Intersticio (órgano)

El intersticio[1] es un espacio contiguo lleno de líquido que existe entre la piel y los órganos del cuerpo, incluidos los músculos y el sistema circulatorio.[2] Está situado bajo la piel y recubre al menos el sistema digestivo, el sistema excretor, los pulmones, las arterias, las venas y los paquetes de células de las fibras musculares. De este modo, todos ellos quedan interconectados por un sistema de compartimentos de líquido intersticial. Así, el intersticio resulta ser uno de los mayores órganos del cuerpo humano, junto a la piel.[3]

Intersticio

Estructura

Morfológicamente, está compuesto por una estructura de colágeno tipos I, III y V, y elastina, dos proteínas que le dan fuerza y elasticidad, respectivamente. Ambas forman un «andamio». [4] Asimismo, posee glicosaminoglicanos, como hialuronato y proteoglicanos que están ordenados para formar un retículo similar a un panal.[5] El compartimento intersticial está compuesto por tejidos conectivos y de soporte dentro del cuerpo, llamados matriz extracelular, que se encuentran fuera de la sangre y los vasos linfáticos y el parénquima de los órganos.[5]

Funciones

El fluido intersticial es un reservorio y sistema de transporte de nutrientes y solutos que se distribuyen entre órganos, células y capilares, para señalizar moléculas que se comunican entre células, y para antígenos y citocinas que participan en la regulación inmune.[5] La composición y las propiedades químicas del líquido intersticial varían entre los órganos y experimentan cambios en la composición química durante la función normal, así como durante el crecimiento corporal, condiciones de inflamación y desarrollo de enfermedades,[5] como en la insuficiencia cardíaca[6] y enfermedad renal crónica.[7] Los científicos sugieren que el intersticio actuaría como un amortiguador, para evitar que se desgarren los tejidos por el movimiento de los músculos, las vísceras y los vasos sanguíneos.[8]

El volumen total de líquido del intersticio en un cuerpo humano saludable es de alrededor del 20% del peso corporal, pero este espacio es dinámico y puede cambiar de volumen y composición durante las respuestas inmunes y en condiciones como el cáncer, y específicamente en el intersticio de los tumores. La cantidad de líquido intersticial varía desde aproximadamente el 50% del peso del tejido en la piel hasta aproximadamente el 10% en el músculo esquelético.[5]

Investigación

La investigación preliminar del intersticio en personas con enfermedades pulmonares, enfermedades cardíacas, cáncer, enfermedad renal, trastornos inmunitarios y enfermedad periodontal indica que el líquido intersticial y el sistema linfático son sitios donde pueden surgir o desarrollarse mecanismos de enfermedad.[5][6][7][9]

En una investigación de 2018, se estudió el intersticio del tejido del conducto biliar utilizando endomicroscopía láser confocal e inyección de fluoresceína. Se informó que un subcompartimento microscópico del espacio intersticial, con una profundidad de 60-70 micras (0.0024-0.0028 in) y lleno de linfa, drenaba a los ganglios linfáticos y estaba estructuralmente respaldado por una red de colágeno.[10]

Referencias

  1. Justo, David (28 de marzo de 2018). «Descubren un nuevo órgano bajo la superficie de la piel». Cadena SER. Consultado el 28 de marzo de 2018.
  2. Bert, J. L.; Pearce, R. H. (1984). «The interstitium and microvascular exchange». Handbook of Physiology (en inglés) IV. American Physiological Society. ISBN 0683072021. OCLC 4775901.
  3. «Intersticio, el "nuevo órgano" del cuerpo humano que la ciencia descubrió». El Nacional. 28 de marzo de 2018. Consultado el 29 de marzo de 2018.
  4. «Intersticio, el "nuevo órgano" del cuerpo humano que la ciencia acaba de descubrir». BBC Mundo. 28 de marzo de 2018. Consultado el 29 de marzo de 2018.
  5. Wiig, Helge; Swartz, Melody A. (2012). «Interstitial fluid and lymph formation and transport: physiological regulation and roles in inflammation and cancer». Physiological Reviews 92 (3): 1005-1060. ISSN 1522-1210. PMID 22811424. doi:10.1152/physrev.00037.2011. Consultado el 9 de abril de 2018.
  6. Eckhouse, Shaina R.; Spinale, Francis G. (2012). «Changes in the myocardial interstitium and contribution to the progression of heart failure». Heart Failure Clinics 8 (1): 7-20. ISSN 1551-7136. PMC 3227393. PMID 22108723. doi:10.1016/j.hfc.2011.08.012. Consultado el 9 de abril de 2018.
  7. Zeisberg, Michael; Kalluri, Raghu (7 de octubre de 2015). «Physiology of the Renal Interstitium». Clinical Journal of the American Society of Nephrology 10 (10): 1831-1840. ISSN 1555-9041. PMC 4594057. PMID 25813241. doi:10.2215/CJN.00640114. Consultado el 9 de abril de 2018.
  8. Martín, Bruno (9 de abril de 2018). «Intersticio: el nuevo órgano humano que sorprende a la medicina». La Tercera. Consultado el 9 de abril de 2018.
  9. Berggreen, Ellen; Wiig, Helge (15 de julio de 2014). «Lymphatic function and responses in periodontal disease». Experimental Cell Research 325 (2): 130-137. ISSN 1090-2422. PMID 24503053. doi:10.1016/j.yexcr.2013.12.006. Consultado el 9 de abril de 2018.
  10. Benias, Petros C.; Wells, Rebecca G.; Sackey-Aboagye, Bridget; Klavan, Heather; Reidy, Jason; Buonocore, Darren; Miranda, Markus; Kornacki, Susan et al. (27 de marzo de 2018). «Structure and Distribution of an Unrecognized Interstitium in Human Tissues». Scientific Reports (en inglés) 8 (1). ISSN 2045-2322. doi:10.1038/s41598-018-23062-6. Consultado el 9 de abril de 2018.
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