Juan Caballero Pérez

Juan Caballero Pérez[1] (Estepa, 29 de agosto de 1804[2] -31 de marzo de 1885) fue un bandolero español.

Biografía

Fue el menor de seis hijos de una familia humilde, pero con recursos suficientes como para que pudiera acudir a la escuela y aprender a leer y escribir, lo que más tarde le permitiría escribir sus memorias. Empezó a trabajar en el mismo oficio de su padre, surtidor de reses para el matadero.[3]

El 21 de julio de 1827 contrajo matrimonio con María Brígida Fernández Pascual Labrado. Algo después, un hermano de su mujer que acababa de ser licenciado del ejército, al que llamaban el Beato por haber querido ser fraile, se presentó en Estepa con un compañero llamado Solís, al que apodaban el Verrugo, y no encontrando trabajo marcharon a Martín de la Jara, robando por el camino unas gallinas. El casero que denunció los hechos confundió a Caballero con Solís, por ir en compañía del Beato, por lo que lo encarcelaron en Estepa, comenzando en la cárcel su carrera delictiva.[4] Fugado, formó una pequeña cuadrilla antes de unirse a la del Tempranillo en la serranía de Ronda, a cuyas órdenes estuvo poco tiempo.[5] Tras la separación amistosa y andar solo durante seis meses formó una nueva partida que actuaba principalmente entre las campiñas de Sevilla y el sur de Córdoba, buscando refugio en los cortijos. Se repartía amigablemente el territorio andaluz con José María el Tempranillo, del que era compadre por haber llevado a la pila bautismal a su hijo, huérfano de madre en el parto.[6] Como éste, Caballero se rodeó de una leyenda popular por su comportamiento presuntamente honorable y ausencia de crueldad; por ejemplo, se decía que, admirando la valentía de un soldado que cayó del caballo en el curso de una persecución contra él, mandó que fuese atendido y llevado a una venta cercana.

En 1832 se acogió al indulto ofrecido por el rey Fernando VII de España, y pasó el resto de su vida pacíficamente en Estepa, hecho íntimo amigo del cacique local, según escribía en 1908 el comandante de la Guardia Civil Rafael García Casero, «disfrutando muy regaladamente el capital arrancado con la vida a sus infinitas víctimas en su larga carrera de malhechor en cuadrilla. La comisión delicada, el encargo importante, todo cuanto requería la intervención de persona de confianza, era encomendado por el cacique al criminal jubilado».[7] Murió de las complicaciones de un flemón un día de Martes Santo, siendo los martes un día que siempre había temido supersticiosamente.[8]

Ramón del Valle-Inclán hizo de un Juan Caballero anciano, que en los ojos mostraba «una tristeza desolada y cuerda, la melancolía de los viejos sin facultades cuando siguen amando la fuerza y sus juegos valientes», uno de los protagonistas del libro V de Viva mi dueño, segundo episodio de El ruedo ibérico.

En su honor se cantaba una quintilla que se hizo famosa:[9]

Yo / con mi jaca trianera / y cuatro copas de vino / y cien duros en cartera / y Carmen la del Molino / me río de España entera.

Notas

  1. Juan Caballero nunca utilizó el apodo el Lero que en alguna ocasión se le atribuye. Tampoco aparece en otros documentos de la época, como pueden ser la lista de indultados conservada en la Real Chancillería de Granada o las notas necrológicas aparecidas en algunos periódicos, como el diario La Época en su edición del 11 de abril de 1885, bajo el título «Un bandido famoso». Caballero termina sus memorias recordando el día en que, según le contaron, José María Hinojosa se había presentado a los fugitivos que le dieron muerte diciéndoles: «Entregarse muchachos que yo soy José María el Tempranillo», y comentaba que «fue la única vez en su vida que se llamó a sí mismo con ese nombre porque nunca le gustaron los apodos, como a mi tampoco» (Caballero, 1977, p. 96). José María Mena, editor de las memorias de Caballero, que dice en sus notas no haber encontrado nunca una prueba documental de que Caballero tuviera apodo, concluye que es «falso el que se le llamase "El Lero"», como quiere Fernández y González (Caballero, 1977, p. 133, nota 72).
  2. Caballero (1977), p. 25 y p. 99, nota 1.
  3. José María de Mena, fuente citada en badolatosevilla.es Archivado el 5 de marzo de 2018 en Wayback Machine.
  4. Caballero (1977), pp. 25-26 y página 100, nota 2.
  5. Caballero (1977), p. 40.
  6. Caballero (1977), pp. 95-96.
  7. Casero, p. 29. Para el comandante García Casero la extensión y concentración del bandolerismo en Estepa y su comarca a finales del siglo XIX y primeros años del siglo XX se explica, precisamente, por la connivencia y protección prestada a los bandoleros por los alcaldes y jefes políticos locales.
  8. Museo Bandolero
  9. Cultura Andaluza de Punta a Cabo

Bibliografía

  • Caballero, Juan, Historia verdadera y real de la vida y hechos de Juan Caballero escrita a la memoria por él mismo, edición, prólogo y notas por José María de Mena, Madrid, Ediciones Turner, 1977, ISBN 84-85137-42-6
  • Comandante G. Casero [Rafael García Casero], Caciques y ladrones. Anécdotas, noticias, datos e historias referentes al caciquismo en Estepa y a los caballistas Vivillo, Pernales, Soniche y Vizcaya, Madrid, Ediciones Turner, 1977 [1ª edición, 1908], ISBN 84-85137-87-6
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