate con las Fuerzas del Bien.


Cabe recalcar que los ángeles caídos parecen no estar atados al límite de poder que se les dio cuando fueron creados, ya que podemos apreciar serafines en la tercera jerarquía y querubines en la cuarta en orden ascendente, lo que sugiere que los títulos nobiliarios pudieron haber sido nominados por nivel de lealtad y/o por poder otorgado, cosa que naturalmente no ocurre en el orden celestial.

Véase también

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