Íñigo Montoya
Íñigo Montoya es un personaje del libro La princesa prometida de William Goldman.[1] Es un experto espadachín español que busca al asesino de su padre, un hombre con seis dedos, para vengarlo. En esa búsqueda se hace célebre su frase: «Hola. Me llamo Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir.»[2]
Íñigo Montoya | ||
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Personaje de La princesa prometida | ||
Atuendo de Íñigo presentado en el Salón de la Fama de la Ciencia Ficción de Seattle, según la caracterización de Mandy Patinkin para la versión fílmica. | ||
Primera aparición | La princesa prometida | |
Última aparición | The Princess Bride (versión fílmica) | |
Creado por | William Goldman | |
Interpretado por | Mandy Patinkin | |
Información personal | ||
Estatus actual | Vivo | |
Edad |
Desconocida (Sobre los treinta años) | |
Nacionalidad | España | |
Características físicas | ||
Raza | Caucásica | |
Sexo | Masculino | |
Estatura | No determinada | |
Peso |
No determinado (Extremadamente delgado) | |
Familia y relaciones | ||
Hijos | Sin hijos | |
Otros familiares | Domingo Montoya (padre) | |
Información profesional | ||
Ocupación |
Espadachín Mercenario | |
Especialidad | Maestro de esgrima | |
Equipamiento | Espada | |
Afiliaciones anteriores | Banda de Vizzini el siciliano. | |
Conexiones |
Fezzik el turco (mejor amigo) Yeste (amigo) Vizzini (jefe) Conde Rugen (enemigo) Westley (aliado) | |
Historia
La información expuesta a continuación se basa en los eventos planteados tanto en la novela como en la adaptación fílmica.
Íñigo era originalmente el hijo de un herrero español llamado Domingo Montoya que llevaba una vida sencilla en la forja de un pequeño pueblo. El mejor amigo de su padre era Yeste, considerado el mejor espadero del mundo, aunque lo que todos ignoraban es que las famosas armas que le dieron su fama eran trabajos que pedía a Domingo. Domingo se consideraba un artesano más que un negociante, por lo que no le interesaba hacer fortuna, sino encontrar un reto que pusiera a prueba sus cualidades ya que aun los más complicados trabajos que Yeste le encargaba no representaban para él un reto.
Un día, cuando tenía diez años, un extranjero de quien Íñigo solo logra recordar que tenía seis dedos en una mano, apareció contratando al herrero para que forjara para él una espada de calidad sobresaliente; el hombre buscaba la perfección en la esgrima, pero al haber nacido con esta anomalía no lograba el total control del arma, así por primera vez en su vida el padre de Íñigo se encontró ante un reto que puso a prueba su habilidad, creatividad, salud e incluso su cordura ya que trabajó por meses forjando el arma y diseñando un modelo que sacara todo el potencial del usuario hasta que pasado un año logró un arma magnífica con un peso y filo sin igual, sin embargo al llegar el día de concretar el trato, el hombre de los seis dedos puso en duda la calidad del arma como una excusa para pagar solo una décima parte del precio acordado a lo que obviamente el padre de Íñigo se negó, no por considerarlo una estafa sino dolido al ver que había trabajado tanto para alguien que no comprendía el valor de un arma y decidió regalar la espada a su hijo, por lo que sin aviso ni provocación el hombre de seis dedos le atravesó el corazón.
Íñigo enfurecido al ver esto, tomó la espada que su padre forjó y desafió a un duelo al hombre de los seis dedos, pero siendo solo un niño de once años y careciendo de conocimientos de esgrima no fue capaz de nada, su oponente como burla le perdonó la vida y lo desfiguró cortándole ambas mejillas con heridas tan profundas que marcó su cara de por vida. Yeste se encargó del cuidado de Iñigo pero a pesar de que existía un gran aprecio, tras algún tiempo huyó y solo regresó a los veintidós años, tras pasar una década aprendiendo esgrima.
Tras esto Íñigo se dedicó a viajar por el mundo aprendiendo gran cantidad de estilos de esgrima y perfeccionando su habilidad hasta no poder encontrar oponentes que le significaran un esfuerzo, siempre con un objetivo en su mente: encontrar al hombre de los seis dedos, presentarse ante él diciendo, "Hola. Me llamo Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir" y asesinarlo en un duelo con la espada creada por Domingo; aun así, con el pasar de los años y las necesidades, se vio acostumbrado a tomar trabajos como matón y guardaespaldas para personas de dudosa reputación, esto sumado a su debilidad por el alcohol lo hicieron conocido como un peligroso matón de mala vida.
Ya siendo un adulto poco a poco se convencía que la venganza de su niñez era una meta imposible y tiempo después conoció a Vizzini, un pequeño y tramposo pero astuto siciliano que lo contrató para ser su asesino junto a un gigantesco pero amable turco llamado Fezzik que se convirtió en su mejor amigo. Vizzini y sus hombres serían contratados en las vísperas del matrimonio del príncipe Humperdink del reino de Florin para secuestrar y asesinar a Buttercup, su prometida, y así motivar una guerra con el reino vecino, sin embargo durante el escape fueron perseguidos por el Pirata Robert, un sanguinario pirata que aparentemente era inmortal.
Vizzini ordenó a Íñigo que esperara al pirata en Los Acantilados de la Locura y lo matara, pero al verlo agotado por la persecución, el espadachín le ayudó a subir el acantilado donde lo esperaba y le permitió descansar antes de enfrentarse, tiempo en que ambos conversaron y trabaron amistad, aun así llevaron a cabo el duelo; para sorpresa de Íñigo el enmascarado resultó poseer habilidades increíbles y aunque en general era inferior a él, el pirata poseía una habilidad levemente más refinada en lo referente a esgrima para terreno liso, por lo que logró sacar ventaja a Íñigo al mantenerse en ese tipo de suelo, derrotando al español, quien pidió morir rápidamente, sin embargo Robert se negaría ya que Íñigo y su habilidad habían despertado su aprecio, por lo que solo lo dejó inconsciente y siguió tras Vizzini (en la versión cinematográfica, el enmascarado es superior al español en todo aspecto de la esgrima).
Íñigo despertó horas después a tiempo para marcharse antes de que las tropas de Humperdink llegaran y como habían acordado con Vizzini esperó a sus compañeros en los barrios marginales de Florin donde debían reunirse en caso de imprevistos, allí se dedicó a emborracharse mientras esperaba. Seis meses después el Escuadrón Brutal, un grupo de matones a la orden del príncipe, hizo una redada e Íñigo en medio de una borrachera comenzó a pelear con ellos, afortunadamente entre los agentes estaba Fezzik, quien lo rescató y huyó con él. Una vez a salvo, el turco le explicó que el enmascarado resultó ser en realidad Westley, el novio legítimo de la princesa que iba en su rescate y que lo derrotó a él una pelea de puños y mató a Vizzini en un duelo de ingenio, pero posteriormente fueron capturados por el príncipe obligando a Fezzik a enrolarse en el escuadrón y llevando a Westley a un calabozo secreto; además le revela que Rugen, el consejero y mano derecha del príncipe tiene seis dedos en una mano.
Tras seis meses de alcoholismo, y a pesar de aun ser catalogado como un prodigio de la espada, Íñigo era consciente de haber perdido parte de su habilidad y exactitud debido al vino; pero viendo tan cerca la posibilidad de vengarse decide rescatar a Westley para que los guíe, ya éste que había demostrado ser un luchador y estratega superdotado, por lo que razonaba que podía idear una forma de entrar al palacio antes de realizarse la boda dentro de pocas horas. Tras rastrear su paradero y descubrir que Westley había sido usado en experimentos por el conde hasta la muerte, los dos hombres roban su cuerpo y lo llevan con el Milagroso Max, el anterior sabio de la corte a quien Humperdink destituyó para favorecer a Rugen, quien acepta resucitarlo como venganza contra el príncipe.
El trío logra asustar y hacer huir a las tropas que protegen las puertas del castillo aprovechando la fama aterradora del Pirata Robert; una vez dentro, mientras Fezzik se encarga de los soldados y Westley encara al príncipe y rescata a su amada, Íñigo persigue a Rugen repitiendo una y otra vez su frase "Hola. Me llamo Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir." y aunque el conde lo hiere a traición no logra asesinarlo, aún más, el espadachín permite que lo hiera en ambos brazos tras lo cual aun es capaz de derrotarlo fácilmente y asesinarlo no sin antes desfigurar sus mejillas y hacerlo rogar por su vida.
Una vez cumplida su venganza se reunió con sus compañeros y escapó del castillo. Tras verse a salvo Westley le explica ya reunido con su novia no tiene motivo para seguir navegando, por lo que desea que se convierta en el siguiente Pirata Robert, idea que agrada a Íñigo ya que ahora cumplida su venganza necesita un nuevo objetivo que lo guíe en su vida.
En la versión de la novela sin embargo el desenlace es mucho más abierto, explicando que mientras huyen del castillo y antes de poder llegar a puerto, Humperdink y sus tropas los alcanzan teniendo además que lidiar con el hecho de que Fezzik accidentalmente hace que se extravíen, el caballo de Buttercup pierde una herradura, Westley sucumbe a su mala condición física y la herida de Íñigo se agrava, cerrando la historia sin llegar más allá de eso a aclarar si logran huir o todo acaba como tragedia.
Cine
En 1987, la obra fue llevada al cine por Rob Reiner con guion del propio William Goldman, siendo el personaje de Íñigo Montoya encarnado por el actor y cantante estadounidense Mandy Patinkin.[3]
Referencias
Enlaces externos
- Íñigo Montoya en Internet Movie Database (en inglés)